Estas son las teorías de la conspiración a favor y en contra del Corvette de motor central

Ahora parece que va la vencida. Habrá un Corvette de motor central. En todo caso, la mayoría de los medios especializados dan por sentado que el Corvette tendrá, después de 40 años, una versión de motor central. Por supuesto, hubo varios concept cars y prototipos en el pasado que nos hicieron soñar con un Corvette de motor central, pero nunca se hicieron realidad.

Esta vez, sin embargo, a la vista de los diferentes prototipos cazados parece que sí será una realidad. ¿O no?

Los rumores son cada vez más persistentes acerca de un futuro Corvette de motor central. Ya son varios los prototipos de desarrollos cazados en Estados Unidos que confirmarían este rumor. Sin embargo, el secretismo que rodea este proyecto de General Motors es tal que nadie tiene una fuente fiable de lo que será realmente ese coche. Y es que podría no ser un Corvette.

Ni siquiera está claro qué motor usaría este superdeportivo: el clásico V8 con varillas de empuje del actual Corvette, como el LT4 de 6.2 litros del Z06, o el más sofisticado (para un Corvette) V8 LT5 con culata de doble árbol de levas en cabeza. Asegurar que ese coche de motor central será un Corvette u otra cosa, es algo que no vamos hacer, pues sería pura especulación. Al contrario, vamos a ver que todo apunta a que será un Corvette y al mismo tiempo todo nos dice que no será un Corvette.

Esto no es un Corvette sino un Cadillac

La única certeza que tenemos hasta ahora es que GM está desarrollando un superdeportivo de motor central. Y si bien el Corvette debió equipar un motor central desde que Zora Arkus-Duntov se hizo cargo del proyecto, aunque nunca llegó a materializarse por cuestiones de costes. Y los costes de desarrollo con un precio de venta final es el principal argumento en contra de un Corvette de motor central.

Este superdeportivo se presentaría en el Salón de Detroit de 2018 y su comercialización no empezaría hasta la segunda mitad de ese año, haciendo de él un modelo 2019. El actual Corvette llegó al mercado a finales de 2013 (año modelo 2014), así el de motor central llegaría al final de la vida comercial del Corvette dejando poco hueco para modelos igualmente emblemáticos, como el ZR1 (sí habrá un ZR1y fue cazado junto al de motor central).

Además, el Z06 cuesta en Estados Unidos casi 80.000 dólares, el futuro ZR1 se acercará a los 100.000 dólares, Chevrolet para un modelo de motor central desarrollado desde cero, como es el caso aquí, deberá pedir al cliente una cifra cercana a los 150.000 dólares. Es alejarse demasiado del público objetivo del Corvette. Ahí, Chevrolet se aventuraría en el territorio del Honda NSX, del Porsche 911 (un Carrera de base cuesta ya 90.000 dólares) o del Audi R8 (162.900 dólares).

Sin embargo, si ese superdeportivo fuese un Cadillac, el precio ya no sería un problema. Y es que Cadillac ya pide casi 90.000 dólares por la berlina CTS-V de 640 CV. Así, un superdeportivo de 150.000 dólares no estaría fuera de lugar en el catálogo de Cadillac, especialmente como coche halo de la gama V-Series (el equivalente en Cadillac de BMW M o AMG).

Obviamente no es sólo una cuestión de precios. Al frente de Cadillac está Johan De Nysschen. Antes de Cadillac, De Nysschen estaba al frente de Infiniti. Al frente de la marca nipona siempre tuvo claro que el principal problema de Infiniti era su falta de imagen. Puedes hacer excelentes coches, colaborar con Daimler (Infiniti Q30), pero si nadie te conoce, pocos coches vas a vender. De ahí que fuese el principal instigador del Infiniti Q50 Eau Rouge. ¿Te acuerdas de ese Infiniti con transmisión y motor de Nissan GT-R que iba a salir al mercado? Pues olvídate de él, el proyecto se abandonó cuando De Nysschen se fue a Cadillac. Una de las tareas que De Nysschen debe realizar en Cadillac es cambiar su imagen.

