El estreno de Bridgestone en Albert Park: objetivo cumplido

El GP de Australia acaba de terminar hace escasos minutos como bien han dado ya cuenta mis compañeros. Pero no ha acabado para todos por igual. Es evidente que la diferenciación más clara que Bridgestone perseguía entre compuestos blandos y duros se ha hecho notar en el cóctel de la carrera. Aunque me queda la sensación de si no se les habrá ido la mano un poco. Pero el objetivo de Bridgestone está cumplido, para bien o para mal.

Por un lado hemos visto claramente el efecto del retorno de los slicks a la F1. Hemos vuelto a ver más asiduamente en vuelta de reconocimiento y con Safety Car en pista los típicos movimientos para mantener la temperatura de las gomas, más intensos si cabe que con los neumáticos estriados. Hemos visto con protagonismo de Nelson Piquet, qué sucede cuando se exige demasiado con gomas nuevas y frías. Y también hemos visto qué puede deparar cambiar a compuesto duro en el momento exacto, o poner el blando en el momento equivocado. Con el máximo exponente del final de carrera amargo que han tenido Robert Kubica y Sebastian Vettel.

Ya se temían los equipos que podían tener dolores de cabeza con la diferencia tan palpable entre ambos compuestos. El blando se ha mostrado casi como si fuera un neumático de clasificación, pero con una duración aproximada en Melbourne de unas 8-12 vueltas. Los que han optado a usarlo al comienzo han ido como misiles desde la arrancada, notando lógicamente su mayor y casi instantáneo grip ideal en curvas. Pero su corta duración, junto con el momento elegido por los equipos en su uso ha sido, o bien un acierto, o casi una sentencia.

Así ha sido en el caso de Sebastian Vettel y Robert Kubica. El polaco de BMW en su último cambio montaba el último juego de duros, habiendo ya quemado los blandos al comienzo. Vettel por su parte que llevaba hasta las últimas 12-14 vueltas una carrera notable, con la tercera plaza casi asegurada, tenía ya que montar los blandos... y se ha mostrado que ha sido en el momento equivocado. El alemán venía rodando a un ritmo muy bueno, pero el error en cálculo o estrategia le ha llevado a verse a 3 vueltas del final con los neumáticos avisando de que ya estaban en las últimas. Mientras que Kubica por el contrario venía como un avión, recortándole la ventaja en menos de una vuelta.

El momento de tensión ya hizo el resto como sabemos todos. Pero ya tienen los equipos la lección comentada y aprendida. Si el año pasado, apenas encontraban diferencia entre montar uno u otro, este año van a tener que calcular mejor las estrategias si en próximas citas la diferencia viene a ser por el estilo. Ha quedado claro que con el blando frente a duros, hay mayor posibilidad y facilidad de remontar, ganar ventaja o adelantar con diferencia. Pero ha de estar el stint en el que se decida su uso muy bien calculado.

Y aún así, mucho ojo, porque cuando empiezan a avisar del desgaste ya no hay vuelta atrás ni posibilidad de poner por pilotaje, lo que empieza a faltar en agarre. Será por la falta de costumbre de ver semejante diferencia, que tengo el regusto de si se habrán pasado diferenciando los compuestos, pero de lo que no hay duda es que entre los que han errado eligiendo su montaje, han aportado más tensión, emoción e incertidumbre a la carrera.

También te puede gustar

Portada de Motorpasión

Ver todos los comentarios en https://www.motorpasion.com

VER 0 Comentario