Fernando Alonso estrena en Mónaco uno de los Mercedes más extremos de la historia: un CLK GTR valorado en más de 10 millones

El bicampeón del mundo ha sido visto conduciendo un Mercedes CLK GTR, un GT1 de calle del que solo existen 26 unidades

Irene Mendoza

Hubo un tiempo en el que Fernando Alonso era especialmente discreto con su colección de coches. Eso ha cambiado desde que vive en Mónaco, un escaparate permanente donde cada salida a la calle se convierte en contenido viral gracias a spotters y curiosos. La última prueba: Alonso ha sido grabado conduciendo un Mercedes-Benz CLK GTR por el Principado, uno de los Mercedes más extremos y exclusivos jamás fabricados.

Las imágenes, compartidas inicialmente por la cuenta @MotorsportMP4 en X, no tardaron en quemar las redes. No es para menos: hablamos de un coche concebido como arma de competición para el Campeonato FIA GT de finales de los 90 y posteriormente homologado para carretera en una tirada mínima de 25 unidades más una adicional propiedad de Mercedes. Lo justo para cumplir el reglamento de la época.

Un unicornio de más de 10 millones

A diferencia de otros superdeportivos, el Mercedes CLK GTR no parte de un coche de calle adaptado para correr. Es justo al revés. Con el apoyo de AMG e Illmor, Mercedes creó primero el coche de carreras y después “lo civilizó” lo justo para poder matricularlo. De ahí su aspecto radical, su habitáculo casi de competición y una arquitectura basada en un monocasco de fibra de carbono, subchasis de aluminio y aerodinámica sin concesiones.

Bajo esa carrocería baja y afilada se esconde un V12 atmosférico de 6,9 l, con una potencia que ronda los 600 CV y 775 Nm, asociado a una caja secuencial de seis velocidades. Prestaciones que hoy siguen impresionando (0 a 100 km/h en menos de 4 segundos y más de 320 km/h de punta) pero que, sobre todo, explican por qué este coche sigue siendo una rareza incluso en un lugar acostumbrado al lujo extremo como Mónaco.

En su día, el CLK GTR costaba entre 1,5 y 2 millones de euros. Hoy, su valor se ha disparado. Las pocas unidades que han pasado por subastas privadas y casas especializadas han superado con facilidad los 10 millones de euros, llegando en algunos casos a moverse entre 13 y 15 millones, según estado y especificación. Es, sin discusión, uno de los Mercedes más caros del mundo, a la altura (o incluso por encima) de iconos modernos como el AMG One.

Fernando Alonso Mercedes CLK GTR

La aparición de este CLK GTR encaja además con una tendencia clara en el garaje del piloto asturiano. En los últimos meses se le ha visto con un Aston Martin Valkyrie personalizado, pero también con clásicos de peso como el Ferrari F40 o el Testarossa, confirmando un giro cada vez más marcado hacia coches con historia, carácter y valor emocional, más allá de la novedad tecnológica y de su buen gusto, claro.

Ver a Alonso pasear un GT1 de los años 90 por la horquilla del Fairmont no es solo una anécdota para carspotters: es la confirmación de que su gusto por los coches va mucho más allá de lo obvio, incluso cuando eso implica sacar a la calle tranquilamente una pieza de museo valorada en más de diez millones de euros.

Imágenes | @monaco_cars_luxury, @MotorsportMP4

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