SsangYong Rexton W 200eXdi, presentación y prueba en Madrid y Toledo

Esta mañana os he comentado lo fundamental sobre el SsangYong Rexton W, y ahora es momento de comentaros de primera mano cómo funciona este todoterreno. El restyling del Tyrannosaurus Rexton II se ha puesto a la venta recientemente en nuestro país, aunque se presentó hace varios meses.

Si nos ponemos a buscar todoterrenos de siete plazas, ajustando equipamiento, es de los más baratos o el más barato del mercado español actualmente. Ahora que ofrece tracción total y propulsión trasera es más accesible, y también tiene un motor más económico. El 2.7 de cinco cilindros se ha reemplazado por un 2.0 de cuatro cilindros.

Hemos hecho una prueba de contacto del Rexton W en sus variantes manual y automática, en ambos casos con tracción total. Como el recorrido recomendado por la organización era solo de carretera, tuve que usar la imaginación para poder sacarlo fuera de asfalto y ver de qué pasta está hecho.

Prueba en autopista

El Rexton W es el típico todoterreno que como turismo deja un poco que desear. Es pesado y la carrocería balancea: ¿no querías chasis en escalera? Pues toma dos tazas. La rigidez tiene su precio, y eso es masa, por lo tanto es normal que balancee. De todas formas, el balanceo me parece contenido dentro de su categoría.

La suspensión es más cómoda de lo esperado, recordándome al Toyota Land Cruiser, que es bastante más caro. En cuanto a sonoridad y ruidos, es considerablemente más silencioso que el Rodius. Mientras que el monovolumen empieza a ser molesto pasados los 110 km/h, en el Rexton W eso es 20-30 km/h por encima.

No os puedo ofrecer dato alguno sobre el consumo, carece de ordenador de a bordo, pero sí puedo deciros que la aguja del depósito de combustible no se queda quieta mucho tiempo. Para rodar a velocidades legales tiene potencia suficiente, aunque las recuperaciones por encima de 100 km/h podrían ser mejores.

De hecho, con el cambio automático eso puede llegar a ser desesperante. La obsoleta caja Mercedes T-Tronic de cinco velocidades, de convertidor de par, es tan suave como lenta, y en algunas ocasiones, no baja a tercera ni obligándole con el secuencial, ni dando repetidas patadas al acelerador. Se me hace raro ir a tabla a 100 km/h y no ganar aceleración.

Eso con el cambio manual no nos pasará, pues tiene seis relaciones y están mejor escalonadas. No peca de tener relaciones excesivamente largas, ni en sexta. El automático no permite elegir marchas, solo la marcha más larga seleccionable. Se puede accionar con unos mandos en el volante o con un minúsculo interruptor en la palanca, en un lateral.

Es decir, si seleccionamos “4” significa que como mucho, insertará cuarta. Eso nos permite elegir el grado de retención. Es una caja más pensada en el uso fuera de carretera, donde un embrague hidráulico es indestructible. Tampoco parece que necesite esa característica, porque los 4×4 tienen reductora y son marchas ultracortas.

Moviéndonos por la ciudad

En primera manual es muy ágil, porque es una relación corta, y la segunda tiene un desarrollo muy distinto. La tercera ya es más para avenidas largas, es excesiva para pasar resaltos empinados a una velocidad razonable. La suspensión los digiere muy bien, es una de las ventajas de ir con un 4×4 por ciudad.

Con la caja automática notaremos más ruido, pero desde luego un mayor consumo, y por supuesto algo más de confort. En las detenciones es recomendable dejarla en punto muerto (“N”) para reducir vibraciones. Tiene programa de invierno por si el asfalto es muy deslizante, y un programa deportivo para consumir más y hacer más ruido.

Aunque es capaz de girar entre bordillos casi como una berlina, bien es cierto que como la dirección asistida es muy indirecta hay que mover el volante con la misma soltura que un timonel o un camionero. No requiere apenas esfuerzo el aparcar o maniobrar, solo hay que girar el gran volante con presteza.

¿Qué tal por campo?

Como los programas de las presentaciones suelen ir más apretados que las tuercas de un submarino, apenas hubo tiempo para meternos por unos terrenos que conozco anexos a las vías del AVE a Andalucía, con enormes baches, roderas, firme en mal estado y donde un turismo se puede quedar atascado sin remedio.

Accionado el modo de tracción total, el reparto de fuerza es más predominante de atrás. Probé a tomar un par de curvas de gravilla a velocidad poco recomendable y hacía amagos de sobrevirar, pero las ayudas electrónicas ayudan a enderezar al Rexton fácilmente. Tracciona muy bien, incluso saliendo en plan parrilla de Gran Premio.

Como el chasis es muy rígido, si puntualmente nos ponemos a tres ruedas, no se oyen grillos ni se nota flexión. La suspensión tiene recorrido de sobra, lo que no sé es si tiene topes. Cuando probé el Kyron llegué a hacer tope de suspensión, bloquee una rueda contra un guardabarros, ¿os acordais?

