General Motors afronta su quinto día de huelga masiva, y la cadena de proveedores ya empieza a sufrir los efectos

General Motors afronta el quinto día de huelga masiva en Estados Unidos con cerca de 50.000 empleados que cesaron el lunes sus actividades en 31 fábricas y 21 instalaciones en nueve estados, según explica la CNN.

Las negociaciones entre el sindicato United Auto Workers (UAW) y el gigante de Detroit siguen su curso, mientras que el parón ya está afectando a la red de proveedores de General Motors: como no se fabrican coches, estas empresas también están abocadas a parar su actividad.

Algún progreso a la vista, pero no significativo

El principal problema para los proveedores es la incertidumbre, pues no se sabe hasta cuándo se extenderá esta huelga masiva, que ya es la más larga que General Motors afronta desde la década de los 70.

Según algunos especialistas, las compañías más afectadas son aquellas que entregan paneles de puertas, sistemas de transmisión o asientos a las plantas de ensamblaje de General Motors desde las fábricas cercanas.

Algunas de esas plantas ya han despedido a sus trabajadores temporalmente o han anunciado que lo harán, ya que reducen o inactivan la producción debido a la huelga continua, explica The Wall Street Journal.

Y no solo en territorio estadounidense. General Motors Canadá dijo el miércoles que despedirá temporalmente a 1.200 empleados en su planta de ensamblaje de Oshawa, en Ontario, porque algunos de los componentes para fabricar camiones no están disponibles debido a la huelga.

Y es que un vehículo suele contar con alrededor de 30.000 componentes fabricados por cientos de compañías distintas.

Desde la UAW han explicado en un comunicado que ha habido "algunos progresos" pero aún quedan flecos sueltos y avisa: "El proceso de reunión en subcomités y mesas principales continuará este fin de semana y más allá, si no se llega a un acuerdo provisional"

Los expertos dicen que la huelga podría eventualmente provocar un efecto dominó con cientos de miles de trabajadores estadounidenses despedidos a medida que se extiende el impacto del parón.

En estos momentos hay sobre mesa, por un lado, las reivindicaciones de los trabajadores de General Motors, que piden una subida salarial, una cobertura sanitaria de calidad y seguridad laboral. También piden que no se cierren en 2020 las plantas de Lordstown, en Ohio y de Hamtramck, en Michigan, y que se limite el uso de empleados temporales.

Por su parte, el fabricante capitaneado por Mary Barra ha prometido "más de 7.000 millones de dólares en inversiones en Estados Unidos, más de 5.400 empleos, salarios más altos y más beneficios".

Foto | Yahya S.

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