Si por un lado la carrera de hoy no ha sido tan emocionante como las tres primeras carreras de la temporada, particularmente la de Fernando Alonso podríamos calificarla como de muy insípida. Hacía tiempo que no veía una carrera en la que el Renault del asturiano apareciera tan poco (ni siquiera cuando entraba en boxes) y mucho más desde que Antonio Lobato no vibrara con cada una de las maniobras de Alonso.
Pero las carreras son así y ya comenzando desde la salida veíamos que las cosas no prometían. Mala salida y dos puestos perdidos. A partir de ahí tocaba remar, pero ni los tiempos ni la estrategia han ayudado. El adelantamiento a Massa ha sido un espejismo ya que durante toda la carrera sólo ha avanzado posiciones en los periodos de entradas en pits, posiciones que perdía poco después durante su entrada.
Octavo puesto que no le sirve para nada. Button es inalcanzable y el título comienza a ser una utopía y de las gordas. Como sucediera el pasado año, las victorias parciales podrán arreglar una mala temporada, pero un parche a Renault no creo que le sirva demasiado.