La nueva Gran Muralla china está bajo el mar: un muro gigantesco para protegerse de los submarinos de EEUU con robots e IA

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Irene Mendoza

Hace siglos China construyó la Gran Muralla para protegerse de las incursiones enemigas por tierra. Hoy, está levantando una misteriosa muralla submarina para defender su territorio desde el fondo del mar. Se trata de la llamada 'Gran Muralla Submarina' (UGW, por sus siglas en inglés): un megaprograma de vigilancia, defensa y exploración submarina que está transformando el control militar y tecnológico de los mares.

Este proyecto, desarrollado por China State Shipbuilding Corporation (CSSC), combina sensores submarinos, inteligencia artificial, redes de datos, vehículos autónomos, estaciones en el lecho marino e incluso satélites. Y su objetivo es convertir el mar de China Meridional en una fortaleza bajo el agua, detectar cualquier amenaza (humana, climática o natural) y proyectar poder estratégico más allá de sus aguas territoriales.

Un sistema de vigilancia que recuerda a la Guerra Fría

El proyecto fue anunciado en 2015, en plena tensión internacional por las disputas en el mar de China Meridional. Desde entonces, la llamada ‘Gran Muralla China Submarina’ ha evolucionado hasta convertirse en una versión digital y mucho más avanzada del sistema SOSUS (Sound Surveillance System) que EEUU usó durante la Guerra Fría para rastrear submarinos soviéticos.

Según la información publicada por Asia Pacific Defender Reporter (2024) y el NBR Strategic Space Report, la red incluye sensores fijos y móviles, estaciones costeras, cableado submarino, nodos con funciones extendidas y sistemas de inteligencia artificial capaces de analizar patrones de movimiento, detectar objetos por pequeños que sean y anticiparse a amenazas. Además, puede recoger datos meteorológicos, geológicos, oceanográficos y biológicos en tiempo real.

La ‘Gran Muralla China Submarina’ cumple varias funciones simultáneas. Por un lado, actúa como sistema de alerta temprana ante catástrofes naturales como terremotos, tsunamis o tifones. Por otro, permite monitorizar contaminantes en el agua, realizar seguimiento biológico de especies marinas y observar los efectos del cambio climático.

Pero su faceta más importante es la militar. China podría usar esta red para detectar intrusión de submarinos, sabotear cables de comunicaciones y desplegar drones de ataque o vigilancia.

Según Lyle J. Goldstein, experto en seguridad del mar de China Meridional, el sistema "no se limita a aguas bajo jurisdicción china, sino que abarca cualquier zona de interés nacional, incluidas rutas estratégicas en el Índico y el Pacífico".

La red está construida y gestionada por CSSC, el mismo conglomerado que diseña buques de guerra para la Armada del EPL (PLAN). Las instalaciones de investigación en Pekín y Wuxi abarcan desde el desarrollo de sensores y vehículos no tripulados hasta la integración completa del sistema.

En paralelo, China ha desplegado UUVs (vehículos submarinos no tripulados) como el HSU-001, capaces de patrullar de forma autónoma durante semanas, y ha ensayado redes de enjambres con hasta 56 drones marinos operando de forma coordinada. Algunos están diseñados para misiones de reconocimiento, otros para guerra antisubmarina.

Un proyecto único en el mundo: cables, minerales y una "muralla" que se extiende

La ‘Gran Muralla China Submarina’ también cumple funciones clave en la cartografía del lecho marino, la instalación de cables de telecomunicaciones y la prospección minera. Así, China busca liderar la extracción de minerales críticos como cobalto, litio o manganeso en aguas profundas, esenciales para su desarrollo tecnológico.

Según datos del Servicio Geológico de EEUU, la minería submarina comercial será viable en los próximos cinco años. Y en este campo, China ya ha probado prototipos como el submarino autónomo UUV-300CB, capaz de colocar minas, lanzar torpedos o desplegar otros drones.

EEUU, Japón, Canadá o Europa también han desarrollado redes de observación submarina, pero ninguna llega ni por asomo al alcance, la ambición ni la dimensión estratégica de la ‘Gran Muralla China Submarina’. El proyecto es, según los expertos, el intento más serio hasta la fecha de construir un sistema de vigilancia y proyección de poder submarino a gran escala.

Por ahora, buena parte del despliegue se concentra en el mar de China Meridional, pero todo apunta a que su influencia se extenderá a nuevas zonas en conflicto, como el estrecho de Taiwán, el Pacífico occidental o incluso el Índico. Una muralla invisible está creciendo bajo el agua. Y esta vez, no es para proteger una dinastía, sino para blindar los intereses geoestratégicos del siglo XXI.

Imágenes | Unsplash, Ian Burns McCaslin, Real Engineering, USN 

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