A finales de 2024, Stellantis y el gigante chino de las baterías para coches eléctricos CATL anunciaron la creación de una enorme fábrica de baterías con una inversión de 4.100 millones de euros en España, un sector estratégico en el que Europa lucha por ponerse al día.
La factoría deberá proveer a la planta Stellantis de Figueruelas en baterías. Es también la creación de 3.000 empleos directos, según las autoridades y promotores de la factoría. Sin embargo, a la hora de levantar la factoría y ponerla en marcha serán cerca de 2.000 trabajadores venidos expresa y directamente de China.
Mano de obra desplazada expresamente desde China
Según el El Periódico de Aragón, serán 1.847 trabajadores de CATL y de contratas los que se instalarán cerca de Figueruelas para levantar la fábrica entre 2025 y 2026. Antes de que acabe el año se espera la llegada de 274 trabajadores, de los que 74 corresponderán a la plantilla de CATL, según el diario aragonés, mientras que el resto serán de contratistas chinos. En 2026, llegarán otras 1.573 personas, de las cuales 180 serían empleados de CATL y casi 1.400 de subcontratas. Y, al parecer, esta cifra debería ir aumentando en los siguientes años, hasta 2028.
Con una capacidad de producción de hasta 50 GWh, la gigafactoría de Stellantis y CATL será la más grande España, superando en 10 GWh a la que está levantando el Grupo Volkswagen en Sagunto. La factoría debería crear 3.000 empleos directos, según la Declaración de Interés General (DIGA) aprobada por el Gobierno de Aragón. Sorprende, por tanto, que se traigan en una primera fase cerca de 2.000 trabajadores de China y que se prevé la llegada de más empleados aún.
“La contratación que se hará para este caso se ampara en la Ley de Unidad de Grandes Empresas y Colectivos Estratégicos (Ley 14/2013), un marco legal diseñado para proyectos de alto impacto económico”, explicaba Fernando Beltrán, el delegado del Gobierno en Aragón. CATL traerá altos y medios cargos, así como operarios de China para agilizar la construcción y puesta en marcha de la factoría lo antes posible en lugar de formar todo el personal y retrasando la puesta en marcha de la planta, prevista para 2026.
El Delegado del Gobierno ha reconocido que esta situación “tendrá un impacto social importante”, pero también ha recordado que cuando se inauguró la planta de Opel en 1982 y que hoy es de Stellantis, la mayoría de los técnicos vinieron de Alemania. "Lo normal será que vayamos en fases. Esto irá incrementándose. En el arranque necesitas gente que, bajándose del avión, sepa ya qué hacer en esa factoría más adelante", ha explicado.
"CATL trae la tecnología de baterías, que es además la mejor del mercado mundial, y trae sus máquinas y formas de trabajar", añadió. Sin embargo, no se sabe cuánto tiempo estos trabajadores se quedaran en la gigafactoria ni cuándo empezará la formación de los trabajadores locales y generar esos 3.000 puestos de trabajo directos prometidos.
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Imágenes | Stellantis, Pexels