Sébastien Ogier ejemplifica lo que conocemos como "la suerte del campeón"

La temporada 2014 del Mundial de Rallyes ha comenzado tal y como terminó el año pasado, con victoria de Sébastien Ogier. El galo no ha tenido prácticamente rival y en cuanto el Rallye de Monte-Carlo se normalizó un poco, y las montas de neumáticos dejaron de perjudicarle, el primer piloto de Volkswagen mandó en la prueba con mano de hierro, consiguiendo una incontestable victoria ante un sorprendente Bryan Bouffier.

Sin embargo, detrás de ese nuevo dominio del de Gap, consiguiendo siete de los quince scratchs posibles (catorce si tenemos en cuenta que el segundo paso por el Turini fue neutralizado) también ha habido una buenas dosis de buena suerte. Diosa fortuna que precisamente ha dado la espalda a otros pilotos como Dani Sordo, Martin Prokop, Mikko Hirvonen (todos ellos con problemas de alternador) o François Delecour que vio como tenía que abandonar sin ni siquiera completar el primer tramo debido a que el acelerador de su Ford Fiesta RS WRC se había salido de su eje.

Thierry Neuville también se quedaba a las primeras de cambio fuera de carrera, pero en esta ocasión, el piloto era obviamente el responsable del accidente después de sólo haber recorrido 7 kilómetros con el Hyundai i20 WRC. Sin embargo, este pasado fin de semana era difícil no cometer un error en el Rallye de Monte-Carlo, y de ello puede dar fe Sébastien Ogier, que una vez más puso en acción del dicho de “la suerte del campeón”.

Y es que nada más comenzar, en la primera especial, cuando sólo llevaba unos metros disputados, Ogier se iba recto y sufría un primer toque contra un muro. Las difíciles condiciones y la monta equivocada le hacían perder confianza, algo que veríamos repetido dos tramos más tarde, cuando el Campeón del Mundo de 2013 se iba recto contra un guardaraíl que no le producía más daños que un fuerte susto tanto para él como para su copiloto, Julien Ingrassia.

No acabaría ahí la cosa, el resto del rally siguió siendo una exhibición de rapidez y de pilotaje al límite que tuvo dos puntos álgidos más. El primero de ellos sucedió en la octava especial, cuando tanto Mads Ostberg como Ogier no podían frenar sus monturas y tenían que hacerse sendos rectos hacia la hierba para no “llevarse puesto” un Control Stop que estaba demasiado cerca de la cedula de meta. El resto vendrían en el noveno tramo, donde Ogier además de llevarse el mejor tiempo se marcaba tres libradas (dos que pudimos ver en directo a través de la OnBoard y otra gracias a los aficionados) de autentico escándalo.

SS3 Montauban sur l’Ouveze – Laborel 1:

SS5 Rosans – Ste Marie – La Charce 2:

SS8 Selonnet – Breziers:

SS9 Vitrolles – Faye 2:

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