Una cafetera integrada en el salpicadero que convertía cualquier viaje en una pausa para el café
Hoy apenas quedan unas pocas unidades y alcanzan precios de hasta 900 dólares (unos 825 euros)
Hay inventos que parecen demasiado buenos para ser verdad y la Hertella Auto Kaffeemaschine, en parte, es uno de ellos. En 1959, Volkswagen ofrecía a los dueños del icónico Beetle (nuestro amado 'Escarabajo') la posibilidad de preparar café directamente en el coche, gracias a una cafetera montada en el salpicadero que se enchufaba al mechero.
El resultado fue un accesorio tan excéntrico como adelantado a su tiempo, pero también poco práctico: preparaba un café discutible y era caro, lo que explica por qué apenas se vendió. Además no era lo más seguro del mundo, pero molaba. Seis décadas después, esa rareza la ha convertido en una de las piezas de coleccionista más codiciadas de Volkswagen.
Europa apostaba por el café, EEUU por los portavasos
A finales de los 50, el Volkswagen Beetle ya era mucho más que un coche: era el utilitario más popular de Europa y empezaba a conquistar el mundo. Su diseño sencillo y su precio asequible lo convirtieron en un icono, pero también en un lienzo para accesorios que lo personalizaban. Entre ceniceros cromados, radios portátiles y maletas a medida, apareció la Hertella Auto Kaffeemaschine, quizá el accesorio más extraño e improbable de todos.
Mientras en EEUU comenzaba la obsesión por los posavasos o cup holders, en Europa se ideaba un invento imposible de imaginar al otro lado del Atlántico: una cafetera en el salpicadero.
La Hertella funcionaba de forma muy rudimentaria: se llenaba el depósito con agua, se ponía el café en un filtro de doble capa y, al enchufarla al encendedor, la resistencia empezaba a calentar sin necesidad de interruptor. Como escribió Peter Holderith en The Drive, “en cuanto la enchufabas se calentaba… y tenías que estar bastante desesperado por cafeína para usarla”.
Hertella Auto Kaffeemaschine
Dave Hord, de Classic Car Adventures, que logró comprar una unidad en Serbia tras años de búsqueda, fue más tajante: “Me imagino que esta máquina hace, en realidad, un café terrible”. Y sin embargo, tenía detalles brillantes: las tazas de porcelana incluían discos metálicos en la base para fijarse magnéticamente y evitar derrames mientras se conducía.
Rara en su tiempo, exclusiva hoy
La producción de la Hertella Auto Kaffeemaschine fue muy limitada y hoy apenas se conocen unos pocos ejemplares. Hord asegura que en tres años de búsqueda solo ha visto seis unidades en el mercado, lo que da una idea de su exclusividad.
En su época tampoco era barata: costaba el equivalente a unos 136 dólares actuales. Hoy, las pocas que aparecen a la venta alcanzan precios de hasta 900 dólares (unos 825 euros) en subastas y foros especializados, convertidas en auténticos objetos de deseo para coleccionistas de Volkswagen.
Más allá de la calidad del café (más que probablemente mala), la Hertella Auto Kaffeemaschine refleja la creatividad automovilística de los años 50: una mezcla de ingenio y extravagancia difícil de ver hoy, y que bien podría haber salido del guion de una película de Wes Anderson.
Imágenes | The Drive, @thishowthingswork, classiccult
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