Agresiones, vandalismo y huelga. Lo de Málaga es el mejor ejemplo de cómo no defender los derechos del taxi

En Málaga se está cociendo, de nuevo, el caldo de cultivo perfecto para una radicalización de la situación que atañe al conflicto entre taxis y VTC, o más concretamente las VTC que trabajan para aplicaciones como Uber o Cabify.

Huelgas indefinidas, protestas y agresiones han sido la respuesta del sector del taxi contra un refuerzo en los servicios ofrecidos por Cabify en Málaga. Una respuesta que puede tener su razonamiento lógico, pero desmedida que a todas luces va en contra de la libre competencia, de un mercado saludable y de unos usuarios que puedan escoger libremente.

Una mecha muy corta prendida por una circular de Cabify

A principios de esta semana, Cabify lanzaba una circular a sus trabajadores en la que tal y como se hace para otros grandes eventos instaba a quienes quisieran participar a trasladarse desde otras provincias hasta Málaga para reforzar sus servicios durante estos días de alta demanda. El comunicado de Cabify íntegro reflejaba lo siguiente:

Trabajar en Málaga con Cabify en Agosto.

Debido al incremento de la demanda que estamos experimentando este mes de Agosto en las ciudades de Málaga y Marbella, hemos determinado ofrecerle a nuestros colaboradores bajar con sus vehículos hasta el 31 de Agosto.

La facturación en Málaga durante este período es muy elevada por lo que es una opción bastante rentable para vosotros.

Para minimizar los gastos que os pudiese ocasionar, Cabify proporcionará alojamiento gratuito para todos los conductores interesados.

Si estuvieseis interesados en recibir más información por favor contestad a este email a la mayor brevedad posible ya que las plazas son limitadas.

Reciban un cordial saludo

En base a esto, los taxistas de la capital malagueña se alzaban en huelga considerando una violación de sus derechos que Cabify introdujera VTC's de fuera de Málaga y que, además, el Ayuntamiento hubiera adaptado una parada específica para estos vehículos en el recinto ferial. Pese a que ésto último resultó ser un bulo, fue el detonante de las protestas del colectivo taxista.

Lo que los taxistas detectaron como una avalancha de 80 VTC, finalmente fueron 35 vehículos procedentes de otros puntos de la geografía española los que se dispusieron a prestar sus servicios en Málaga, y allí se han encontrado con una bienvenida no precisamente muy afectuosa.

Era la propia compañía de transporte la que a través de un comunicado enviado recientemente recogía que "un total de 15 vehículos de empresas y autónomos han sido dañados como consecuencia de actos vandálicos". Estos actos, tuvieron como objeto no sólo los vehículos con licencia VTC de fuera de Málaga sino también contra los de la propia provincia indistintamente.

Las posturas ofrecidas por el taxi cada vez son menos conciliadoras, con un sector de integrantes extremistas que antes eran minoritarios, pero que cada vez cuentan con más adeptos. Éstos precisamente, no son la parte más representativa de todo el colectivo aunque sean los que mayor repercusión alcanzan, pues en su mayoría quienes más ruido hacen no son taxistas vocacionales, sino profesionales de otros gremios sobrevenidos a taxitas.

La inefable agresión a Eduardo Martín

La presión de los taxistas ha llegado directamente hasta el Ayuntamiento de Málaga, donde su alcalde, Francisco de la Torre, ha tenido que salir al paso del conflicto, abandonar el consistorio y negociar con los taxistas a pie de calle para tratar de aliviar las tensiones que están adquiriendo tintes insostenibles. O más bien saliendo al paso de la congregación de taxistas que se reunió en la ceremonia de alumbrado de la Feria de Málaga.

En un intento por diluir la huelga indefinida, de la Torre se ha comprometido a que las VTC no puedan utilizar los accesos exclusivos al recinto ferial habilitadas para los taxistas, además de sugerir a Cabify la retirada de al menos parte de su flota de refuerzo, algo con lo que la empresa estuvo de acuerdo en un primer momento como gesto de buena fe.

La medida en cambio fue rechazada de pleno por el colectivo de taxistas, quienes además decidieron en asamblea mantener el paro hasta nueva orden si no eran satisfechas sus exigencias.

Dentro de este contexto de reuniones, Eduardo Martín (representante de Unauto VTC), acudió a Málaga para mantener una reunión con el Ayuntamiento de Málaga y la Subdelegación del Gobierno. Tras la reunión, cuando Martín volvía al aeropuerto de Málaga-Costa del Sol, era agredido por un grupo de taxistas al bajarse de un coche VTC.

