Mientras la F1 cada año es más predecible, el CEO tiene un nuevo plan para enganchar a los jóvenes: carreras más cortas

"El público demanda cada vez más los fines de semana al sprint". Stefano Domenicali, el CEO de la Fórmula 1, ha recuperado un mantra que llevamos casi diez años escuchando: las carreras de Fórmula 1 son demasiado largas para los jóvenes, y por eso no generan tanta atención. Diez años después, parece que los jóvenes siguen siendo los mismos, y sus gustos no han cambiado.

Mientras en podcast, YouTube, series, cine y macro eventos vemos la tendencia clara de que la larga duración triunfa, en la Fórmula 1 siguen empeñados en que sus carreras son demasiado largas, pese a que sus propias sprint le demuestran lo contrario. Todo menos ponerse a arreglar el verdadero problema de la Fórmula 1: antes de empezar ya se sabe quién va a ganar.

En la F1 ya no hay finales de Champions, solo primeras rondas de la Copa del Rey

Después de una década repitiendo el mismo mantra, parece que en la Fórmula 1 no se salen de la vereda. Domenicali, CEO de la Fórmula 1, ha dicho a su llegada a Monza que están pensando no solo en introducir más carreras sprint en el campeonato, sino en acortar la duración de las carreras de los domingos. Los jóvenes siguen siendo jóvenes para Domenicali, y siguen sin tolerarlo.

"Los entrenamientos libres son para súper especialistas. Pero el público general quiere ver a los pilotos compitiendo por un resultado", dice Domenicali. Y puede llevar razón. No obstante, el motorsport es el único deporte en el que se retransmiten los entrenamientos. Ni siquiera en el mediático fútbol se hace, básicamente porque a nadie le interesa. 

El problema es que a Domenicali le baila algo de su argumentación: en la Fórmula 1 hace lustros que no se compite. En los últimos trece años solo ha habido un mundial, el de 2021, peleado por dos equipos diferentes. En todos los demás se sabía quien iba a ser campeón en febrero, y como mucho nos hemos conformado con luchas fratricidas internas como la de McLaren en 2025.

Da igual que las carreras duren una hora y media, quince minutos o seis horas. Nadie enciende la televisión para ver un partido repetido del que ya sabe el resultado, y en eso se ha convertido la Fórmula 1 desde hace demasiados años, solo cambiando a Mercedes por Red Bull y después a Red Bull por McLaren como equipo dominador.

Una pregunta al aire para futboleros que puedan pasar por aquí. Cuando LaLiga queda decidida a cuatro jornadas del final, ¿Quién ve los tres últimos partidos? Sí, los muy forofos no se lo pierden, pero el público general no se molesta en ver algo que ya no importa. De un tiempo a esta parte, la Fórmula 1 se ha convertido en un deporte en el que pocas cosas importan.

Que una carrera sea mala, sin adelantamientos y con poco movimiento estratégico es inevitable, pero la experiencia de vivirla en directo siempre tensa y emocionante si hay algo en juego. Si cualquier cosa que pase puede cambiarlo todo, aunque después no pase nada. Como esa final de la Champions League que acaba 0-0 ¿Puede ser una final de Champions League un mal partido? Nunca

En la Fórmula 1 ya no hay finales de Champions League. Solo penúltimas jornadas de una liga sentenciada y primeras rondas de Copa del Rey en las que un gigante se enfrenta a un equipo de Tercera y los pueblerinos sueñan en las maltrechas gradas del estadio con un milagro que casi nunca ocurre. Los partidos que nadie quiere ver.

Mientras tanto, las palabras de Domenicali parecen dirigidas no a resolver ningún problema, sino a seguir engordando artificialmente el pollino, ahora fortaleciendo algo llamado carreras sprint que cinco años después es evidente que a nadie convence, pero que sirve para sacar un puñado de euros más a las televisiones y partners con la esperanza de que la patata caliente nunca explote.

Imágenes | Mercedes, F1

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