La victoria de Sebastien Ogier en el Rally Acrópolis desata la guerra civil en Citroën

Parece que en Citroën ya están cansados de que Sebastien Loeb sea pluricampeón y quieren sangre fresca. Al menos esa conclusión se pude sacar de lo ocurrido en el Rallye Acrópolis disputado el pasado fin de semana.

Como viene siendo habitual en las últimas citas, los rallyes se están convirtiendo en una lucha táctica en la que la posición de salida el último día es lo más importante. Los últimos tramos de la jornada del sábado se han convertido en una lucha entre el gato y el ratón.

Fue en esas maniobras del sábado cuando en Citroën parece que se la jugaron a Loeb. Los pilotos reciben información en tiempo real sobre el tiempo que están realizando sus rivales pero casualmente el francés no recibió datos de su compañero Ogier.

Las razones esgrimidas por Citroën, evitar que la lucha entre sus pilotos pudiera acabar mal y evitar un doblete para la marca gala. Algo lógico por otra parte, aunque deja de tener sentido cuando se conoce que Ogier sí tuvo datos de Loeb.

Pero más allá de la polémica, los Citroën DS3 WRC del equipo oficial no tuvieron muchos rivales. La presencia de Petter Solberg, con un DS3 privado, en la primera posición al finalizar la etapa del viernes se esfumó con los tramos del sábado. A partir de ahí la pareja de Sebastien tomó el mando hasta jugarse la victoria.

Ambos también fueron los que se llevaron los puntos extra de la Power Stage. Ogier se llevó los tres puntos al ser el más rápido mientras que Loeb tuvo que conformarse con la segunda posición. En la general, Sebastién Loeb es líder con 17 puntos de ventaja sobre Mikko Hirvonen. En Grecia, Hirvonen no pudo plantar cara a los Citroën, algo que comienza a ser habitual. Tan sólo una victoria para la marca del óvalo tras siete citas. Eso sí, el finés realizó la librada del fin de semana.

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