Opel Combo, presentación y prueba en Madrid (parte 1)

En Motorpasión puede y debe haber espacio para todo y todos, y los vehículos comerciales entran dentro de esa definición. Por eso acudimos a la presentación en Madrid del nuevo Opel Combo.

Como estáis observando se trata de un modelo completamente nuevo, que nada tiene que ver con el Opel Combo que todos conocíamos. De hecho se trata del hermano gemelo del Fiat Doblò, que ya lleva algo más de un año en el mercado español.

Las diferencias con el vehículo italiano son muy escasas, a pesar de lo cual Opel asegura que su modelo tiene su propio nicho de mercado. Hay dos razones que cimentan este argumento para Opel, su buena imagen de marca y su servicio postventa.

Dicho esto empecemos a desgranar los detalles que configuran el Opel Combo. Lo primero que hay que saber es que se trata de un vehículo comercial ligero que podremos escoger en dos configuraciones básicas, en versión puramente comercial, denominada Cargo, y para pasajeros, a la que Opel llama Tour (para cinco o siete pasajeros).

Además, dependiendo de las versiones, podremos escoger entre dos batallas diferentes (2,75 y 3,11 metros), y dos alturas (1,85 y 2,10 metros). El techo alto sólo lo podremos equipar, eso sí, junto con los vehículos de batalla corta.

Es importante también resaltar que Opel tiene prevista la posibilidad de realizar transformaciones sobre este Opel Combo (así como en sus dos otros vehículos comerciales, el Opel Movano y el Opel Vivaro). Estas, las trasformaciones, pueden pedirse directamente desde fábrica o a través de talleres locales con los que la marca colabora activamente.

Diseño exterior e interior del Opel Combo

Si miramos desde lejos, el Opel Combo guarda muy pocas diferencias con el Fiat Dobló. La parrilla frontal y el diseño del plástico que acoge los faros antiniebla sí son ligeramente diferentes, pero es fácil confundir ambos vehículos si no se presta demasiada atención.

En su versión de uso profesional, el Opel Combo es una furgoneta blanca más, y poco se puede decir de su diseño exterior. Sin embargo, en su versión de pasajeros, creo que han conseguido un vehículo que sí bien es perfectamente identificable como furgoneta, tiene un diseño que no desagradará a aquellos compradores que estén dudando entre este vehículo y otro rival que no tenga una versión comercial.

Aún así serán los menos, ya que Opel calcula que casi el 70% de las versiones pertenecerán a la versión profesional. Es un porcentaje muy parecido al de otros vehículos de la competencia equiparables.

Pasemos ahora a analizar el interior. Lo primero que hay que decir es que las diferencias entre ambas versiones, Cargo y Tour, son importantes. Los materiales y guarnecidos empleados son diferentes, y en la versión Tour casi llegamos a pensar que estamos en un monovolumen diseñado para el transporte de pasajeros.

Sin embargo, la versión Cargo resulta a la vista algo descuidada y tosca. El volante está fabricado en un plástico algo rugoso, y los plásticos blandos no abundan precisamente. Además el cuadro de mandos es extremadamente simple, y cuenta con una pantalla central monocroma que no nos ofrece mucha información.

Por poner otros ejemplos, el tacto de los botones del sistema de climatización es francamente mejorable (por lo impreciso que es), y ni siquiera la llave (sin mando a distancia), se libra de su aspecto básico y funcional.

Ahora bien, hay que entender lo que es un vehículo comercial. Está hecho y pensado para ser eficaz y funcional, no para resultar vistoso. Desde esa perspectiva, estos fallos pierden importancia.

Perderían más importancia si por dentro nos encontráramos con detalles que nos hicieran pensar que efectivamente el vehículo ha sido pensado para un uso profesional, y aunque hay elementos que lo sugieren, no hay tantos como para darnos por satisfechos.

Faltan, de hecho, algunos huecos más, así como algún espacio dentro del habitáculo donde pudiéramos llevar algún objeto de tamaño mediano bien sujeto. Por el contrario es verdad que el Opel Combo cuenta con un soporte para documentos y los mandos para la regulación de la altura de las luces han sido trasladados a la consola central (se van a usar mucho más que en un turismo).

Respecto al puesto de conducción, hay que decir que el volante es regulable en altura y profundidad en todas las versiones y los asientos básicos permiten salir y entrar del habitáculo con facilidad (lo que se agradece supongo cuando se realiza esta operación muchas veces al día, pero no tanto cuando se transita por una carretera de curvas).

Capacidad de carga

Aquí viene lo más importante cuando hablamos de un vehículo comercial, y lo cierto es que los fallos anteriormente mencionados se compensan en parte por la buena nota que saca en este apartado el Opel Combo.

El primer dato, y el más interesante que daremos, es que la versión con batalla corta y techo bajo alcanza los 3,4 metros cúbicos de capacidad (un máximo de 4,6 dependiendo de las versiones), lo que sitúa al Opel Combo entre los mejores dentro de la competencia.

Además, si bien no se queda por debajo de la media en ninguna cota, sí es el mejor en alguna en concreto, como en longitud máxima de carga (3.400 mm) y en altura (1.550 mm), apertura del portón trasero y altura del plano de carga del segmento (545 mm).

Además, para facilitar el transporte de la carga, todas las versiones llevan en la zona trasera unas argollas que permiten sujetar la carga, así como algunos huecos en los que depositar, por ejemplo, herramientas de uso frecuente.

En la siguiente parte analizaremos el comportamiento dinámico del Opel Combo, así como su equipamiento en las dos versiones disponibles en España.

Continuará...

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