SEAT Ibiza 1.2 TSI DSG FR, miniprueba

Guardo un recuerdo imborrable de mi primer Ibiza de prensa, era un FR TDI de 130 caballos, allá por 2004. Más adelante conduje el gasolina de 150 CV, el mítico 1.8 20VT. Ahora me hallo ante un planteamiento muy diferente. Este ejemplar tiene bajo el capó un motor 1.2 con turbocompresor y 105 caballitos, pero es un FR también.

En la gama 2012 del Ibiza se incorporó como novedad, como pasó en su día con el León, el poder asociar el acabado FR a motores de menor potencia: 105 CV en este caso, ya sea el 1.2 TSI o el 1.6 TDI. A decir verdad, para un coche de este tamaño y peso, unos 100 CV no es andar corto de potencia y permite diversión.

¿Qué tiene de especial un FR? El ajuste dinámico y cambios en equipamiento y apariencia exterior. Es decir, respecto al 1.2 TSI con equipamiento Style, el FR va de forma muy diferente y conviene saber en qué. Lo vamos a ver a lo largo de esta miniprueba. Acompañadme a dar una vuelta en este SEAT Ibiza.

Estética FR, en resumen

Nuestra unidad tiene en su equipamiento los faros bixenón direccionales con LED, especialmente recomendables si vamos a conducir frecuentemente de noche. También tiene opcional el techo solar y las llantas de aleación Tagus de 17 pulgadas. Calza Bridgestone Potenza 215/40 R17, ¿mucha goma para este coche? No creo, aunque impactan negativamente en el consumo.

Además de las insignias FR que lleva en el morro y maletero, se puede distinguir por el doble colín de escape y los grupos ópticos traseros con LED. Tampoco es igual la parte baja del paragolpes trasero, en color carrocería en los demás. El paragolpes delantero es específico también, pero es más sutil la diferencia.

Los FR tienen una instrumentación ligeramente distinta, cambia el diseño del fondo de las esfera y detalles en las agujas. Anteriormente iban más diferenciados. El volante, además de tener las siglas FR, no es completamente redondo y está forrado de un cuero perforado que deja buena sensación de calidad.

No tiene en cambio pedales deportivos de aluminio, aunque en este caso hablamos de un automático, porque tiene cambio DSG. Las levas para el cambio tampoco vienen, si queremos manejo secuencial, hay que usar la palanca. Las levas tampoco están disponibles de forma opcional.

Esta unidad tiene asientos deportivos de cuero, que suponen gastarse más de 1.200 euros extras. Forman parte de un paquete que incluye los eyectores calefactados del limpiaparabrisas, calefacción en asientos delanteros, el tercer reposacabezas trasero y el ajuste en altura de los dos asientos delanteros.

La radio-CD que veis en las fotos tiene los días contados, porque desde diciembre se reemplaza por el SEAT Portable System, lo que pasa es que esta unidad de prensa es anterior. El sistema nuevo incluye el navegador integrado, este tiene un TomTom con soporte y tiene el inconveniente de tener que quitarlo para no llamar la atención.

La nueva radio de serie tiene mejor visibilidad y tiene la conexión auxiliar en el frontal. El Portable System además tiene lector de tarjetas SD, conexión Bluetooth (antes iba por separado) con soporte BT Audio y el ordenador de a bordo. En el FR, el ordenador incrustado en el tablero de instrumentos es equipamiento de serie.

Una de las novedades de la gama 2012 es que la guantera ha crecido mucho (mirad la antigua), ahora tiene 10,7 litros y entra prácticamente de todo. Los manuales y documentación se pueden colocar sin estorbar a lo demás. Además tiene huecos específicos para un boli, monedas, tarjetero, etc. ¡Ya le gustaría a coches más caros tener algo así!

Otro detalle que me ha gustado mucho es que gran parte del salpicadero está acolchado, algo que no espero en un coche de este precio. La verdad es que el Ibiza en general deja muy buena impresión en general, no es un coche barato en un sentido peyorativo. Tampoco es barato a secas, hay alternativas más económicas.

Un FR con 105 caballos

El motor 1.2 TSI es para mi un viejo conocido. Quedé muy decepcionado cuando lo probé en un ST y me salieron unos consumos elevados en relación a lo que prometía. Es un motor muy sensible al uso en cuanto a consumo, y penaliza mucho al repostar el saltarse los límites legales de velocidad (y no por mucho).

No hay una diferencia espectacular en consumo con el 1.8 20VT de la generación anterior, al menos ese tenía más potencia. Ahora bien, si se conduce con tiento, no es un motor tragón, pero el TDI lo barre en ese aspecto. Veo más recomendable irse al TSI de 150 CV, la relación consumo/prestaciones es más equilibrada.

Con el motor 1.2 TSI el Ibiza acelera a 100 km/h en 9,7 segundos con el cambio DSG, no es precisamente un cohete. Promete un consumo en ciclo homologado de 5,3 l/100 km. Con este cambio no puede tener el Stop&Start, me pareció extraño que no lo tuviese a estas alturas de la película.