En vista de lo complicada que se estaba tornando la situación en las instalaciones del aeropuerto, Martín se disponía a sacar su móvil para grabar las amenazas que el grupo de taxistas estaba dirigiéndole a él y a un equipo de televisión con el que iba a grabar unas declaraciones tras la reunión, a lo que dos de los taxistas respondieron con violencia: patadas y puñetazos. Tras este lamentable suceso, Martín tuvo que ser atendido en el hospital, hasta donde varios taxistas también le siguieron con la intención de intimidarle.

Cualquier tipo de justificación o reivindicación se volatiliza mediante el uso de la violencia injustificada, y Martín ayer expresó la necesidad de que se ponga fin de alguna manera a una situación totalmente insostenible. "Debe ser el propio sector del taxi el que expulse a su facción más radical", afirmaba el responsable de Unauto VTC.

A lo que añadía que "tras meses de ataques a vehículos y conductores VTC, ayer los taxistas de Málaga intentaron silenciarme por la fuerza, del mismo modo que intentan silenciar a los grupos de taxistas que no comulgan con sus actuaciones violentas e incluso a los periodistas que dan cobertura a sus manifestaciones, y todo ello en un estado de derecho en pleno siglo XXI".

Y es que la Feria de Málaga es un gran reclamo para el negocio de los transportes y un pastel tan suculento que ha vuelto a desatar la polémica convivencia entre el sector del taxi y el de los alquileres de vehículos con conductor. Un interés proteccionista devenido en ira que ha ido más allá de la agresión al presidente de Unauto VTC, arremetiendo contra a varios trabajadores en plena calle y a la luz del día.

"Hemos pasado de las malas miradas a las patadas", declaraba uno de los conductores de Cabify agredidos. "Me han hecho una emboscada en la calle María Zambrano donde me rodeó una veintena de taxistas. Me rompieron un retrovisor y me pegaron patadas al coche. Si salgo me linchan, fueron minutos de mucha angustia".

¿Qué dice la ley sobre los trabajos de VTC fuera de su provincia?

La normativa que rige el funcionamiento de las licencias de alquiler de coche con conductor es la Ley 16/1987 de Ordenación del Transporte Terrestre, y en ella se especifica que las licencias VTC otorgadas dentro de una provincia deberán prestar sus servicios dentro de esa misma provincia. Un fundamento sobre el que los taxistas habrían basado sus protestas, pero dejando a un lado la letra pequeña de las salvedades recogidas en la propia Ley.

Aparte de los servicios realizados en otras provincias que tengan origen en la del domicilio social, las VTC también están amparadas por la ley para prestar servicios más allá de los límites provinciales siempre y cuando la facturación mensual de dichos servicios digamos externos no superen un 20% del total.

Por otra parte, el artículo 182 del Reglamento de Ordenación del Transporte Terrestre (ROTT) en el punto 2 del Artículo 182 dice textualmente que "las autorizaciones de arrendamiento de vehículos con conductor habilitarán para la realización de servicios tanto urbanos como interurbanos en todo el territorio nacional".

A este respecto, Cabify en su comunicado señalaba que "el traslado de vehículos de otras comunidades para reforzar el servicio en grandes eventos como la Feria de Málaga es totalmente legal y su habitualidad fue pactada y regulada a instancias del taxi por el Ministerio de Fomento". Por lo tanto, las iras del sector del taxi contra los desplazamientos de unas VTC fuera de su provincia de origen están completamente infundadas salvo que se demuestre que dichas licencias hayan superado un 20%.

En cualquier caso, lo que parece que no entra en la cabeza de algunos es que una VTC y un taxi ofrecen servicios distintos y diferenciados, complementarios. Partiendo de esta base, que ambos servicios convivan de forma pacífica sería lo normal y que los servicios prestados y amparados por la ley en otras provincias no dieran pie a ningún tipo de conflicto tal y como tampoco debería pasar en el caso de que se habiliten paradas específicas para VTC, de la misma manera que ya se ha hecho en lugares tan concurridos como el Aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid-Barajas. O llámame loco, igual que conviven las líneas de autobús de transporte público con empresas de autobuses de servicio privado, por ejemplo.

Por suerte, en la última asamblea convocada en la noche de ayer, la Asociación Unificada Malagueña de Autónomos del Taxi (AUMAT) acordaba finalmente la disolución de la huelga y el restablecimiento del servicio. Por su parte, la Junta de Andalucía a modo de concesión se ha comprometido a que se creará una base de datos con las VTC de Andalucía y una página web donde deberán registrarse los servicios llevados a cabo para mantener una inspección continua.

Y sí, las grandes empresas que utilizan a las licencias VTC para prestar sus servicios no son ningunas hermanitas de la caridad ni mucho menos. El régimen de las VTC debe regularse apropiadamente y con cabeza para que las autorizaciones VTC no se conviertan en una nueva burbuja como la del taxi, pero no debe hacerse ni en los términos de desventaja competitiva que exigen los taxistas ni, en el peor de los casos, con las formas pseudomafiosas que están adquiriendo.

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