Lo cierto es que ya me gustaría a mi saber si es un crash test de verdad, o tan solo una prueba un poco freak, pero hay que ver cómo aplasta, literalmente el camión a lo que se pone por delante. Sobre todo el primer coche, el pobrecico Citroën 2CV, que queda hecho miguillas, planchado, incluso el segundo o el tercero.
El diablo sobre ruedas a partir de ahora, me dará más miedo. Eso sí, si voy en el camión y tengo que escoger entre empotrarme contra cinco coches (vacios) o contra un pivote, elijo los coches, segurísimo.
En Motorpasión | Crash Test (suite)