Nissan Pathfinder, prueba (parte 2)

El Pathfinder es un buen término medio entre vehículo para carretera y para campo. Sólo se vende con un motor turbodiesel 2.5 dCi de 171 CV, pero se puede escoger cambio automático o manual. Su compra no tiene sentido para meterlo sólo en carretera o para 4x4 semibestia.

Vamos a ver sus virtudes y defectos en ambos sentidos.

Conducción y dinámica

Los vehículos de este tipo antaño usaban motores más grandes, ruidosos y contaminantes, con una potencia inferior. El Pathfinder, con 171 CV no es ningún cohete, ni tenemos que pensar en muchas prestaciones por su potencia. Eso sí, no se queda corto para el uso para el que ha sido pensado, desde bajas revoluciones empuja con resolución, vibrando lo suyo.

A 1.500 RPM ya tenemos bastante fuerza, el par máximo de 403 Nm se entrega a 2.000 RPM. Subir de revoluciones le cuesta poco a bajo régimen, pero cuando hacemos una estirada se resiente. Al acelerar tiene un sonido muy de camión, es uno de los motores más rumorosos que he tocado. Tiene su gracia estrujar la 1ª y la 2ª cuando no hay nadie jejeje, te hace sentir poderoso.

El Pathfinder alcanza 180 Km/h y se pone a 100 Km/h en casi 12 segundos, cifras típicas de utilitario diesel de 70-80 CV. Se puede circular muy dignamente con sus prestaciones, incluso hacer adelantamientos sin jugarse el tipo. No considero que sea poca potencia, tampoco que sobre, creo que es un buen nivel.

Ahora viene la parte desagradable. Aquí no podemos hablar de ecología ni gaitas, sus 264 gramos de CO₂/Km no le hacen muy respetuoso con el medio, está en el tramo más caro del impuesto de matriculación. Homologa un consumo de 9,8 l/100 Km de gasóleo, de hecho es lo que gasta si no se conduce con tacto.

En conducción eficiente, con cruceros de 110 Km/h, sin estrujar las marchas y sólo en carretera, logré bajar hasta 8,3 l/100 Km, y no cuesta mucho trabajo mantenerle en 8,5 l/100 Km, mi media. En ese sentido se puede considerar relativamente austero, pues es muy grande y pesa mucho. Sin embargo, cuando lo metemos por campo con reductora la broma se puede ir a 15 l/100 Km o puede que más.

En carretera se aprecian balanceos de carrocería totalmente comprensibles, y no son molestos conduciendo racionalmente. Dinámicamente es peor que un BMW X5, VW Touareg y similares, pero va mejor que un Hyundai Terracan o Kia Sorento, con suspensiones más blandas. En el modo de conducción económico (2H) es un coche de propulsión: tracción a las ruedas traseras.

Un selector enfrente del cambio nos permite seleccionar 3 modos más. El siguiente es “Auto”, que detecta pérdidas de tracción en el eje trasero y pasa par al delantero hasta un 50:50 de reparto. El modo 4H bloquea el diferencial central y es sólo para circular despacio por terrenos difíciles. Si queremos la máxima fuerza, toca usar las reductoras.

Punto muerto, embrague y 4L. El ESP se desconecta y funcionamos con las marchas más cortas. Con la 1ª y 2ª he subido cuestas imposibles de subir para un SUV normal, donde dices que suba, él sube. Muy útil para remolcar en zonas difíciles, mucha pendiente, etcétera. Ojo, que suben el consumo una burrada, hace mucha reducción (2.596:1).

El diferencial central no es mecánico (Torsen), sino de multiembragues por acoplamiento magnético, mucho más rápido en reaccionar. En todos los barrizales que me metí no tuve el menor problema, los neumáticos también hicieron lo suyo, no lleva ruedas amaneradas para asfalto como la mayoría de SUV.

Tampoco tiene bloqueos de diferencial entre ejes de forma mecánica, se hace mediante frenos, el resultado es prácticamente el mismo. No pude probarlo con nieve ni en condiciones aplastantemente difíciles. Eso sí, arrancando en pendientes muy inclinadas desde parado, no perdía tracción casi nunca. Me convence su resultado.

Sus ángulos se pueden considerar buenos, 33 y 26 grados en ataque y salida, respectivamente. La altura libre es buena, 254 mm, a prueba de la mayoría de piedras que podamos encontrar en pistas de baja o media dificultad. Podemos vadear hasta una profundidad de 450 mm, casi medio metro.

En el campo puede ser muy divertido, si te tiras a una pista de tierra a 50 Km/h o más, el sobreviraje queda bajo control con el ESP. En carretera también deja juguetear un poquito en rotondas y similares (sin tráfico, claro) cuando usamos el modo 2H. Antes de que deje de ser una simple travesura motorizada el ESP impone su ley.

No me ha gustado el tacto de la dirección, la encuentro más asistida de la cuenta. El cambio es más agradable de lo que cabe esperar y tiene 6 velocidades, que ayudan a desahogar el motor en autovía pero sin pasarse. El freno podría estar un poco más blando, por lo demás los discos aguantan bien los esfuerzos de una conducción responsable, si jugamos a hacer carreras en un puerto descendiente (cosa que no he hecho), empezarán a protestar.

Al parar en fuerte pendiente el freno de mano me pareció flojo, así que sugiero dejar una marcha engranada para asegurarse si nuestro afán por la aventura no nos permite escoger un mejor lugar. Como cuenta con asistencia al arranque en pendiente (USS), es relativamente fácil salir de este tipo de estacionamientos rarunos.

El recorrido de la suspensión no es muy largo, de modo que puede resultar un poco seco en pistas con muchos baches y limita sus posibilidades haciendo trialeras. Eso sí, en carretera dan un buen resultado, como ya he indicado. La versión automática incluye además el control de descensos, DDS.

En resumen, me ha parecido satisfactorio su comportamiento en carretera para el tipo de coche que es, y en campo lo que consigue es más que suficiente para 4x4 básico y medio. Sirve para viajar, llevar a 6 niños al colegio, meterse en cenagales, remolcar caravanas, hacer monterías…

Si no se le exige demasiado, cumple dentro y fuera de asfalto.

Mañana más…

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