Ford Focus 1.0 Ecoboost, prueba (exterior e interior)

Por si nos habíamos quedado con ganas de más tras haber probado para vosotros el Ford Focus ST durante un fin de semana, hace unas semanas, en el marco del Efficiency Challenge de Ford y BP tuvimos la oportunidad única de pasar dos semanas con el Ford Focus 1.0 Ecoboost de 125 CV. ¿De qué será capaz este motor de gasolina?

El Ford Focus con el motor 1.0 Ecoboost de 125 CV era el principal protagonista de este reto de conducción eficiente y aunque nosotros no concursábamos, nuestro objetivo era hacer muchos kilómetros y el menor consumo posible. Os adelantaré que el ganador del concurso fue Sergio Rodríguez Ocaña, que según me contó en Twitter consiguió un consumo, durante la semana que estuvo controlado, de tan solo 3,9 l/100 km.

Es cierto que a toro pasado mis cifras comparadas con las suyas fueron casi un litro peores. Hice casi todo lo posible y aun aplicando conducción eficiente no fuimos capaces de acercarnos a sus cifras, sí fuimos capaces de aproximarnos a las cifras oficiales de homologación. Eso lo vemos mañana con más tranquilidad.

Empezamos esta prueba en la que tendremos muy presentes el bajo consumo y la eficiencia.

Exterior del Ford Focus

Como podemos apreciar, el aspecto exterior del Ford Focus estándar difiere bastante del Focus ST que ya probamos. Por empezar siguiendo un orden, vemos que el frontal es bastante distinto tanto del Focus ST, como de la segunda generación. El paragolpes está dominado por las líneas rectas y la parrilla central sobre la que va la matrícula va flanqueada por dos parrillas de menor tamaño y forma triangular.

Solo la parrilla central permite el paso de aire hacia el vano motor, las triangulares son ciegas, simples embellecedores. La parrilla central que va en la parte de abajo es la que deja paso al aire que va hacia el radiador y lleva un sistema de tapado automático que hace que la temperatura del motor se alcance rápidamente y que la aerodinámica no se vea lastrada por el aire pasando por el radiador cuando no se necesita.

La parrilla superior, que el modelo ST no lleva, es la que permite el paso de aire hacia la admisión. En medio de esta parrilla va el emblema de Ford sobre una lama con el borde cromado. Nuestra unidad era un Ford Focus en acabado Titanium, por lo que lleva de serie los antiniebla con el borde cromado.

Los faros que equipa el Titanium son halógenos convencionales con sensor de luces que además al equipar nuestra unidad el paquete Tech, que os detallaremos más adelante en la prueba, gestionaban también el uso de las luces largas. La iluminación de estos faros es bastante buena, aunque el sistema de gestión de las largas es mejorable.

La parte trasera también es distinta de lo que ya vimos en el Ford Focus ST, aunque apenas se diferencia en tres detalles, el paragolpes, el escape y el emblema ST, que en nuestra unidad era un emblema más discreto en el que pone “Econetic technology”. Además nuestro Focus llevaba lunas tintadas.

El elenco de pegatinas que cubría el coche era para pasar desapercibido llamar la atención, con pintura blanca habrían quedado mucho mejor.

Interior del Ford Focus

El interior del Ford Focus estándar es algo más sobrio que aquel del Focus ST. Por un pequeño problema técnico, las mayoría de las fotos que tenemos del interior es de un Focus en acabado Trend, pero os trataremos de detallar las diferencias entre este acabado (el más bajo), el Titanium de nuestra unidad y el del ST que ya probamos.

El panel de instrumentos es prácticamente idéntico entre estos tres acabados, cuatro esferas, dos principales (velocímetro y tacómetro), dos secundarias (medidor de combustible y temperatura del agua) y una pequeña pantalla que en el acabado Trend es monocroma, mientras que en el Sport, Titanium y el ST es en color.

Es de lectura bastante simple, un hecho que me ha sorprendido gratamente y ha sido de agradecer para calcular autonomías, es que la aguja del combustible baja desde que llenas el depósito, nada de estar estática durante varias decenas de kilómetros y de repente hacer un picado. Baja de manera constante y desde el principio.

La pantalla a color multifunción da bastantes datos, la principal pantalla que utilicé durante la prueba fue una que muestra los cuatro datos principales a la vez, esto son, consumo instantáneo, medio, autonomía y velocidad media. Con la cámara del paquete Tech que equipaba nuestro Titanium viene un sistema de reconocimiento de señales que nos la muestra también en la pantalla TFT del panel de instrumentos.

A excepción de una vez que leyó una señal de velocidad máxima 130 en medio de Madrid, el sistema capta bastante bien las señales. Vamos a los asientos. El Ford Focus Titanium equipa unos asientos distintos a los del Trend de las fotos, Ford los denomina deportivos, aunque yo no iría tan lejos. Son bastante distintos a los impresionantes asientos deportivos de verdad que equipa el ST.

