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La búsqueda de la velocidad pura, superar los 630km/h en 1947

Actualmente el vehículo de producción más veloz que existe es el Bugatti Veyron, de 16 cilindros y 8 litros de cubicaje, capaz de superar los 400km/h.

En competición, tanto por limitación de potencia como de trazado, se impide sostener esas velocidades por la peligrosidad que implica el llevar a los materiales a sus límites integrales.

Pero existen personas que han arriesgado su dinero y su vida para conseguir batir los records de velocidad en un vehículo terrestre como el ejemplo que traigo hoy: John Cobb y su Railton Mobile Special que, a finales de la cuarta década del siglo pasado, consiguieron un record que tardó años en ser batido.

John Cobb, el piloto


Era una señal del destino el que Cobb naciera con el nuevo siglo XX (1900) muy cerca del primer circuito permanente del mundo, Brooklands en Inglaterra. En donde se celebró el primer Gran Prix en 1907.

Recién cumplidos los veinte años, se dedica en cuerpo y alma a las carreras de coches, ganando su primera carrera en 1925.

Desde 1939 centra su objetivo en obtener el record mundial de velocidad en tierra, para lo cual se asocia a Reid Railton y lo bate consecutivamente hasta establecer la increíble marca de 634km/h que no sería batida durante lustros.

“Nunca sabremos exactamente lo que sucedió, ya que la evidencia se encuentra a 1.000 pies bajo el agua, donde es probable que se mantenga. Reid Railton.”

Después de establecer el récord de velocidad en tierra tres veces, Cobb se centró en obtener el récord de velocidad del agua. Para lo cual invirtió grandes sumas en una lancha de competición, de diseño radical, y que mostro una preocupante debilidad estructural a partir de las 200mph.

Durante un intento de récord en el lago Ness, Escocia, el 29 de septiembre de 1957, se produjo la ruptura del casco de forma explosiva, posiblemente a causa del golpe con dos o tres pequeñas olas, y John Cobb perdió la vida a causa de las heridas y del shock del accidente.

El bólido, Railton Mobile Special

Vídeo histórico en British Paté

El Railton Mobile Special fue un modelo diseñado y construido por Reid Railton alrededor de dos motores W12-block Napier Lion VIID, con doce cilindros cada uno y sobrealimentados. Cada motor, proveniente de la industria aeronáutica, era la unión de dos motores de seis pistones, configurándose en una W que tenía un cubicaje de 24 litros; pudiendo ofrecer un rango de potencia entre 450 y 900 CV. Así es fácil de comprender que el límite de la velocidad lo imponía la transmisión y los neumáticos que fueran capaces de poner esa enorme potencia en el suelo; ya que, para la búsqueda del record, se exprimió los motores hasta superar los 2,500 CV.

Para lo primero se encontró la ingeniosa solución de que cada uno de los motores transmitiera la potencia a un par de ruedas. Así el Railton era un vehículo propulsado a las cuatro ruedas. El motor delantero empujaba, y el motor trasero tiraba. Estando el piloto por delante del conjunto propulsor y siendo bastante complejo de conducir.

Y para soportar toda esa potencia, escogió neumáticos que Dunlop diseño específicamente para el reto. Y que, curiosamente, tenían más de metro y medio de diámetro en las ruedas delanteras y poco más de un metro en las posteriores.

Así, el conjunto de más de 3 toneladas, de más de 8 metros de largo y dos metros y medio de ancho, y con una pinta futurista aún para nuestro actual siglo XXI, consiguió superar la barrera de los 600km/h.

El record y su historia

Amanecer de un nuevo record

El 15 de septiembre de 1938, el Relator Especial Railton consiguió el récord de velocidad en tierra con 353.30 mph (568,58 kmh), siendo también el primero en romper la barrera de las 350 mph. Pero George E.T. Eyston y su Thunderbolt recuperaron el record a las 24 horas con 357.50 mph (575,34 kmh)

Un año más tarde, John Cobb consiguió 369.70 mph (594,97 kmh) el 23 de agosto de 1939 volviendo a obtener el Record Mundial.

Acabada la Segunda Guerra Mundial, y con Mobil Oil como nuevo esponsor, el recién renombrado “Raiton Mobil Special” calzado con neumáticos Dunlop, rompe la barrera de las 400mph (640 km/h) en unos primeros test.

Así el 16 de Septiembre de 1947, John Cobb consigue una media de 394.19 mph (634.39 km/h), estableciendo su último record de velocidad en tierra.

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Foto | LIFE, Wikipedia

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