Con cambio manual, ir en tercera por un camino de tierra ya es ir un poco rápido. Se puede pasar por un campo de minas sin el sufrimiento constante de que vamos a romper algo. Tenemos las desventajas de un 4×4 al estilo macho, pero también se aprecian sus ventajas. Se mete donde un SUV las pasa canutas.

Se puede insertar la tracción total en marcha (4×4 H) hasta 70 km/h, no es recomendable para ir por carretera ya que aumenta el consumo y las vibraciones. La reductora (4×4 L) se inserta en parado y con el cambio en punto muerto. Las versiones de propulsión trasera no tienen reductora (Premium Plus).

Aunque en carretera es de dudosa utilidad la tracción total, sí me pareció útil dentro de Toledo, donde arrancando cuesta arriba en modo 4×2 con el empedrado del casco antiguo mojado las ruedas sufren por traccionar. En modo 4×4, va como la seda. Además, el modo 4×4 L, con reductora, fuerza un reparto 50:50 entre ejes.

Comentarios sobre el interior del SsangYong Rexton

Del puesto de conducción tengo que quejarme de que el volante no se puede ajustar en profundidad, solo en altura. Eso limita las posibilidades de ajuste. Subjetivamente me pareció más adecuado para una persona de estatura media que de más de 1,70 metros. Aquí el Doctor Maligno se encontraría a sus anchas.

Por tacto de conducción me recuerda más a un 4×4 grande como el Nissan Pathfinder (antes de que lo refinaran un poco). Es posible que con cambio automático traslade más ruidos mecánicos al interior pero no podría asegurarlo. Con cambio manual juraría que la quinta me quedaba un poco lejos.

Los materiales y la calidad del interior van por barrios. Por ejemplo, la tapa del cofre central tenía tendencia a abrirse sola con determinados baches. Otro detalle que me llamó la atención es que los botones del volante no cumplían las funciones que debían realizar. Seguramente sea un problema de unidades preserie.

Por este precio no podemos pretender tener un interior de la máxima calidad, pero cumple de sobra como un todoterreno económico. Cuando probé el Tata Grand Safari en 2008 me pareció mucho más rudimentario. Me parece que tiene una buena calidad en relación a lo que piden por él.

El dossier de prensa y el catálogo están más llenos de palabras bienintencionadas que una resolución de la ONU. En palabras llanas, es un coche robusto y hecho para durar, pero con una filosofía más lujosa que la que nos daría Dacia si fabricase un vehículo similar. Me recordó más al Kia Sorento que probé en 2006.

La verdad, no noté apenas diferencias entre la versión manual (con eje rígido trasero) y la automática (con doble paralelogramo trasero) en una conducción normal. El automático que conduje fue el más “lujoso”, con volante de cuero y parte del aro en madera (todo hay que decirlo, perfectamente pulida).

La instrumentación es muy años 90: cuentavueltas, velocímetro, medidor de combustible y temperatura del agua. Luego tiene un odómetro total y dos parciales. Siempre tiene el testigo de las luces de posición, llevemos encendidas las luces diurnas o las de posición. No tiene sensor de luces, todo es manual.

Fijaos en las fotografías que la documentación e instrucciones van en un bolsillo de la puerta derecha, no caben en la guantera. Las puertas delanteras tienen sendos huecos circulares donde se aloja sin problemas una botellita de agua como la que se puede ver en las fotos. No era Solán de Cobras, no.

Tenéis una imagen de detalle de la guantera en la galería. Allí podréis ver una segunda toma de 12 voltios, a la altura de la rodilla izquierda del pasajero. Me parece muy útil. Dispone de un cenicero nómada que puede ir en los huecos de botella de las puertas, pero eso no me parece recomendable por seguridad. Y fumar mata, ¿eh?

No me llegué a sentar atrás, ni en la segunda ni en la tercera fila, no tuve tiempo material para más. La excursión sobre tierra y otro pequeño imprevisto con mi compañero de fatigas nos retrasó hasta el punto de llegar tarde a la conferencia de prensa antes de la comida.

¿Para quién es recomendable el Rexton W? Para quien busque un todoterreno económico, sin lujos superfluos, pero con un motor moderno, respuesta adecuada y con la confianza de ser un modelo probado y con tecnología veterana. Me parece más recomendable el manual.

Recomiendo también la versión Limited, porque no le veo mucho sentido a un 4×4 por construcción que no tiene tracción total. Solo lo vería legitimado como alternativa al Rodius, por estética o por confort. Quedan muy pocos coches en el mercado como este, los SUV copan todo, pero SsangYong aún se resiste a claudicar.

Los gastos del viaje para esta presentación han sido asumidos por la marca. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.

En Motorpasión | SsangYong Rexton W

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