Mercedes cambió su coche de F1 y se ha encontrado con un viejo fantasma olvidado: el 'porpoising' ha vuelto

Cuando el nuevo reglamento técnico de la Fórmula 1, que tenía el efecto suelo como principal novedad, entró en vigor en la temporada 2022, todos los equipos se encontraron con una sorpresa inesperada. Se llamaba 'porpoising', y era el rebote del fondo contra el asfalto por la descompensación del flujo de aire.

Poco a poco, todos los equipos fueron solucionando sus problemas de 'porpoising', e incluso la FIA sacó adelante medidas para mitigarlo. Pero Mercedes ha revolucionado su monoplaza a mitad de esta temporada 2023, y la visita a Spa-Francorchamps les ha dejado una desagradable sorpresa: el 'porpoising' ha vuelto.

El Mercedes W14 rebotó tanto que Hamilton no pudo hacer a fondo Blanchimont

"Es frustrante irse así de vacaciones", decía Toto Wolff después de la carrera belga. Lewis Hamilton logró rescatar una magnífica cuarta posición, pero probablemente se debió a que Carlos Sainz y Oscar Piastri se quedaron fuera en la primera curva, mientras que el McLaren de Lando Norris estaba reglado para lluvia.

Y es que Mercedes se encontró en Spa-Francorchamps con un enemigo que estaba olvidado, el 'porpoising'. "El coche rebotaba en todas las rectas. Lo vi en los datos, y además lo dijeron los pilotos", contaba Wolff, devastado. Y es que el rebote ha sido el peor enemigo de Mercedes en lo que llevamos de reglamento técnico.

Parecía controlado, pero los cambios que introdujeron en la carrera de Mónaco parece que les ha hecho perder algo de control sobre el monoplaza, y al llegar a un circuito tan exigente en recta como el de Spa se han notado los problemas. "Lo entenderemos mejor tras haberlo analizado", explicaba Wolff, que ha anunciado una investigación.

Lo bueno para Mercedes es que tienen todo el verano por delante para estudiarlo, aunque la fábrica está cerrada por reglamento durante dos semanas. La carrera de George Russell, acabando incluso por detrás de Fernando Alonso con un Aston Martin que parece haberse desinflado, preocupa todavía más.

"Hamilton tuvo que levantar el pie en Blanchimont, una curva que es sencilla a fondo. Si rebotas en la recta, sobrecalientas los neumáticos en la frenada. Es un círculo vicioso que condicionó todo el fin de semana", concluía Toto Wolff. Queda trabajo por delante para poner en el sitio ese W14.

Veremos si después del verano Mercedes ha podido arreglar sus problemas. Porque Zandvoort será indulgente, pero después espera la criba de Monza.

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