Me dirás que Cadillac no carece de imagen. Cierto, pero si hablamos de Cadillac mucha gente piensa en esos barcos de la carretera que sólo conducen mafiosos de Nueva Jersey y jubilados de Florida. Cadillac lleva algo más de una década queriendo cambiar de imagen. Lo empezó con las V-Series, modelos ultra potentes para rivalizar con los BMW M3, Audi RS6 y demás bestias alemanas. ¡Incluso se atrevieron hace unos años con un [CTS-V Station Wagon](motorpasion cadillac cts-v station wagon)! Pero no es suficiente.

Así Cadillac ha vuelto a la competición. En el Pirelli World Challenge (el DTM estadounidense) con un ATS-V cupé y en el campeonato de resistencia norteamericano IMSA, con el “DPi-V.R”. Un superdeportivo de motor central serviría de coche halo para la gama V-Series apoyándose en la competición.

Por último, si el Cadillac de motor central equipa el V8 LT5, y Cadillac nunca tuvo miedo de usar motores más actuales o modernos, como en los años 80 el V8 Northstar, serviría para que luego el LT5 llegase al Corvette. Y es que la clientela del Corvette es conservadora, le gusta su V8 con varillas de empuje. Pero claro, si Cadillac tiene un LT5, los clientes de Corvette también querrán uno.

Una parte de mí apuesta por Cadillac, parece casi lo más lógico. Sin embargo, un Corvette de motor central también tiene sentido.

El Corvette de motor central es una realidad

Para muchos, un superdeportivo de motor central en General Motors equivale a Corvette. Durante décadas, GM jugó con esa idea pero no la materializó nunca a nivel comercial. Ahora, sin embargo, muchos son los indicios que confirmarían que por fin habrá un Corvette de motor central.

Primero GM registró varios nombres comerciales, como “Zora”, por Zora Arkus-Duntov, uno de los padres del Corvette. Zora era un ingeniero y piloto de carreras y para él, la mejor solución para un deportivo era la arquitectura de motor central. Sería una suerte de reconocimiento. Claro que también GM registró nombres como E-Ray (¿para un Corvette híbrido o eléctrico?), ZR-1 y muchos más. Obviamente, las compañías registran de forma habitual muchos nombres por si acaso, no porque vayan a usarlos necesariamente.

Por supuesto están los prototipos cazados de forma más o menos periódica. Primero fue un Holden Ute con el motor en el plano de carga -una mula, obvio- y más recientemente un prototipo más completo y camuflado rodando junto a un Corvette.

A nivel comercial, el Corvette siempre ha sido el único deportivo estadounidense con cierta reputación y capacidad para rivalizar con los prestigiosos modelos europeos, especialmente desde la generación C6. Un modelo de motor central, como coche halo del resto de la gama, podría servir para seguir afianzando esa imagen. Eso sí, sus prestaciones deberán ser superiores a las del futuro ZR-1.

Por último, Chevrolet invirtió 290 millones de dólares en la factoría de Bowling Green (Kentucky) para adaptarla a “nuevos procesos y tecnologías”. Bowling Green siempre fabricó exclusivamente el Corvette, y un durante un breve periodo el Cadillac XLR (que tomaba por base el Corvette, por cierto). Así, los “nuevos procesos y tecnologías” mencionados por GM serían la prueba definitiva que un nuevo modelo, más tecnológico que al actual Corvette, se va a fabricar en Bowling Green.

Y con este último punto, llegamos a la tercera teoría. ¿Y si ambas marcas tienen su superdeportivo de motor central? Al fin y al cabo, también tiene sentido. De este modo, el elevado coste de desarrollo se vería compartido por ambas marcas, un poco al estilo de lo que ocurre con el Audi R8 y el Lamborghini Gallardo, primero, y ahora con el Huracán.

De todos modos, sea lo que sea que planea General Motors con este superdeportivo no lo descubriremos hasta al menos dentro de un año.

En Motorpasión | Las siete veces que General Motors nos hizo creer en el Corvette de motor central

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