¿Quién debería liderar el mercado de los coches autónomos? (1) Las automovilísticas

El futuro traerá consigo de forma casi inevitable la generalización de los vehículos autónomos. Desde hace ya años estamos asistiendo a grandes pruebas en vía abierta y con tráfico cotidiano de los sistemas que permitirán que un día los autónomos tomen las vías. En este escenario, surge una cuestión interesante:

¿Quién debería liderar el mercado de los coches autónomos, las automovilísticas o las tecnológicas?

Para dar respuesta a esa pregunta vamos a desarrollar un cara a cara. En esta parte analizamos por qué deben ser las marcas del sector automoción las que pongan toda su experiencia en esta nueva etapa de la Historia del Automóvil. En la siguiente, cambiaremos las tornas y daremos ese peso a las empresas de tecnología.

Uno de los argumentos que esgrimen los férreos defensores de la conducción autónoma se basa en la seguridad. Echando mano de la estadística sabemos que entre un 70 % y un 90 % de la siniestralidad vial está relacionada con los riesgos del factor humano: distracción, alcohol, drogas, medicamentos, inexperiencia, fatiga y sueño, velocidad inadecuada, tendencia al riesgo...

Si seguimos el razonamiento de quienes abogan por los coches autónomos tenemos que al eliminar el factor humano de la ecuación, se elimina buena parte de la siniestralidad vial. Queda la relativa al factor vía (entre un 6 % y un 35 % según datos oficiales), que se reduce en la medida en que los coches autónomos interactúan con las infraestructuras, y la relativa al factor vehículo (4 % al 13 %), que cobra mayor importancia en un entorno viario gestionado por los propios automóviles.

Cien años de experiencia nos contemplan

Si eso es así, parece casi evidente que cuanto mayor sea la experiencia que puedan tener quienes lideren el nuevo mercado automovilístico, mayores serán las garantías de seguridad que puedan ofrecer en un terreno donde la falta de experiencia puede repercutir en esa seguridad que se persigue con la erradicación del factor humano.

Desde los albores del automovilismo hasta nuestros días, muchos han sido los avances que en materia de seguridad han implementado los fabricantes. Las investigaciones han sido continuas y se han adaptado en cada época a las posibilidades reales que brindaba la tecnología y a las exigencias que formulaba la sociedad. Aún hoy ese es el escenario.

Todo el bagaje acumulado durante un siglo de investigación por la seguridad activa y pasiva se canaliza ahora en la investigación de la conducción autónoma. Marcas como BMW, Volvo y Cadillac ya tienen sólidos avances en este terreno, y por su parte Nissan, Mercedes-Benz, Ford y Audi han abierto sedes Silicon Valley para desarrollar las tecnologías necesarias.

Los coches autónomos no serán simples lavadoras con ruedas. Por muy desarrolladas que estén las tecnologías en el campo de la informática, y por muy bien que se realicen las comunicaciones con los elementos electrónicos del vehículo, no sólo hablamos de robótica, hablamos al fin y al cabo de vehículos. Y en este sentido se decanta la balanza a favor de quienes han desarrollado todo un siglo de avance tecnológico sobre la base de una máquina que debe mover una elevada masa a una elevada velocidad por un entorno viario de características complejas y variables.

Marcas que se asocian a los coches autónomos

Otra cosa es la imagen que destile cada una de las marcas en el imaginario de los consumidores. Según revela la consultora KPMG en un estudio reciente, los ciudadanos entienden que la conducción autónoma será radicalmente diferente a la conducción actual. Pasarán a tener mayor importancia el manejo, la seguridad, la innovación y la fiabilidad, y perderán peso el motor, la transmisión y el diseño.

Todo eso les hace pensar que serán las empresas tecnológicas quienes liderarán este nuevo terreno. Y de entre todas las tecnológicas, Google está a la cabeza en la mente de los consumidores. Así, Google llevaría la batuta en el nuevo mercado, mientras que Nissan lideraría el mercado masivo y Mercedes-Benz, la cuota premium.

¿Tiene esto sentido desde el punto de vista de la Historia del Automóvil? No demasiado. Quizá desde el punto de vista del marketing tenga todo el sentido del mundo, habida cuenta la facilidad que tiene el gigante de Mountain View vendiendo su imagen de marca, pero no desde una óptica que busca en el vehículo la seguridad necesaria.

Es cierto que al mundo del automóvil se han incorporado profesionales de los tejidos y los telares, de los obuses, de los molinillos de café y hasta de la tradición samurai. Pero una vez que entraron en el mundo del automóvil, dejaron atrás sus orígenes y se volcaron por completo en ese fascinante sector. ¿Alguien imagina una industria automovilística liderada por empresas como Google o Apple? En un rato veremos la otra cara de la moneda.

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