Hay gente con mucha suerte (LV): BMW M3 0 - Tifón 1

Desde Taiwán nos llegan unas escalofriantes imágenes que fácilmente habrían tenido un desenlace fatal. El autor del vídeo va circulando tranquilamente por una autovía afectada por terribles precipitaciones tan típicas en Asia. Va a una velocidad prudente, ni muy lenta, ni muy rápida.

Eso sí, circula por el carril izquierdo cuando debería hacerlo en el derecho. En determinado momento, un BMW M3 decide hacerle una pasadita por la derecha, pero de forma un poco arriesgada. El conductor del BMW pierde rápidamente el control, se acongoja y pisa los frenos con todas sus fuerzas.

Ocurre lo que tiene que ocurrir, que se come la mediana cual sopa de marisco, por poco la sobrevuela y vuelca un par de veces. Según el autor del vídeo, no hubo heridos graves, a pesar de la magnitud del porrazo. ¿Qué demonios ha fallado? ¿No se supone que un M3 es el summum de la seguridad activa?

Esta imagen es de un curso de conducción de BMW que realicé el año pasado. En condiciones de buena adherencia, coches como el M3 son muy rápidos porque pisan muy bien el asfalto. La dimensión de serie de neumáticos del modelo E90 es 245/40 R18 delante y 265/40 R18 detrás.

Los coches con tanto ancho de neumático tienen un problema cuando circulan en condiciones de baja adherencia, y es que su agarre disminuye mucho. Fijaos en las carreras de rally sobre nieve, llevan ruedas de utilitario. Dicho de otra forma, con ruedas anchas y lluvia intensa, vas vendido. Le tomo a Luis Villamil prestada la frase.

En el vídeo comprobamos que el M3, en esa maniobra, sufre un sobreviraje. ¿Culpa de la propulsión trasera? En parte, la aceleración debió ser excesiva y se produjo una diferencia de tracción entre la rueda izquierda y la derecha. “Costas, ¿y el control de tracción para qué está?”

Muy sencillo, le habría dado igual llevarlo conectado que desconectado, no tiene mucha lógica quitar el DSC en una autovía, pero el control de tracción y estabilidad se basan en la premisa de que las ruedas agarran. Es un caso evidente de hidroplaneo o aquaplaning.

Simplemente llegó un punto en que las ruedas dejaron de tener contacto con el asfalto, sino con una película de agua que los neumáticos no fueron capaces de evacuar. Si a las malas condiciones de adherencia le sumamos velocidad inadecuada, un adelantamiento con tintes fantasmales y poca prudencia… lo que ocurre es lo que tiene que ocurrir.

Bastante suerte ha tenido el conductor, que podría haberse partido los dientes. El que va grabando pudo quitarse de enmedio sin perder el control, seguramente llevaba un insulso coche de tracción delantera con el que nada le ha pasado. La seguridad puede ser bastante relativa, un M3 no es como conducir en “modo dios”.

Atentos al vídeo de Dunlop, lo explica muy bien. Hay varios vídeos sobre el tema pero este es el mejor que he encontrado en castellano. Espero que podáis aprender algo y nunca os pase lo que al desgraciado protagonista de esta entrada.

Por cierto, si el que iba grabando hubiese circulado por la derecha y el M3 hubiese tenido el carril izquierdo solo para él, lo único que habría cambiado es que se habría dado el galletón unos kilómetros más adelante. Vamos, que no hay que echarle las culpas al que no la tiene.

Vídeo | Youtube
Vía | Jalopnik
En Motorpasión | Hay gente con mucha suerte, BMW M3, prueba (parte 1, parte 2, parte 3, parte 4)

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