Aprovechando el Festival de la Velocidad de Goodwood, que se celebró la semana pasada, la casa de subastas Bonhams ha vendido uno de los coches más icónicos del cine para los aficionados al automovilismo: el Mazda RX-7 de Han en ‘Fast & Furious: Tokyo Drift’.
Además de ser un pedazo de historia de la saga y, en general, del cine, este RX-7 es una muestra del tuning de la primera década de los 2000. Está perfectamente conservado y su preparación de VeilSide lo convierte en una bestia.
Grandes llantas, mucha fibra, un equipo de sonido potente y óxido nitroso
911.000 libras, el equivalente al cambio actual a 1,05 millones de euros. Eso es lo que ha pagado alguien por uno de los coches más icónicos de la saga ‘Fast & Furious’: el Mazda RX-7 con preparación VeilSide que conduce Han en ‘Fast & Furious: Tokyo Drift’, la tercera película de la saga.
Antes de hacerse famoso por salir en la película de 'A todo gas' ambientada en Japón y en la cultura del drift, este RX-7 ya era un icono porque fue una de las estrellas del Salón del Automóvil de Tokio de 2005, la cita donde lo presentó VeilSide. De hecho, se llevó el premio a la mejor preparación en ese Salón. Universal Studios, encargó este coche a VeilSide después del Salón para 'Tokyo Drift'.
Se construyó entre 2005 y 2006 y del Mazda RX-7 original solo quedan el techo y el portón trasero. Esta unidad es 200 mm más ancha que el modelo de producción y cuenta con una preparación integral que incluye modificaciones mecánicas y en el interior.
Es un ejemplo perfecto de lo que fue el tuning de mediados de la primera década de los años 2000, pero también es un aparato muy serio que utiliza componentes de primer nivel. Para que te hagas una idea, su motor rotativo con kit turbo de HKS, bomba de combustible de Nissan GT-R, electrónica a medida y escape de titanio, entre otras cosas, desarrolla más de los 280 CV que daba de serie, en teoría, podría llegar a los 500 CV, y el coche pesa poco más de 1.050 kg.
Tampoco falta un equipo de sonido bien potente. Era un imprescindible en las preparaciones de la época, como el nitroso, que se convirtió en una seña de identidad de las primeras películas de ‘A todo gas’. Eso sí, la bombona que lleva no está cargada ni el circuito está conectado, por lo que solo tiene funciones decorativas, aunque puede ser totalmente funcional.
Durante la producción de ‘Fast & Furious: Tokyo Drift’ se utilizaron 250 vehículos, de los cuales se destruyeron más de 80 durante la grabación, mientras que otros 25 sufrieron daños. De este RX-7 se hicieron siete unidades, tres originales de VeilSide y otras cuatro réplicas; solo sobrevivieron dos unidades y Bonhams acaba de subastar una de ellas (original de VeilSide) por 911.000 libras.
Es el precio más alto que se ha pagado por uno de los coches de ‘A todo gas’, pero es probable que alguno acabe robándole el récord, sobre todo, cuando termine la saga, que es algo que debería pasar con la undécima película, que debería estrenarse en 2026, con un año de retraso.
Lo cierto es que este RX-7 se ha conservado en unas condiciones excelentes, en parte, porque solo fue utilizado para tomas estáticas y no se empleó en las escenas de acción. Únicamente tiene 66.785 millas, es decir, menos de 107.500 km.
En el año 2008, este RX-7 acabó en manos de New Era Imports, uno de los socios de VeilSide y Universal Studios durante el rodaje de ‘Tokyo Drift’. Desde entonces no ha cambiado de manos, hasta ahora, por lo que no ha tenido muchos propietarios, aunque antes de pertenecer a Universal Studios tuvo otra vida porque se fabricó en 1992.
Desde que terminó el rodaje de ‘Tokyo Drift’ ha sido cuidado como oro en paño, aunque Bonhams recomienda revisarlo bien antes de conducirlo porque lleva mucho tiempo parado. Lo bueno es que, según la casa de subastas, todas las modificaciones que lleva están homologadas, por lo que es legal conducirlo por la vía pública.
Ver todos los comentarios en https://www.motorpasion.com
VER 2 Comentarios