Nissan Pathfinder, prueba (parte 1)

Aunque algunos digan que están de capa caída, los todoterrenos puros tienen un grupo de clientela en el que están totalmente justificados. No es un vulgar SUV, es un 4x4 con su caja de reductoras, diferencial central, ángulos adecuados… Tiene por encima al Patrol, que es más duro para cometido off-road.

Antes de ponernos a ver sus habilidades, como siempre, empiezo por el exterior e interior para irnos familiarizando con él. La versión analizada es la LE, la más equipada y cara. Todo lo que vais a ver en las fotos viene de serie, todo. Como se puede apreciar en las fotos, difruté como un cerdo en el barro, literalmente.

Exterior

Con 4.740 mm de longitud, es un vehículo grande. De alto mide 1.763 mm, casi lo mismo que de ancho, 1.850 mm, y tiene un bastidor de doble viga. Por su tamaño no se presupone ligero, y no lo es, pesa más de 2,1 toneladas en vacío. Tampoco es muy aerodinámico, su Cx es 0,38. Sus ángulos de ataque/salida son buenos, y la altura libre no es corta ni excesiva.

Respecto al modelo de 2005, apenas han cambiado los retrovisores con intermitencias (SE y LE) y alumbrado nocturno, limpiaparabrisas y llantas de aleación de 17 pulgadas, que calzan neumáticos Goodyear Wrangler 255/65 R17, muy aptos para el campo.

El gran portón trasero facilita la carga y descarga, pero si disponemos de poco espacio para abrirlo, la luneta es practicable. Las barras portaequipajes que trae son de serie, así como las estriberas, cromados, etcétera.

Interior

Como es un trasto muy grande, dispone de estriberas para facilitar la entrada y salida, sobre todo para gente bajita. Uno puede ayudarse de los asideros colocados los pilares A y B, y se agradecen mucho cuando el Pathfinder está inclinado. El acceso también es favorable para acceder a la tercera fila, dentro de lo que cabe. El mecanismo de abatido (ver detalle) es sencillo.

Pese a ser un todoterreno duro, el interior se ha pretendido hacer lo más sofisticado posible, pero tengo mis reservas. Algunos plásticos empleados no me han convencido, así como algunos ajustes. Al ralentí, se notan vibraciones provenientes del motor, y en campo a nada que vayamos un poco contentos se oyen algunos crujidos. Los altavoces BOSE vibran también al poner el volumen ya un poco alto.

Tiene detalles de calidad, como la apertura retardada de la guantera, llaves “manos libres”, la intermitencia por impulsos, regulación eléctrica de los asientos delanteros, portagafas tapizado… y otros que no son tan guays, como huecos de puertas estrechos, el volante sólo se regula en altura, la postura de conducción es un poco artificial, etc.

Los asientos de esta versión son de cuero, dan buena presencia, pero son duros y sujetan poco en casi cualquier curva. No es que sea una opción cómoda para hacer viajes largos, sobre todo para los pasajeros de la plaza central (respaldo muy duro) y de los transportines traseros. En la segunda fila el espacio disponible para piernas y altura es generoso para los más grandotes.

Como se observa en la foto, un adulto de 1,70 m va en una posición poco agradable, están pensados para niños pequeños. Menos el básico XE, todos los Pathfinder tienen 7 plazas de serie. Además, el respaldo queda muy vertical y la segunda fila de asientos no se puede ajustar en longitud para dar más espacio.

El confort térmico de todos los pasajeros me ha gustado. En la parte delantera el climatizador bizona es de serie, y en la parte trasera es regulable la salida de aire en la zona central, pudiendo ajustarse la velocidad del ventilador y temperatura. En la segunda y tercera fila hay salidas de aire en el techo que ayudan a adecuar la temperatura por todo el habitáculo.

En cuanto a sonoridad, la principal fuente es del motor 2.5 de cuatro cilindros. Es muy rumoroso sobre todo en fases de aceleración, nada que ver con los refinados diesel de 3 litros V6. En autopista, a 120 Km/h en 6ª el motor gira a 2.500 RPM, ir más deprisa implica un aumento considerable del ruido del motor y aerodinámico.

Hablemos ahora del maletero. Si tenemos las siete plazas activas, el volumen de carga es insuficiente incluso para dos maletas, 190 litritos. Ocultando los transportines bajo el piso, que es plano, ya se consiguen 515 litros, muy decentes para cinco pasajeros. Una tapa plegable oculta el equipaje de miradas indiscretas y los cinturones pueden sujetarse con unos topes.

Si abatimos la segunda fila, ya conseguimos mucho volumen de carga, 2.091 litros, y el piso resultante es plano en casi su totalidad, como en una buena furgoneta. El resultado es como en esta fotografía oficial. La rueda de repuesto hay que buscarla en el exterior. No es una galleta, es una del mismo tamaño, lo suyo en este tipo de vehículo.

Mañana más.

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