Citroën Berlingo Combi X, prueba (parte 2)

La Berlingo Combi se vende con tres motores diesel de 75, 90 y 110 CV, más dos gasolina de 90 y 110 CV para kilometrajes reducidos. De todos ellos probé el 1.6 HDi de 75 CV, el más modesto de la gama. Sólo el más potente tiene filtro de partículas, pero es razonablemente respetuosa con el medio si comparamos con la mayoría de VI ligeros de este tipo.

Todas las versiones diesel pueden acogerse al Plan VIVE si se matricula como turismo, sus emisiones están por debajo del umbral de 160 gramos/km de CO₂ que se aplican a este segmento. Veamos qué podemos esperar de un motor tan ¿poco potente?

Conducción y dinámica

Se trata de un bloque con culata de aluminio, 16 válvulas y 1.598 cc, como los archiconocidos 1.6 HDi de 90 y 110 CV. La potencia máxima se obtiene a 4.000 RPM, como en cualquier diesel, y el par máximo es de 185 Nm a 1.750 RPM. Básicamente es una versión capada de los citados motores, y sus prestaciones no tienen nada de impresionantes.

Sólo con el conductor alcanza 150 km/h. Necesita 17,1 segundos para el 0-100, 38 segundos para el primer kilómetro y 20,3 para los primeros 400 metros. Tiene las peores prestaciones de toda la gama, pero para lo que se ha concebido no necesita mucho más. El motor HDi de 90 CV consume exactamente lo mismo, pero es más prestacional. Los dos tienen turbina de geometría fija.

Hablando de consumo, esta Berlingo rodó con carga, sin ella, con pasajeros, sin ellos, con A/C y sin él, en poblado, autovía a 110 km/h y carretera secundaria. Dicho de otra forma, recreé la mayor variedad posible de situaciones reales de conducción. Según la ficha técnica consume 5,7 l/100 km, lo cual no está nada mal, con un depósito de 60 litros de capacidad.

Habiéndola llenado hasta la boca, hice 995 km hasta que se encendió el testigo de la reserva, y aún era capaz de hacer 120 km más. Como mínimo, el dato de autonomía teórica es correcto, pero el ordenador (que es opcional) declaró un gasto medio de 5,4 l/100 km, muy ajustado a mis mediciones (5,3811 l/100 km).

En total hice 1.660 km a una media de 71 km/h, haciendo conducción eficiente y sin la ayuda del limitador/regulador de velocidad, mi unidad no lo tenía puesto. Estos consumos pueden bajar un poco más, hay que decir que al retirar la unidad de prensa sólo tenía unos 1.000 km.

Dentro de la M-30 no era raro ver bajar el consumo de 4 l/100 km a 70 km/h en quinta. Mi otra experiencia con furgonetas de este tipo había sido con Fiat Doblò 1.3 Multijet de 70 y 100 CV. La Berlingo es mucho más eficiente que la Dobló, que gastó 7 litros largos en condiciones prácticamente idénticas, y con la mecánica perfectamente asentada.

Los neumáticos Michelin Energy Saver cumplieron perfectamente con su cometido, ayudan realmente a gastar un poco menos. Los que se decanten por la versión XTR tienen que contar con un consumo superior al haber más equipamiento (peso) y suspensión más alta (peor aerodinámica).

A pesar de tener turbo, la respuesta del motor es bastante lineal y suave. No se perciben más vibraciones de las estrictamente normales en un diesel de su tamaño, y el ruido está bien amortiguado. Cargada sufre mucho adelantando, pero ¿qué pretendemos con sólo 75 CV? Si fuese blanca y de carga, podría hasta con los BMW M3, pero esta es azul.

En todas las situaciones de conducción normal y a velocidades legales no eché en falta ni un sólo caballo, aunque en puertos de montaña, adelantamientos y carriles de incorporación cortos va un poco justa. De todos modos, para ser el motor más sencillo, me parece más que suficiente. Su rendimiento es muy bueno, aunque no sea netamente brillante.

El acabado X no tiene regulación en altura para el asiento del conductor, pero el volante se puede acomodar en altura y profundidad. El puesto de conducción me pareció bastante más cómodo que el de la Fiat, con una disposición más lógica de los mandos y un tacto mucho más parecido al de un turismo.

La dirección tiene más precisión de la que cabe esperar en una furgoneta, y no resulta más indirecta de la cuenta. Como ya comenté antes, el pomo del cambio está en una excelente posición y se agradece sobre todo en ciudad, cuando hay que cambiar con frecuencia. Es como la inmensa mayoría de cambios PSA, de tacto pastoso.

Los trenes rodantes vienen del C4 Picasso, y en algo se tenía que notar. Aunque no hice conducción deportiva con ella (me parece una completa chorrada) sí probé a meterme en curvas de salida de autovía por encima de las velocidades que marcaban las señales, y no resultaba difícil controlarla.

Carecía de ESP, pues es una opción y en acabados superiores, pero iba con ABS. Parece de cajón, pero os sorprendería saber la de furgos que no tienen ni eso. Todas las versiones de la nueva Berlingo tienen cuatro frenos de disco con repartidor electrónico de frenada. En las situaciones en las que fueron usados no tengo nada que reprocharles.

Si no se conduce como un idiota o demasiado deprisa, no tenemos la sensación de ir con un vehículo con centro de gravedad alto, los movimientos de carrocería son muy contenidos. No probé cómo se comporta con mucha carga buscando el límite ya que le tenía aprecio a lo que iba transportando.

Respecto a la sonoridad, viene fundamentalmente de los neumáticos y el aire, pero nada molesto. A 100-110 km/h el motor no gira lo suficientemente deprisa como para ser incómodo, algo más de 2.500 RPM. Pese a ir un poco revolucionada, como hemos visto ya, el consumo es contenido. Por encima de los límites legales sinceramente no lo sé.

Esta furgoneta se conduce prácticamente con la misma facilidad que un Citroën C3 o similar, así que quien se decante por ella como vehículo de trabajo y para la familia no se sentirá decepcionado. Todos estos comentarios son perfectamente válidos para su homóloga Peugeot, la Partner. En esencia es el mismo vehículo.

Continuará...

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