Lo que el parón de Maserati esconde

Que las fábricas de Maserati entren, de nuevo, en un parón técnico no es algo nuevo, sin embargo ya se puede considerar como un síntoma alarmante de la situación de Maserati. La marca del tridente lleva todo el 2017 con paros de producción puntuales, pero el paro técnico de este fin de año tiene proporciones que no se habían visto a lo largo del año. Y es que Maserati ha cesado la producción de absolutamente todos los modelos que produce, incluido el Alfa Romeo 4C.

El cese es temporal, obviamente, pero la cuestión no es que solamente se paralicen todas las fábricas de la marca (Grugliasco, Módena y Mirafiori), sino que es una situación que se viene repitiendo con demasiada frecuencia y que en algunos casos supone cerrar la fábrica durante un mes entero. El futuro no es muy prometedor para el tridente y sobre todo para sus trabajadores. De hecho, es un síntoma de un problema más profundo.

Más de un mes de paro técnico

Las factorías de Maserati están cerradas desde hace unas semanas y no volverán a abrir hasta mediados de enero. Es una situación bastante grave cuando todas tus líneas de montaje cierran casi un mes. Pero es todavía más grave cuando los cierres, por muy temporales que sean, se vienen repitiendo con demasiada frecuencia. El caso de Grugliasco es muy revelador. En la antigua fábrica Pininfarina que ahora produce los Quattroporte y Ghibli, los trabajadores tuvieron 39 días de paro técnico en 2016 y 62 días en 2017. Recordemos que el Maserati Ghibli es uno de los dos coches que debía llevar Maserati a vender 75.000 unidades al año (el otro siendo el Levante), pero su línea de montaje lleva más de un mes paralizada en lo que va de año.

Cambio de modelo de venta en China

El año 2016, sin embargo, parecía el presagio de un futuro brillante para Maserati. Ese año, la marca entregó 42.100 coches, lo que supuso una subida del 30 % con respecto a 2015. El Maserati Levante tuvo una buena acogida en el momento de su lanzamiento, a finales de 2016, y en la primera mitad de 2017. Por desgracia, esa tendencia no se mantuvo en el tiempo y se habla de una reducción de la producción del Levante del orden del 45 % para el año que viene.

¿Cuales son las causas de esta debacle? Maserati tiene en China su primer mercado, pero la nueva reglamentación sobre importación de vehículos hace que las ventas de Maserati y de Alfa Romeo en China estén en caída libre. La nueva ley prohíbe, entre otras cosas, al fabricante imponer un stock de coches al concesionario.

Así, Maserati que entregaba una media de 800 Levante al mes en la primera mitad de 2017, solo entregó una media de 350 Levante en julio y agosto. Por cierto, le pasa lo mismo a Alfa Romeo, cuyas entregas del Stelvio pasaron de 1.006 en junio y 2.666 unidades en julio a tan sólo 227 en agosto. La situación podría mejorar con el tiempo, una vez liquidado el stock actual, pero es poco probable, ya que esta situación hace evidente que las ventas de Maserati en China no estaban necesariamente lideradas por la demanda sino por la imposición de un stock importante a sus concesionarios.

Sí, hay mucho stock, pero "se lo come" el concesionario y no la marca, pues ésta ya le ha vendido los coches (para quien no esté familiarizado, los concesionarios compran los coches a la marca, no son meros intermediarios). Luego si el concesionario consigue vender esos coches como nuevos o abusando de las automatriculaciones es una cuestión de menor importancia para la marca, pues ella ya ha vendido y entregado los coches. Y al final es lo único que cuenta para Marchionne.

Son síntomas de algo más profundo

Que los cambios de reglamentación en China puedan afectar a la salud de Maserati no es buena noticia, pero lo realmente preocupante de todo es la falta de inversión y desarrollo de nuevos modelos o de profundas actualizaciones en los modelos, con nuevos modelos. Así, hace más de un año que no se ve ningún prototipo de Maserati (más allá de un simple restyling de parachoques) por la zona de Balocco (centro de pruebas de FCA) o por cualquier otro sitio habitual de peregrinación de prototipos (Laponia, Nürburgring, etc).

Además, ya no se habla de versiones híbridas ni de electrificación (ya te puedes ir olvidando del Maserati Alfieri de calle). Ahora, Sergio Marchionne habla de un SUV más compacto, por debajo del Levante, desarrollado sobre la plataforma del Alfa Romeo Giulia y Stelvio. La cuestión es crear expectativas...

La realidad de todo esto es que el plan de Sergio Marchionne de hacer atractivas las marcas del grupo FCA para venderlo, no le está saliendo muy bien. O en todo caso está tardando más de lo que pensaba en realizarse. La idea de gastarse lo mínimo para poder cubrir la inmensa deuda del grupo al mismo tiempo que intenta hacer atractiva las marcas gracias a un par de nuevos modelos y -en teoría- muchos más en desarrollo que son continuamente retrasados (como es el caso de Alfa Romeo y Maserati) no está dando sus frutos.

Es cierto que hay un acuerdo de colaboración con el grupo Hyundai, pero también se habla de una posible compra de FCA por parte de Hyundai. De todos modos, éste se puede permitir el lujo -en caso de estar interesado- en esperar que a FCA le vayan muy mal las cosas para hacerse con el grupo a precio de derribo.

Recuerda que las reservas de cash de Hyundai Motor fueron de 106.000 millones de dólares en 2016. Y aunque el grupo invierta un total de 78.000 millones de dólares en el periodo 2015-2018 en fábricas, I+D, etc, le sobraría para comprarse FCA.

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