Análisis técnico del Hungaroring

El Mundial llega al Hungaroring, un circuito de extraordinarios recuerdos para la afición española, pues aquí se vivió ya hace 5 años la primera victoria de un piloto español en la Fórmula 1, Fernando Alonso, pero de carreras tirando a aburridas, salvo que aparezcan aditivos como la lluvia de 2006 (¡vaya carrera!), o externalidades como la batalla Hamilton-Alonso por la “extra lap” en la Q3 (2007).

Mucha gente compara el Hungaroring con Mónaco, pero vaya, si le quitas a Mónaco el glamour, los guardarraíles, el encanto de circular por las estrechas calles del Principado... ¿qué nos queda? Pues exactamente eso: el Hungaroring, un circuito lento, sin curvas rápidas, donde los monoplazas compiten con configuración de carga aerodinámica máxima, y en el que adelantar es misión imposible.

En realidad, el único punto donde adelantar es posible es, como siempre, en la frenada para la curva 1, a donde se llega tras una corta recta principal de apenas 700 metros. A partir de allí, una sucesión de curvas de baja-media velocidad (5 de las 14 curvas se toman en 2ª velocidad) son la tónica de un circuito en el que no existen más frenadas importantes que la de final de recta. Por este motivo, la calificación del sábado será de una importancia capital.

En el Hungaroring se premia especialmente el apoyo mecánico, y es por ello que los coches se reglan más bien blanditos, para tener un buen coche en los tramos lentos y con una buena tracción a la salida de las curvas. Uno de los mayores problemas que se pueden encontrar aquí los pilotos viene originado por las tradicionales altas temperaturas en esta época del año, que hacen sufrir de lo lindo a las blandas gomas que Bridgestone lleva al Hungaroring.

El circuito húngaro tiene por lo general muy poco grip, y está bastante sucio, cosa que además de ser la causa por la que Bridgestone llevará a Hungría sus gomas blandas y superblandas, hace que sólo exista una línea posible de trazada. Salir de la zona donde está depositada la goma no es demasiado recomendable, y por este mismo motivo, clasificar en las posiciones impares de la parrilla es más importante que de costumbre para salir por el lado “limpio”.

Aunque en este circuito el motor sólo funcione a pleno régimen un 56% de la vuelta, hay que ir con mucho cuidado con el sistema de refrigeración, pues el calor que acostumbra a hacer en Hungría suele castigar en este sentido las mecánicas. La estrategia habitual en este circuito es de 2 paradas, y si algún valiente se atreve a ir a 1, tendrá que cuidar con mucho mimo su largo stint con las superblandas, sobre todo si hace calor.

También te puede gustar

Portada de Motorpasión

Ver todos los comentarios en https://www.motorpasion.com

VER 0 Comentario