La semana después del rally. Seis coronas a la salud de Sébastien Loeb

Una vez más Sébastien Loeb ha demostrado que actualmente es el mejor piloto del Mundial de Rallyes. El alsaciano sumaba este fin de semana su sexta victoria consecutiva en el Rally de México y daba un golpe en la mesa del campeonato al sumar su segundo triunfo de la temporada. Con demostraciones de poder como la del tramo de Otates el sábado, Loeb ha vuelto a demostrar quién sigue siendo el rey.

Hasta su propio compañero, Mikko Hirvonen, reconoció que el ritmo del ocho veces campeón del Mundo de Rallyes era demasiado para él. El nuevo piloto de Citroën sigue con su regularidad, algo que le permite ser segundo de la general. Sin embargo la actitud de Mikko sigue siendo conformista, le falta la chispa que caracteriza a un piloto ganador, le falta esa ambición.

El caso contrario lo encontramos en Jari-Matti Latvala. El piloto más joven en ganar una prueba del Mundial parecía haber ganado durante los últimos meses en madurez, algo que con errores como los del domingo se demuestra que no es así. Y es que la punta de lanza no tenia ninguna necesidad de atacar tal y como lo estaba haciendo en el tramo más largo de la prueba norteamericana. La segunda posición estaba lejos de su alcance y Petter Solberg no pretendía en ningún momento plantarle batalla por el podio.

Con esto no quiero decir que el vuelco y posterior abandono fuera totalmente responsabilidad de Jari-Matti. Es más, el propio protagonista aclaraba que ver el coche accidentado de Evgeny Novikov, había propiciado su error.

Me estaba acercando a una curva rápida la izquierda, que dio lugar a una combinación de izquierda-derecha. Desde lejos vi el coche de Evgeny sobre su techo, que parecía estar al lado de la carretera. Frené fuerte y mi coche chocó contra el banco. Creo que volcó dos veces.

Aunque si hay algo que tiene que preocupar a Ford y M-Sport es la excesiva cantidad de pinchazos sufridos por los Fiesta RS WRC. A los dos de Petter Solberg, se le sumaron los de Novikov y Mads Østberg. Algo que puede explicarse por las diferencias de trazadas de los coches de la marca del ovalo, mucho más agresivas que las de los Citroën.

Caso a parte fue la actuación del equipo Monster y del Portugal World Rally Team. Ken Block volvió a tener un rally plagado de errores, compensado en parte por la buena actuación de Chris Atkinson que no tuvo suerte y terminó partiendo la suspensión en una salida de pista.

Armindo Araujo por su parte completaba su mejor resultado en el WRC tras muchos problemas mecánicos con su Mini y muy lejos del rendimiento que nosotros esperábamos del campeón del doble campeón del PWRC. Caso a parte es lo de Paulo Nobre. El brasileño es un personaje carismático pero no da el nivel para ser miembro de un equipo oficial. Si no fuera por el dinero que aporta al equipo…

Benito Guerra por su parte se llevó una bonita victoria entre los coches de la categoría de producción. El mexicano se mostró siempre como uno de los pilotos más rápidos, aguantando los envites de Kosciuszko y evitando meterse en guerra estúpidas contra la familia Triviño, que una vez más no supieron comportarse y que además estuvieron muy lejos de las posiciones del podio por las que aseguraban que iban a luchar.

Por ultimo no me gustaría dejar de lado la mala actuación este año de la organización del Rally de México. Tras el impresionante espectáculo nocturno en la especial urbana de Guanajuato la prueba contó con tres cancelaciones de tramos, una de ellas provocada por el lanzamiento de una piedra contra el parabrisas de Thierry Neuville. La aparición de misteriosas rocas en medio de las trazadas, algunas de más de 50 kg, y la falta de comisarios a los largo del recorrido me hacen pensar que los organizadores deberían replantearse el futuro de la prueba.

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