
Belle Isle es una cita que la IndyCar recuperó hace un par de años gracias a la insistencia de Roger Penske, cuyo emporio tiene base en el estado de Michigan y a quien también interesaba tener contentos a los mandamases de Chevrolet, para quien desarrolla los motores de IndyCar. Y este año la cita doble disputada en Detroit ha sonreído al Capitán con dos triunfos y dos de sus pilotos en cabeza del campeonato.
En la jornada de sábado ya empezó el dominio de Penske con la primera sesión de clasificación, en la que Helio Castroneves se llevó la pole. Sin embargo, no sería el brasileño quien diera la primera victoria del fin de semana a su equipo, sino su compañero Will Power, quien, nuevo encontronazo con Simon Pagenaud mediante, se impuso a Graham Rahal tras un intenso duelo en los últimos compases de la carrera.
El australiano de Penske remontó desde la 16ª posición en parrilla beneficiándose de las distintas banderas amarillas y una estrategia correcta, pues este fin de semana los neumáticos rojos se esfumaban con tan sólo montarlos. Junto a él y Rahal se subió al podio Tony Kanaan, que de este modo pudo quitarse de forma parcial el mal sabor de boca de sus problemas mecánicos en las 500 Millas de Indianápolis.
En cuanto al poleman, Helio Castroneves, acabó quinto tras Justin Wilson. Sólo la actuación de Juan Pablo Montoya chirrió entre los Penske, acabando 12º y siendo además sancionado días más tarde al no dar el peso mínimo su monoplaza en clasificación. Entre los que besaron el muro en esta primera carrera Mike Conway, Josef Newgarden o Ryan Hunter-Reay, que estrenó su corona en la Indy 500 cruzando la meta 16º.
Tras los dos Penske acabaron dos Ganassi, que siguen buscando cómo salir del pozo en el que ya se les vio en Indianápolis. En esta ocasión Charlie Kimball los acompañó en el podio seguido de Scott Dixon, acabando quinto James Hinchcliffe. Una vez más Juan Pablo Montoya acabó lejos de sus compañeros, terminando en 13º lugar.
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