Comportamiento deportivo

Dinámicamente un FR va mejor porque tiene la suspensión más rígida y la barra estabilizadora trasera es 1 mm más gruesa. El coche va duro de suspensión por los muelles, nuestro culo quedará informado de la menor irregularidad que haya en la carretera, puede resultar incómodo para el conductor medio.

Ahora bien, eso se traduce en un paso por curva bastante veloz. Le saca partido los caballos, disfruté como un enano subiendo el puerto de Galapagar. Es fácil de llevar a un ritmo ya alto, porque las ayudas electrónicas funcionan cuando tienen que funcionar. El eje trasero puntualmente es un poco nerviosillo.

Lógicamente es un coche de tracción delantera, pero tracciona bien gracias al sistema XDS, es decir, que la rueda que más gira se va frenando para equilibrar el giro y reducir el subviraje. Con estas ruedas, la suspensión dura y el XDS, este cochecillo puede volar en algunas curvas: ¡es muy divertido!

El cambio DSG es una buena forma de tener un automático sin renunciar a un buen tacto. Si tenemos educado el pie derecho, podemos solicitar las reducciones o pasar a marchas más largas sin necesidad de tocar la palanca ni accionar las inexistentes levas.

Por ejemplo, si picamos el acelerador unos centímetros con el pie, lo interpretará como que queremos subir de vueltas. Eso sí, pisando el pedal a fondo no va a usar siempre la ley de revoluciones máximas, ¡eso habrá que hacerlo a mano! Podemos vernos adelantando en cuarta cuando por relación, puede ir en tercera y acelerar antes.

Este cambio tiene siete velocidades, como el Ibiza ST 1.2 que probé el año pasado. La relación más larga es la que más usa en autopista, pocas veces bajará a sexta. Gracias al cambio DSG, los momentos de flaqueza del motor quedan bastande disimulados. Lo que no puede ocultar es que el sonido dista de ser bonito.

¿5,3 l/100 km? Ni de broma

Los motores TSI no suenan bien, en mi opinión. Prefiero cómo sonaba el retirado 1.4 de 100 CV de la tercera generación. Por cierto, no creáis que hay tanta diferencia de consumo con ese motor “obsoleto”. Según mis apuntes, el Ibiza 1.4 que probé en 2006 me gastó prácticamente lo mismo que este.

Habiéndolo llenado hasta arriba, recorrí 540 kilómetros con autonomía teórica para otros 110 km (en la práctica un poco más). Sin ánimo de apurar, pues 650 km por 45 litros no es ninguna maravilla: casi 7 l/100 km. El ordenador indicó una media final de 6,8 l/100 km. A 150 gasta más de 10 l/100 km, ¡más que un motor de seis cilindros!

¿Para qué ha servido pues tanto “avance” si el motor de última generación consume casi tanto como un atmosférico de inyección indirecta y sin tantas optimizaciones? A mi que me lo expliquen. Y no es que el FR lleve marchas cortísimas, eso podríamos decir del Ibiza III y en consumo no cambiaba tanto la película.

Además, el cambio DSG sigue teniendo pendiente resolver la falta de suavidad a baja velocidad, entre primera y segunda, o al maniobrar marcha atrás. A más velocidad las transiciones del cambio son impecables e instantáneas. Normalmente las cajas de cambio en segmento B son lamentables, pero esta no es así.

Una auténtica pena lo de las levas, pero si queremos, podemos conducir en modo semiautomático con la palanca. Tiene un programa “S” si queremos apurar más las revoluciones y forzarle a que retenga más. En buena lógica, así también consume más gasolina. El programa normal está muy enfocado a la economía.

Otra cosa que me llamó la atención es que ya no tengo esa percepción de tacto de coche de juguete que tuve con los Ibiza III FR. El volante, cambio y pedales reaccionan como en un coche de segmento superior. Por ejemplo, la dirección asistida no es tan blanda, ahora es como tenía que haber sido siempre.

Sin duda el 1.2 TSI es una opción como mínimo razonable. Ahora bien, os diré que con todos los extras que lleva esta unidad, nos vamos a casi 23.000 euros, el PVP base es de 18.000 y pico. Si no recuerdo mal, 18.000 era lo que costaba el Ibiza FR TDI en 2004. Ojo, que si metemos los descuentos de 5.000 euros (sin PIVE), sale por mucho menos: 13.000 hacia arriba.

Curiosamente, el TDI de 2004 aceleraba en 9,3 segundos a 100 km/h, pero la punta era muy superior: 208 km/h frente a 190 km/h de este modelo. En consumo, mejor no hablemos de diferencias, y en respuesta… se lo merendaba. Quizá es que lo recuerdo con demasiado cariño y al nuevo lo veo con otros ojos.

En resumen amigos, este es el Ibiza FR más asequible, quitando el detalle del cambio DSG. También lo hay con cinco velocidades manual. Mi consejo es que os dejéis de gaitas y miréis los TDI, o si tiene que ser gasolina, el 1.4 TSI de 150 CV. Lástima que ese no esté disponible con cambio manual, ¡solo es DSG!

El coche para esta prueba ha sido prestado por la marca. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.

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