Señoras que conducen con un par.... de neuronas

Una noticia como esta ya no nos llama la atención: “Detenido por circular a 200 km/h y con permiso de conducir sin puntos”, porque ya lo hemos visto más de una vez. Ahora bien, si cambiamos “detenido” por “detenida”, oiga, la cosa cambia. Y si encima hablamos de una mujer de 77 años, a casi 250 km/h y sin carnet, es para alucinar en colores.

La escritoria Rosa Regás ha escrito esta mañana un artículo de opinión en el blog Ellas de El Mundo, llamado Los límites que nos acercan, en el que hace una defensa encendida de esa señora que un día se dio el gustito de poner un Porsche Boxster S a 247 km/h en la AP-7, imponiendo el récord de velocidad captado por un radar en Tarragona. Con un par.

La señora Regás hace un alegato a los impulsos pasionales, pasar de las prohibiciones y la realización de la mujer a través de pisar un acelerador a tabla. ¿Podría explicarme alguien que se ha fumado esta señora? (la que escribe, no la que conducía). Lo que hace es una oda a la imprudencia más temeraria.

¿Patente de corso por razón de sexo?

El hecho de que la conductora en cuestión, Lourdes V. A., sea mujer, en mi opinión es poco relevante. A una edad en la que quieras que no el cuerpo no funciona igual de bien, conducir a esa velocidad y sin haber obtenido nunca la licencia de conducción, es como acariciar el gatillo de un rifle de asalto dentro de un mercado gritando “¡Pum! ¡Pum!”.

Si hubiésemos hablado en todo momento de un señor, pensaría lo mismo. Está muy bien defender el feminismo, o la igualdad entre sexos (hasta cierto punto es algo de cajón, pasado cierto punto ya no), o la realización del ser humano. Ahora bien, leyendo a Rosa, parece que Lourdes no vivió hasta que hizo la misma tontería que haría un hombre.

Recordemos que recientemente Sir Stirling Moss ha colgado los guantes a los 81 años. No hablamos de un conductor del montón, sino de un laureadísimo deportista que ha competido al más alto nivel, y hasta él ha tenido que reconocer que pasado cierto punto el cuerpo no permite darse ciertas alegrías.

Los tres abuelos que tengo vivos, con esa edad, jamás harían tal cosa, y a uno de ellos lo conocéis algunos bastante bien. Lo que hizo esta señora fue una imprudencia, en mayúsculas, por no emplear una palabra más obscena que acaba en “-yez”. Y Rosa Regás, defendiendo lo indefendible en aras del feminismo o vete tú a saber qué, es otra imprudente.

Poner un coche a esa velocidad no es una travesura inocente, como tampoco lo es haber conducido toda la vida sin permiso de conducir. Los hechos ocurrieron en 2009 —admito que en su día no tuve constancia de ello—, normal que Rosa Regás no encontrase titulares recientes. Ahora lo que se habla es de la condena que le va a caer.

Las mujeres no suelen hacer tonterías al volante, no tienen tanta testosterona, pero las hay capaces de hacerlo. Incluso hay mujeres que se atreven a correr delante de un toro de 500 kg en los sanfermines, ahora bien, no es algo que ellas suelan hacer, y se ve a pocas hacerlo. Lo mismo en cuanto a desfalcos sobre ruedas como este. ¿Se ha creído que es Danica Patrick? ¡Pues no, señora, en ningún sentido!

Bienvenidas las que se atreven, bienvenidas las osadas, las que utilizan el coraje, las que han desvelado cual es su voluntad y a qué precio están dispuestas a llevarla a cabo. No las que imitan a los hombres, sino las que, como la desconocida de la carretera de Tarragona, han traspasado los límites, aunque solo sean los humildes límites de una prohibición de velocidad. Mi homenaje y mi sincera admiración.

Una vez me he recuperado de las arcadas que me ha dado leer esto, y tras echarme algo de colirio a los ojos, sigo pensando qué se ha fumado Rosa Regás. Solo le ha faltado decir que Lourdes V. A. se merece el puesto que ahora ocupa Bibiana Aído por ser más feminista que Juana de Arco, o que le concedan una medalla.

Lo que Lourdes ha conseguido es meterse en juicios, antecedentes penales y la privación de conducir hasta los 81 años (con o sin carnet), igual para 2015 esta señora no está ya con nosotros. Como dijo el embajador persa a Leónidas: “¡Esto es una locura!”. Locura es la acción de Lourdes, locura es el artículo de Rosa.

Otra cosa bien distinta es lo que pasa con las mujeres en Arabia Saudí, que solo por ser mujeres no pueden conducir, y que recientemente se popularizó el caso de una señora que, enfundada en su hiyab, le salió del moño conducir, grabarse en vídeo y subirlo a Internet. Casi se la cargan.

También es totalmente opuesto lo que me contó mi abuela Francisca, que cuando salía a conducir, evidentemente con carnet, allá por los años 60, algunos conductores la mandaban a fregar. Ella, con mucho temple, les espetaba que cuando se ponía a conducir “ya lo tenía todo fregado”.

Ahora bien, defender la supina estupidez de una persona solo por ser mujer me parece lamentable, y querer elevarlo a la categoría de gesta me parece vomitivo. Vale que las normas de circulación nos caigan muy gordas a veces, pero también pensad en lo que sería tener a gente de esa edad conduciendo tan deprisa sin ningún control. Miedito.

O quizás este joven e inexperto articulista no entendía que Lourdes solo buscaba la forma de dejar de conducir por la puerta grande, dada cierta edad, a uno le resbala todo, como al abuelo de “Pequeña Miss Sunshine”.

NOTA: En absoluto me considero un machista, solo trato de decir las cosas como son.

Vídeo | Youtube
Enlace | Ellas
Fuente | El Mundo Motor

También te puede gustar

Portada de Motorpasión

Ver todos los comentarios en https://www.motorpasion.com

VER 70 Comentarios