Australia quiere tener el primer avión impulsado por amoniaco en 2023 gracias al hidrógeno verde

El amoniaco producido a partir de hidrógeno verde -aquel procedente de energías limpias y no del reformado del gas natural- se está convirtiendo en un probable sustituto de los combustibles fósiles de barcos, como el alemán Viking Energy,  y también de aviones.

De hecho, la compañía australiana Aviation H2 planea tener funcionando un pequeño avión de pasajeros para mediados del próximo año cuyo único combustible sea el amoniaco verde.

Una conversión más simple que la del hidrógeno

Foto | Aviation H2.

El pan pasa por modificar los reactores de un Dassault Falcon 50, un avión de negocios con capacidad para nueve pasajeros, de forma que use amoniaco líquido como combustible.

Este avión usa motores turbofán estándar modificados para consumir amoniaco, que se quema junto al oxígeno. "Necesitamos modificar el sistema de almacenamiento de combustible en algo que sea básicamente similar a un tanque de GLP", explica la compañía.

Una solución más económica que la de cambiar las turbinas de combustión por turbinas eléctricas para que el avión pueda volar gracias a la pila de combustible de hidrógeno.

En lo que respecta a la autonomía, el plan inicial es construir un avión capaz de volar durante una hora.

Una tecnología con ventajas: "El peso almacenado de la energía del amoníaco líquido es sustancialmente menor que el hidrógeno gaseoso y se puede mantener a una presión de tanque mucho más baja", explican desde Aviation H2.

Foto | Aviation H2.

Los expertos a cargo del proyecto aseguran que el amoníaco puro alcanza el punto de licuefacción más rápido, lo que hace que sea mucho más fácil de almacenar en comparación con el hidrógeno líquido o gasificado.

Una vez que el vuelo de prueba tenga éxito a mediados de 2023, Aviation H2 quiere tener un método patentable para modificar aeronaves para que operen con combustible libre de carbono. Después, buscarán certificar y comercializar este producto a través de una cotización pública planificada.

El amoniaco es uno de los productos químicos más fabricados del mundo y se utiliza principalmente como fertilizante, pero se está empezando a ver como una manera efectiva como una forma más fácil de mover y almacenar hidrógeno verde.

Hidrógeno que se puede mezclar con nitrógeno atmosférico para producir amoníaco.

Lo cierto es que esta compañía australiana no es ni mucho menos pionera en esta tecnología. Los británicos Reaction Engines o la Universidad de Florida Central, que se ha embarcado en un proyecto de aviación de amoníaco de cinco años en colaboración con Boeing, General Electric y otros socios, financiado por la NASA, son más ejemplos.

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