Nuestro Titanium llevaba el navegador opcional con pantalla de 5 pulgadas y aviso de radares. La pantalla va en la parte superior del tablero. Existe un navegador opcional que es un Sony que equipa el Focus ST que probamos en julio. El que equipaba nuestra unidad Ecoboost era de un manejo algo lioso y la pantalla algo pequeña, pero como conjunto y por los 300 euros que cuesta, creo que es una opción a considerar seriamente.

El volante de cuatro radios es de cuero, bastante grueso, aunque las formas realizadas sobre él facilitan un agarre óptimo. Los mandos del volante se reparten en dos zonas, la primera en los brazos superiores del volante. Son dos mandos direccionales, con el de la izquierda se maneja la pantalla multifunción del panel de instrumentos y con el mando direccional se maneja la pantalla del navegador.

El otro grupo de botones tiene forma poligonal y van entre los radios. Son tetradireccionales y aunque su apariencia es sublime, el manejo de los mismos da sensación de fragilidad y sobre todo de imprecisión. Manejan el control de crucero/limitador y el sistema de audio. Detrás de ellos van dos manetas con un tacto algo mejor que se utilizan para funciones algo más auxiliares por lo que se tocan bastante menos.

En la parte central del tablero hay un mogollón de botones que al principio pueden abrumar (¡hay una botonera como si fuese un teléfono!), pero una vez aprendido para que sirve cada uno en realidad es sencillo de manejar, aunque yo hubiera optado por agrupar o simplificar algunos grupos de botones.

En la parte inferior del tablero se encuentra un sencillo mando con el que se maneja la climatización bizona. Creo que es de las cosas que más toqué en el Focus, porque para lograr la máxima eficiencia y el mejor consumo, la climatización debe ser regulada casi constantemente adaptándola a las condiciones exteriores.

Los asientos sujetan muy bien, son de dureza media tirando a blanda, hubiese preferido unos asientos más duros, pero se les perdona porque sujetan muy bien el cuerpo. En los más de 1.800 km que realicé con el Focus no me sentí incómodo en ningún momento.

Nos vamos a los asientos traseros y aquí encontramos un banco y un respaldo partidos en proporción 60:40. El hueco para las piernas de los pasajeros de los lados está bien, pero en cuanto el conductor o el ocupante del asiento del pasajero sean un poco altos, el espacio longitudinal va a escasear.

La consola central, que en el acabado Titanium tiene reposabrazos, es algo intrusiva en el espacio de las piernas del pasajero central trasero. Aún así, cinco personas adultas no muy altas pueden ir relativamente cómodas, solamente habrá que buscar el equilibrio de espacios entre los asientos delanteros y los traseros.

Huecos portaobjetos y maletero

En cuanto a huecos portaobjetos hay bastantes por todo el habitáculo, tanto delante como atrás. Delante están los huecos de las puertas, bastante generosos, la guantera con un espacio dedicado para poner la documentación y para acabar la guantera central, de buen tamaño.

Abajo a la izquierda del volante hay un compartimento que se despliega hacia abajo y tras el cual está el conector OBD donde los participantes del Efficiency Challenge llevaban conectado el Econo Check con el que la organización monitorizaba los parámetros del coche.

Es un hueco perfecto para guardar por ejemplo el móvil o monedas porque no tienen mucho hueco para moverse y hacer ruido. En la parte trasera, los pasajeros tienen a su disposición los ya clásicos revisteros en los respaldos y los huecos de las puertas.

El maletero del Ford Focus es bastante generoso, tiene una capacidad de 363 litros. De todas formas, comparado con la competencia es de los más pequeños. La forma es regular, hay varios puntos de anclaje donde sujetar las bolsas, entre los que están unos pequeños ganchos en los laterales para mantener las bolsas en posición vertical.

Los asientos como ya hemos mencionado se pueden abatir 60:40, pudiendo abatir los bancos para obtener un suelo prácticamente liso. En esta disposición, el maletero del Ford Focus alcanza una capacidad impresionante de 1148 litros, aumentando su capacidad de carga enormemente. Bajo el suelo del maletero encontraremos el kit antipinchazos o las opcionales rueda de tamaño reducido o de tamaño convencional.

Hasta aquí ha llegado nuestra parte de la prueba dedicada al análisis en estático del exterior y el interior del Ford Focus. Mañana os esperamos para que nos acompañéis en nuestra particular odisea de bajos consumos.

En Motorpasión | Ford Focus 1.0 Ecoboost, prueba (conducción, consumos y dinámica, equipamiento, versiones y seguridad, valoración y ficha técnica)

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