Si la Guardia Civil de Tráfico hiciera como en Alemania, el efecto mirón tendría los días contados en España

La Guardia Civil de Tráfico se enfrenta cada día a muchas situaciones complejas, sobre todo cuando alguien sufre un siniestro vial. El efecto mirón es una de ellas, consiste en distraerse mirando los vehículos siniestrados o, peor aún, las víctimas. O, peor todavía, sacarles fotos. Y hay un polícia en Alemania llamado Stefan Pfeiffer que ha decidido acabar con esa lacra.

"¿Quieres ver cadáveres? Ven conmigo"

Así es como el policía acompaña a un hombre que ha sido sorprendido en plena autobahn, cerca de Núremberg, fotografiando un siniestro vial a la caza de posibles víctimas de tráfico. Mientras caminan, el agente le echa una tremenda bronca a otro hombre, que desde su camión también retrata la escena.

Una vez llegados al punto de la colisión, el policía increpa al hombre, diciéndole que si quiere puede saludar al cadáver, antes de notificarle la sanción que le aguarda: 128,50 euros por tomar fotografías de un siniestro vial.

Y como esos, varios casos más. Según explica Pfeiffer, la medida que ha adoptado la Policía en Alemania persigue mejorar la conciencia vial de los conductores. El objetivo es reducir el efecto mirón, y lograr que los conductores vean que un siniestro vial no es un espectáculo que deba inmortalizarse con el móvil, sino "una amarga realidad", como la define este agente.

Si en España los agentes de la Guardia Civil de Tráfico fueran a por los mirones, tal y como lo hace Stefan Pfeiffer, quizá más de un conductor se lo pensaría un par de veces antes de pararse a observar la escena... y a grabar los detalles para luego compartirlos con sus contactos de WhatsApp.

El efecto mirón, un riesgo vial contra el que Alemania se plantea imponer fuertes multas

El efecto mirón no sólo es origen de nuevas colisiones, generalmente por alcance a otros vehículos, sino que llega a ocasionar el doble de retenciones que el siniestro vial principal. Y esas retenciones afectan no sólo al tráfico habitual de la vía, sino en especial a los vehículos prioritarios, que deben acceder al lugar de la colisión cuanto antes.

Por otra parte, el derecho a la intimidad de las víctimas de tráfico queda mermado ya no sólo por el efecto mirón, sino por la creciente tendencia de fotografiar o grabar los siniestros e incluso compartir los detalles a través de internet, con las consecuencias que eso tiene para la dignidad de las víctimas y para sus familiares y allegados.

En Alemania, el efecto mirón está siendo analizado de forma seria debido a la incidencia que tiene al retener la actuación de los servicios de emergencia, que constituye uno de los pilares de la seguridad vial del país. Alemania tiene previsto elevar las sanciones hasta los 2.000 euros para aquellos conductores que bloqueen las carreteras cuando sucede un siniestro vial.

Esta medida viene precedida de una subida de las cuantías previstas para las sanciones por estos entorpecimientos del tráfico. Históricamente, estas infracciones se castigaban con unos testimoniales 20 euros. En 2017 esos 20 euros pasaron a ser 320 euros de multa.

Según un estudio de la Cruz Roja Alemana (DRK), en 2018 cuatro de cada cinco ambulancias sufrieron retrasos superiores a 5 minutos al asistir siniestros viales, a causa de las retenciones de tráfico. Estas cifras, en un país en el que la hora de oro es un concepto vital en las políticas de prevención y seguridad vial, resultan "horrendas" en palabras de Gerda Hasselfeldt, presidenta de la DRK.

En Alemania, apartarse hacia los lados es un procedimiento estandarizado a la hora de facilitar el paso a los vehículos prioritarios cuando hay una retención de tráfico. Se denomina Rettungsgasse, y se enseña de manera formal en las autoescuelas. Además es de obligado cumplimiento, bajo pena de sanción.

Ahora, el Rettungsgasse está en riesgo, porque hay conductores que se dedican a sacar el móvil en cuanto ven que hay un siniestro delante. Y en los últimos años se ha sumado al efecto mirón la penosa distribución de imágenes de siniestros a través de servicios de mensajería y redes sociales.

Una consecuencia trágica que obtuvo mucha repercusión en Alemania se produjo en 2017, cuando murieron 18 ocupantes de un autobús incendiado en la autopista que conecta Berlín y Múnich, a su paso por Münchberg (Baviera), debido a que los servicios de emergencia no pudieron llegar a la zona rápidamente porque los conductores del resto de vehículos estaban demasiado ocupados grabando las llamas como para dejar libre el camino.

La acción de la Policía de Tráfico recriminando a los mirones no es un hecho aislado. En 2018, un cortometraje de la productora Blickfänger se hizo viral en Alemania retratando los riesgos del efecto mirón en la carretera, visto desde la perspectiva de un grupo de bomberos de la ciudad de Osnabrück (Baja Sajonia).

En el corto, unos amigos viajan en coche cuando se ven sorprendidos por un siniestro vial grave. En vez de detenerse para ayudar, sacan los móviles y comienzan a compartir las imágenes del suceso en redes sociales, obteniendo una gran cantidad de reacciones de sus seguidores, hasta que uno de los protagonistas se da cuenta de que su forma de actuar quizá no ha sido una buena idea.

En España, la DGT trata el efecto mirón muy de tarde en tarde. Si algún día le dedican la importancia que merece, quizá veamos agentes de la Guardia Civil de Tráfico volcados en evitar que los conductores se detengan a observar el punto del siniestro vial, y a tomar fotos y vídeos de las víctimas.

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