Una de espías para animar la post-temporada de Fórmula 1

El espionaje industrial en una competición en la que los ingenieros se mueven de equipo en equipo es algo en su esencia inevitable. Todo trabajador que pasa de un puesto relevante de una escudería a otra se lleva con él unos conocimientos y "secretos" que de manera inevitable enriquecerán a su nueva escudería. Los equipos lo saben y conviven con ello, como no puede ser de otro modo.

Pero de tanto en tanto, saltan casos de espionaje que sobrepasan esa delgada línea que marca la naturalidad y la excepcionalidad en el robo de información privilegiada, y eso es lo que ha sucedido con el ingeniero Benjamin Hoyle, que ha sido denunciado legalmente por Mercedes por pretender robar información sensible de los campeones del mundo para llevársela a su nueva escudería: Ferrari.

Con datos sensibles de Mercedes a Ferrari

Hoyle, que ocupaba un puesto de responsabilidad en Mercedes, anunció a la escudería de Brackley que a final de temporada extinguiría su contrato laboral. Pero lo que no entraba en los planes de Mercedes es que Hoyle intentara llevarse con él información confidencial antes de su marcha a Ferrari en 2016, incluyendo la misma un informe completo sobre la carrera del Gran Premio de Hungría de esta misma temporada y datos sobre kilometraje y daños relacionados con los motores Mercedes.

Seguro que éste va a ser uno de los temas de la larga post-temporada que nos queda por delante, y las primeras consecuencias del caso ya han empezado a desencadenarse, pues desde Ferrari parece ser que se ha confirmado que hubo negociaciones con Hoyle, pero que éste no va a ser incorporado a la Scuderia.

Veremos cómo se suceden los hechos en este caso de espionaje que llega 8 años después del anterior gran escándalo protagonizado por McLaren y Ferrari en 2007, al que se bautizó como "Spygate".

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