GP de Singapur de Fórmula 1: El roce de Mark Webber y Lewis Hamilton es un mero incidente de carrera para la FIA. ¿Nos han escuchado?

Si la FIA ha recibido críticas a diestra y siniestra en los últimos años, ha sido por el pestilente trato de favor que se veía que recibía Lewis Hamilton por a saber qué motivos y razones. Por regla general, cada vez que el británico de forma clara y contundente infringía alguna norma del reglamento se aplicaba uno de dos procedimientos: o directamente no se hacía nada, o se le daba un tirón de orejas y se regulaba tal o cual acción a partir del siguiente GP. Curiosamente en todas esas ocasiones, el beneficiado de no ser sancionado siempre fue Lewis, y si cabe, hasta la ira de la FIA recaía de forma inexplicable sobre otro piloto por a saber qué minucia (comparativamente hablando). El pasado GP de Europa fue la gota que colmó el vaso cuando Lewis se fue de rositas tras adelantar al coche de seguridad (terminantemente prohibido por reglamento). Pues por lo visto hoy en el GP de Singapur la FIA empieza a rectificar. ¿Nos han escuchado?

Hoy Lewis Hamilton ha vuelto a ser protagonista en un espectacular y fugaz intento de adelantamiento que ha concluido con su segundo abandono consecutivo junto al de Monza. Una vez más Lewis Hamilton actuó por una parte como campeón que es, y por otra por ese descaro que le hace pensar que la pista y los que están en ella están al servicio de sus deseos. Tras el incidente y ver bajarse a Lewis del coche con muy malos modos (tirando volante, arrancando el macarrón de la bebida, etc., etc…) veíamos el aviso de que el incidente entre el coche #2 y el coche #6 estaba bajo investigación. Yo ya me temía lo peor, pero la FIA sorprendió declarando que no veía más que un incidente de carrera sin motivo de sanción.

Como vemos en la secuencia, aprovechando un doblaje, Hamilton metía el coche en una rápida a derechas siendo el tercer coche en batería en pista ese momento y a la siguiente curva cerrada a izquierdas llegaba en paralelo con Webber en el interior. Aún con eso, Lewis cierra su trazada todo lo que quiere y más intentando obligar a que Mark Webber levante el pie estando en el interior de la curva. Porque es o eso, o tener que quedarse atrás si no quería comer hormigón. ¿Era Mark Webber? ¿No sabía Lewis Hamilton que era Mark Webber? Si el británico es un piloto que no cede, qué vamos a decir del australiano.

Se supone que con Felipe Massa en Monza ya debió haber aprendido la lección de que si se arroja de todas a todas a adelantar, él lleva una gran carga de responsabilidad si le sale el tiro por la culata. Y que si bien él no cede, los demás puede que tampoco. No tienen por qué hacerlo ante un piloto que llega y actúa defendiendo su acción y trazada del momento hasta sus últimas consecuencias, que hace de su egoísmo una virtud camuflada de “pilotaje agresivo”. Sebastian Vettel ya aprendió en Turquía que una cosa es meterse en paralelo y otra muy diferente adelantar.

Lewis Hamilton suspendió en la clase de Monza impartida por Felipe Massa. Así que hoy le tocaba ir a la recuperación y el profesor ha sido ni más ni menos que Mark Webber. Ahí es nada. Un Mark Webber que sólamente ha seguido su trazada manteniendo su posición mientras que Lewis Hamilton no hacía más que arrimarse para intimidar y salirse con la suya.

Una decisión de la FIA que creo que hará ver al británico que es hora de que se fije en sus compañeros de parrilla y pensar menos en favoritismos y despachos. La guinda de este incidente es la imagen de Martin Whitmarsh que ninguneaba en el muro de McLaren con cierto resignación, que no de recriminación (hacia el rival implicado se entiende). Personalmente me ha parecido leerle en los ojos algo así ‘Luisito, ¿qué has hecho Luisito?’. ¿Aprenderá Lewis Hamilton tras esta clase? Pues parece por ahora que no. Pero eso ya quedará para otro post.

Continuará

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