Transporte público versus Taxi, ¿competencia leal o desleal?

Cuando necesitamos que nos lleven a un sitio y no puede ser en coche particular (propio o ajeno), solo nos queda el transporte público o llamar a un taxi. Estos servicios públicos tienen sus ventajas y sus inconvenientes, pero nos centraremos en lo que más le importa al cerebro bolsillo: el precio.

Excepto en unos pocos desplazamientos de bajo kilometraje, casi todas las veces el taxi va a ser más caro que coger un autobús, el metro, un cercanías, tranvía, trolebús o lo que sea. Quien lo ha pagado, lo sabe. Por mucho que le pese al gremio del taxi, no son competitivos en precio, sí en otras cuestiones.

Aunque no sean competitivos, los taxistas dicen que el precio del transporte público debería ser más alto. En la actualidad, el transporte público está subvencionado, el importe del billete no cubre la larga lista de costes que implica nuestro desplazamiento, pero lo hace asumible para casi cualquiera.

¿Qué estamos pagando cada vez?

De hecho, el transporte colectivo no siempre es barato, tampoco justo, porque se paga por zonas tarifarias, no por distancia o tiempo. Pagaré un euro de bus en Madrid me baje en una parada o dentro de 20 paradas. Eso sí, como nos comparemos con nuestros amigos europeos… entonces ya no tenemos billetes tan caros.

El resto de los costes los sufragan todos los ciudadanos con sus impuestos. Pagamos el transporte público, lo usemos o no, también aporta sus beneficios. Ya hemos comprobado qué pasa en una ciudad como Madrid si el Metro no funciona: atascos brutales y paralización de la ciudad. Lo mismo que si paramos los Cercanías o los autobuses de la EMT.

¿Y qué pasa con el taxi? Estos profesionales tienen que pagar seguridad social, el propio vehículo, combustible, mantenimiento, seguro, impuestos… y el coste de la licencia, que puede haber sido desorbitado. Si sumamos todo, o los taxistas piden lo que piden, o no llegan a fin de mes (al menos la mayoría).

Competencia desleal o leal

Leo en el Diario de Sevilla que los taxistas protestan porque el servicio al aeropuerto desde la ciudad hispalense en autobús sale por 2,4 euros. Consultando las tarifas de la Asociación Unión Sevillana del Taxi, su tarifa fija Sevilla-Aeropuerto y viceversa va de 20,70 a 23,08 euros, ¡casi 10 veces más!

Los taxistas sevillanos consideran que el autobús es una competencia desleal porque “monopoliza los desplazamientos al aeropuerto”. Normal, por una carrera al aeropuerto se pueden pagar 10 servicios en autobús, y eso que el servicio del Tussam (EMT sevillana) es un poquito caro.

En Madrid capital se puede llegar al aeropuerto desde cualquier parada de Metro de zona A0 por 2 euros, o 1,9 si usas un Bonometro. El servicio exprés en autobús cuesta casi lo mismo. Si nos fijamos en Barcelona-El Prat, el autobús más económico nos lleva por 1,4 euros a las terminales.

Veamos un ejemplo de periferia. Vivo en zona B1 de Madrid, en transporte público el viaje me cuesta 1,45 de Cercanías, 90 céntimos de Metro (con Bonometro, si no, 1 euro) y 1 euro de tasa de AENA al entrar en la terminal. Total, 3,35 euros para ir o volver. En taxi la carrera me ha costado entre 40 y 54 euros dependiendo de la hora a la que he viajado. Más de diez veces más caro…

Y como hablemos de más lejos de la periferia o más allá de la zona B1, uno puede echarse a llorar con la carrera.

No es un problema que el transporte público se barato, el problema es que el taxi es demasiado caro. Y es caro porque no está optimizado el servicio a nivel de costes, por eso ni pidiendo una burrada por algunas carreras, no salen las cuentas para todos estos profesionales. ¿Por qué ha de pagar el pato el ciudadano entonces?

Debería ser ilegal que se puedan traspasar licencias de taxi por cantidades obscenas de dinero, así no tendríamos a taxistas pagando dos hipotecas, una por la casa, y otra por su licencia. Por otro lado debería haber una competencia real, y ahora no la hay. El gremio pone unas tarifas y todos han de cobrarlas igual.

¿Por qué no hay empresas que realicen servicios de taxi? Todos los empleados con jornadas fijas, nóminas estables, con menos riesgos y puede que con mejores condiciones laborales. Y si hay varias empresas compitiendo el primer beneficiado es el ciudadano, y hasta el propio gremio. Si se abarata un poco ganarían más clientes y tendrían más rentabilidad.

Lo que es ilógico y demencial es que un hombre que trabaja 10-12 horas diarias lo tenga complicado para dar de comer a su familia si con la recaudación de un día puede sacar tranquilamente 100 euros. Multiplicado por 20 días hábiles, me salen 2.000 euros, más de lo que ganamos muchos por aquí.

En conclusión, no veo tan competencia desleal, sino un negocio con problemas de raíz que deben mejorarse. Servicios como el Omnibus no tienen la culpa de ser más rentables, y por lo tanto, más baratos. Y lo mismo pasa con el servicio público. Es más, a día de hoy, ciertos billetes de avión cuestan menos que el taxi hacia/desde el aeropuerto dentro de España.

¡Que alguien detenga esta demencia!

Fuente | Asociación Unión Sevillana del Taxi, Diario de Sevilla, AENA, EMT Barcelona, CTM Madrid
En Motorpasión | Taxistas versus Ley Ómnibus, ¡es la guerra!

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