Prueba: Opel Meriva OPC

Esta es una de las sorpresas que os tenía guardada para la serie de pruebas Noviembre Familiar®, el Meriva OPC, el monovolumen más brutal y salvaje de su categoría junto al Mercedes A200 Turbo. Su corazón es un 1.6 Turbo ECOTEC de 180 CV, gracias al cual es capaz de planear a 222 Km/h y pasar de 0 a 100 Km/h en sólo 8,2 segundos. Es radicalmente distinto en comportamiento a un Meriva normal, sólo se parecen un poco en el aspecto, ya que el OPC tiene una decoración exterior e interior específica.

Esta prueba es diferente a las demás, de modo que todo va un poco condensado ya que en un modelo tan deportivo, la capacidad del maletero, el número de posavasos o la modularidad os importa poco. Los modelos OPC son Opel tuneados de serie, hipervitaminados y musculados, pensados para mezclar el uso familiar con escapadas a los circuitos los fines de semana, y en su mercado local, volar por las Autobahnen. La verdad es que en un país como el nuestro, su compra tiene muy poco sentido.

Puesto de conducción

Si no fuera por los asientos Recaro, no sería nada fácil conducirlo. Es criticable que los codos suelen tocar en los bordes, sobre todo en virajes o insertando las marchas pares. El volante sólo se ajusta en altura, lo que limita las posibilidades de regulación un poco. Los pedales no son de aluminio, un fallo en un modelo de planteamiento tan racing. La ergonomía no es la mejor posible, algunos mandos no están bien colocados. Además, el pilar A nos resta visibilidad.

La dirección es precisa, pero le falta un toque para ser lo directa que tiene que ser y echo de menos un poco de dureza. El cambio de marchas OPC es un poco lento de accionar, pero preciso y con poca holgura (los he tocado mejores). El pomo es muy grande, no pasaba nada si lo dejaban más pequeño.

Motor y dinámica

El Meriva OPC no es apto para cardíacos ni conductores normales, tiene unos pedales muy sensibles a cualquier sugerecia y un motor muy bravo (y un pelín brusco) con el que adelanta de forma fugaz, no necesita ni 6,5 segundos para pasar de 80 a 120 en 4ª. El tarado de la suspensión es muy duro, de los más firmes que he tocado, con el que los balanceos son casi nulos y el paso por curva increíble para un monovolumen. Con los guardas dormidos hay que ser especialmente cuidadosos, da en el culo unos golpes contundentes.

Por su entrega de potencia, si apuramos el trazado de las curvas es un poco subvirador, ya que es mucho par para tracción delantera (230 Nm de 2.200 a 5.500 RPM), pero negocia con facilidad si se tiene cierta experiencia. El ESP está especialmente tocado para permitirnos cierto deslizamiento en las curvas sin comprometer la seguridad. Eso sí, este coche está absolutamente contraindicado para conductores noveles, inexpertos y alérgicos a las sensaciones fuertes.

El motor homologa un consumo de 7,8 l/100 Km, obtenido con un Guardia Civil en el asiento del copiloto bolígrafo en mano y mimando el acelerador con precisión milimétrica. La autonomía aproximada es de 500 kilómetros, es decir, más de 10 litros de media. Practicar conducción económica con el Meriva OPC se hace harto complicado y para qué engañaros, le pisé. Parece tener vida propia.

El turbocompresor empieza a tirar fuerte desde 2.500 RPM, aunque a menor régimen tenemos la fuerza suficiente para apurar marchas largas mientras nos deleita el motor con ese particular ronroneo del escape preparado. No me parece ruidoso a menos que apuremos mucho el tacómetro, la sonoridad es moderada debido a la aerodinámica. En viajes largos, más que el ruido va a incomodarnos la suspensión.

En cuanto a frenos, muy buenos y soportan un uso exigente. De 120 a 0 Km/h en 49 metros, una cifra excelente a falta de mejor calificativo. No sólo tenemos potencia, también una forma eficaz de detenerla.

Interior

De los detalles específicos OPC ya se encarga el vídeo, pero hay cosas que merece la pena comentar. Cuatro adultos de estatura superior a la media (2 metros también) van cómodos, el quinto no, la plaza central es muy dura y por tanto incómoda. Quitando el cuero de volante y pomo y los detalles OPC, es un Meriva normal: plásticos de poca monta y ásperos.

La tapicería de los asientos es parcialmente de cuero, tenemos un climatizador monozona, guantera refrigerada, el sistema de asientos traseros Flexfix FlexSpace, etc. En cuanto a seguridad, correcto para los tiempos que corren: 5 cinturones con cabeceros, airbags frontales y laterales delanteros, fijaciones ISOFIX, frenos ABS con ESP, antinieblas… El Meriva obtuvo 4 estrellas EuroNCAP, y dada la relativa veteranía del modelo, fue un resultado objetivamente bueno.

Dudo que algún padre de familia se plantee comprarlo. Sí, compatibiliza diversión, potencia y posibilidades de uso familiar, pero tenerlo todos los días puede ser cansino. Y eso que el Meriva OPC no es una bomba precisamente, por que hay otros OPC familiares que son más salvajes y potentes todavía, con 280 CV de tope. Lo dicho, no aptos para almas sensibles.

NOTA: Durante la filmación del vídeo se tomaron las debidas precauciones para con los demás conductores.

Vídeo | Zapp Internet y Youtube

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