Proclama contra el motor único y en defensa de las marcas en la Fórmula 1

Las marcas son la salud de la F1. Aunque me cueste, podría imaginar un campeonato sin muchos de sus ingredientes actuales. Los escenarios, las formas y la tecnología pueden cambiar –y lo han hecho a través de los años–, pero lo que no puedo imaginar es un campeonato mundial en el que no participen las grandes marcas de automoción del planeta.

Y es allí donde entran en conflicto tres elementos complementarios: el control de costes, el prestigio traducido en publicidad que otorga el pertenecer a la elite, y la posibilidad de que la inversión realizada en desarrollo pueda ser aplicada a futuro en coches de calle. Pero todo esto se relativiza en tiempos de crisis.

Se ha hablado mucho en estos días de la posibilidad de que se imponga a las marcas la utilización de un motor único, y de que incluso Renault estaría de acuerdo con la medida.

Y la referencia es inmediata. Muchas escuderías utilizaron durante años los Cosworth, motores creados por Mike Costin y Keith Duckworth en Inglaterra a fines de los '50 (luego fabricados por Ford). La última victoria de un coche que los utilizara se remonta al año 1983, y la obtuvo Michele Alboreto para Tyrell (foto del post).

Antes de continuar, debo reconocer dos cosas: por un lado, que en momentos como el actual, se hace necesario el realizar ajustes a fin de controlar el gasto en la Fórmula 1; y por el otro, que el Cosworth en su día permitió a muchas escuderías menores estar en parilla con un motor "barato" pero competitivo.

El problema es que este control de costes ultimamente está llevando a la categoría a tener un perfil casi monomarca: unificación de neumáticos, utilización de la misma centralita, con limitaciones en la estructura del coche, en la aerodinámica, en los frenos, en el peso, sin control de tracción... ¿dónde está la categoría que durante años fue el máximo exponente tecnológico del automovilismo mundial?... y es que actualmente hay vehículos de calle que llevan mucha más tecnología que un Fórmula 1.

Entonces, el peligro es que si finalmente los coches son “monomarca”, probablemente Ferrari, Mercedes y otras terminarán por retirarse, porque no podrán marcar diferencias y por tanto no habrá ningún valor añadido para ellas. Pero por el otro lado, unos costes que se disparan casi por inercia, tienen como resultado la desaparición de equipos, a veces en forma dramática como ocurrió a mitad de año con Super Aguri, y hace unos días con Honda.

La FIA es consciente de que estamos en tiempos difíciles a nivel económico, pero de ahí a asegurar que imponer un motor único es una necesidad de supervivencia hay un trecho. Se debe dejar libertad a las marcas de utilizar su propio motor, aún con restricciones a la hora de aplicar modificaciones o evoluciones posteriores. Siempre habrá una "Toro Rosso" –por poner un ejemplo– que utilizará motores desarrollados por otros fabricantes (Ferrari en este caso) pero lo que no podemos hacer bajo ningún concepto es obligar a las marcas a tomar esta opción.

Por último, quiero dejar claro que no tengo nada contra Cosworth, y que en caso de hacerse realidad este rumor, considero a esta empresa una justa ganadora de la batalla por fabricar el que sería el "motor único", por prestigio, experiencia y antecedentes.

Recortar gastos: si. Pero el motor no debe ser impuesto. Encontrar el balance nunca es fácil, pero espero que la Fórmula 1 lo encuentre, por el bien de todos.

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