Mitsubishi resucita su vena radical con el e-Evolution Concept, pero sí, es otro SUV eléctrico

El Tokio Motor Show es un escaparate fantástico para que los fabricantes nipones muestren sus mejores bazas, así que Mitsubishi ha puesto toda la carne en el asador con el e-Evolution Concept. Este nuevo prototipo desafía las tendencias que durante los últimos años han imperado en la marca y presenta una apuesta mucho más pasional.

Al igual que en el caso del Eclipse Cross, la firma de los tres rombos toma un nombre icónico dentro de su historia deportiva para reinterpretarse en forma de SUV eléctrico que hace las veces de ejercicio de diseño e incorpora tecnologías en desarrollo para futuros modelos.

Mitsubishi e-Evolution Concept

Dentro de la hoja de ruta de Mitsubishi, el camino a seguir pasa por buscar modelos de éxito que para cumplir sus objetivos deben satisfacer las tendencias de mercado. De ahí la elección de otro SUV, pero tomando algunos de los elementos aspiracionales que tanto echamos de menos en la marca japonesa. Así, el e-Evolution Concept luce agresivo y dinámico por fuera mientras que por dentro es respetuoso con el medio ambiente y ofrece una alta dosis de conectividad a sus ocupantes.

La motorización eléctrica escogida no ha revelado sus datos concretos, pero sí aseguran desde Japón que equipará una nueva generación del sistema de tracción a las cuatro ruedas de alto rendimiento con motores independientes en ambos ejes, tres en total. Estos motores se alimentan de un paquete de baterías de alta capacidad colocado bajo el suelo del vehículo.

EL 4WD System utiliza un motor para las dos ruedas delanteras y dos para las dos ruedas traseras, acoplando y desacoplando los traseros mediante el denominado Active Taw Control que controla dinámicamente el comportamiento ofreciendo teóricamente una respuesta directa y ágil en cualquier situación

Exteriormente destaca por una parrilla frontal Dinamic Shield en negro escondida bajo una capa de cristal y con contrastes en color azul que denotan su naturaleza eléctrica. Dentro de esta enorme parrilla se esconden cámaras y sensores para los sistemas de ayuda a la conducción además de ofrecer una mejora en la aerodinámica.

A los laterales del frontal unas ópticas divididas en tres niveles y unas generosas tomas de aire canalizan el flujo para refrigerar las pinzas de freno eléctricas del eje delantero. Mientras, en la parte trasera, en los pilares C unas aletas redirigen el aire hacia los laterales de la zaga para mejorar la aerodinámica.

El habitáculo queda enmarcado por una superficie acristalada mínima con los pilares ocultos que junto con los exagerados pasos de rueda ofrecen una apariencia rotunda. En su interior, al que se accede a través de puertas suicida, como en todo prototipo que se precie predomina el estilo minimalista, horizontal y futurista con cuadro de mando totalmente digital y un mando que aspira a ser un volante.

El cuadro de mandos es una pantalla corrida que va de lado a lado y que está flanqueada por dos pantallas más pequeñas que proyectan las imágenes de las cámaras de visión delantera, trasera y de las que hacen las veces de retrovisores.

Por si fuera poco, el AI System introduce la inteligencia artificial pudiendo leer las condiciones de la carretera, del tráfico y la intención del conductor, aprendiendo de cada situación para responder en consonancia y sugiriendo cambios en los hábitos de conducción una vez se ha creado un perfil del usuario habitual. Todo controlado mediante voz.

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