Anatomía de una pasada. Cómo Fernando Alonso adelantó a Sergio Pérez para rubricar un podio imposible, paso a paso

Cuando a 17 vueltas del final del Gran Premio de Brasil de Fórmula 1 por primera vez Sergio Pérez pudo abrir el DRS para atacar la tercera posición del podio de Fernando Alonso, nadie podía imaginar que estábamos ante el que iba a ser el duelo más memorable de la temporada. Lo esperable era que ese Red Bull, infinitamente más rápido y con más velocidad punta que el Aston Martin, hiciese añicos a Alonso.

Sin embargo, el asturiano es especialista en hacer posible lo imposible, y en Interlagos completó un nuevo milagro rescatando el podio por 53 milésimas. Más allá de lo emocional, el duelo tuvo mucha técnica. Y explica por qué a sus 42 años Fernando Alonso sigue siendo una leyenda activa del automovilismo.

El uso de la batería, clave en el duelo entre Pérez y Alonso

Toda la defensa de Alonso sobre Pérez es un clinic de cómo cerrar puertas en la Fórmula 1. Con trazadas alternativas, en ocasiones incluso despreciando descaradamente el vértice de la curva, Alonso conseguía entrar en las rectas con mucha más tracción de Pérez, y compensar en parte los 20 km/h de diferencia que había entre el Red Bull con DRS y el Aston Martin sin él.

Pero vamos a centrarnos en lo que pasó en las dos últimas vueltas, cuando Pérez y Alonso comienzan a intercambiarse posiciones. Porque hay un factor clave para entender este duelo en el que no muchos han reparado, la batería. Pérez abusó del empuje eléctrico como medida desesperada para adelantar a Alonso, esperando que el asturiano se rindiese después.

Con un Red Bull más rápido en velocidad punta y además con DRS, la diferencia entre Alonso y Pérez al llegar a la última frenada del circuito era clave. En la vuelta 56 el mexicano llegó a entrar en la curvada recta a medio segundo de Alonso, pero no le pudo atacar. Después de eso ,Pérez se quedó atrapado en un bucle.

En cada vuelta Pérez llegaba a entre 0,6 y 0,7 a la última frenada, Alonso le ganaba en tracción estirando algo más la ventaja y luego el DRS no era suficiente para enjugar la diferencia. Hasta que Pérez decidió intentarlo de otra forma: poniendo toda la energía eléctrica en una sola vuelta. Se puede ver muy bien su jugada observando las vueltas previas.

En la vuelta 68 Pérez estuvo a punto de perder el DRS con Alonso. Pasó por la línea de detección a 0,979 del asturiano. 21 milésimas más y Pérez se habría quedado sin abrir el alerón trasero, diciendo adiós a sus opciones. En la vuelta 69, ya la antepenúltima, Pérez seguía a 0,707 de Alonso. Nada hacía prever que en la siguiente vuelta le iba a adelantar

Pero así fue. En la penúltima vuelta Pérez pasó a Alonso. El mexicano recuperó un par de décimas en la zona revirada, en la que normalmente era el Aston Martin quien abría hueco, y llegó a la recta solo medio segundo por detrás de Alonso. Abriendo DRS, Pérez pasó no sin apuros, y dejándose toda la batería en el intento.

Cualquier piloto normal se hubiese rendido, pero no Alonso. Una vez más, el asturiano quiso exprimir hasta la última oportunidad de rascar ese podio. Y vaya si lo hizo. Ahora le tocaba a Alonso poner su batería al máximo, y gracias a eso pudo recuperar en la recta, con DRS, toda la inmensa ventaja que le sacaba Pérez, de casi ocho décimas.

Pérez estaba con la batería descargada, pagando los excesos de la vuelta anterior. Pero, aún así, el mexicano podía haber salvado el podio. Sin embargo cometió un error fatal propio de los pilotos que, siendo buenos, no están entre los elegidos. Protegió el interior de la 'S de Senna', donde Alonso le amagó por ir pero en realidad no tenía ninguna posibilidad.

Al proteger ese interior, Pérez salió mucho más lento a la siguiente recta, que era donde realmente le estaba esperando Alonso para marcarse un adelantamiento de época y rescatar el octavo podio de la temporada. Un error el de Pérez muy similar al que en su día le costó la victoria a Giancarlo Fisichella en Suzuka 2005.

El resto, un final de foto finish porque ahora era Alonso quien iba sin batería, y Pérez había llegado a 0,4 a la recta. Pero ya no importaba la primera curva, bastaba con llegar antes a la meta, y ahí la moneda al aire quiso que por 53 milésimas Alonso rescatase uno de los podios más bonitos de su carrera y bombease algo de emoción en el corazón de una Fórmula 1 somnolienta.

También te puede gustar

Portada de Motorpasión

Ver todos los comentarios en https://www.motorpasion.com

VER 5 Comentarios