Módulos desmontables, tiendas de techo y soluciones móviles pensadas para usar la pick-up entre semana y viajar barato
Tener una pick-up ya es llevar medio camino hecho para entrar en el mundo camper. Su caja trasera abierta permite soluciones muy flexibles, desde una plataforma sencilla pensada para dormir con lo básico de forma muy puntual hasta montar un auténtico “mini apartamento” que se quita y se pone según el plan del fin de semana.
La clave está en elegir sistemas desmontables, pensados para no perder el uso principal de estos vehículos pensados principalmente para el trabajo, ni meterse en complicadas personalizaciones, homologaciones farragosas o inversiones propias de una autocaravana.
Camperizar una pick-up sin modificarla: las soluciones que mejor funcionan
La opción más sencilla para conservar lo mejor de los dos mundos es la tienda de techo, ideal para escapadas rápidas y presupuestos ajustados. Se instala sin tocar la caja, cuesta desde unos 900 euros y permite dormir arriba mientras el material de trabajo sigue abajo. Es práctica, pero limitada para viajes largos o con mal tiempo.
Un paso más es montar una capota rígida o hardtop con sus anclajes y acondicionar el interior con una plataforma de cama y cajones. Es una solución muy popular para quienes aman irse con su camper de pesca, a hacer surf o a montaña, con precios entre 1.500 y 3.500 euros, discreta y fácil de desmontar, aunque sin altura interior.
Si buscas algo más cercano a una camper más cómoda, ya entran en juego los módulos tipo caja o tienda estructurada, como los de Hotomobil. Su Atlas Cabin Box pesa alrededor de 150 kg, se quita en poco tiempo y ofrece cama, cocina y depósitos de agua desde unos 9.500 euros. Es una solución media para quien quiere ya cierto nivel de confort sin hipotecarse.
En el escalón superior están los módulos rígidos o pop-up desmontables, que se cargan en la caja como una mercancía más. Propuestas como las de Cube Series permiten viajar con paredes sólidas y techo elevable, con cama, cocina e incluso baño. Son más caros (desde unos 15.000 euros) y pesados, pero ofrecen una experiencia muy cercana a una autocaravana compacta.
Para quien quiere algo ya más profesional y a medida, existen soluciones modulares como las de INNature, con módulos de cocina y cápsulas completas compatibles con pick-ups comunes en España. La ventaja es que todo está diseñado para montar, desmontar y evolucionar por fases.
¿Cuál elegir según tu uso y presupuesto?
Si solo sales algún fin de semana y quieres gastar poco, mejor la tienda de techo o hardtop. Si buscas viajar varios días con algo de comodidad, los módulos tipo caja o tienda estructurada son el mejor equilibrio. Para rutas largas, frío o viajes internacionales, los pop-up rígidos justifican su precio.
En todos los casos conviene vigilar peso, reparto de cargas y homologación, aunque muchas de estas soluciones están pensadas para no modificar la ficha técnica si se usan como carga desmontable. La gran ventaja de estas camperizaciones es que, con ellas, una pick-up puede ser tu vehículo de trabajo de lunes a viernes y una camper funcional en cuestión de minutos cuando llega el viernes por la tarde.
Imágenes | Hotomobil, INN
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