Cinco mujeres que escandalizaron a la sociedad inscribiéndose en una carrera de Fórmula 1

Sueña alto y llegarás alto. Hace un siglo a una mujer de nombre Maria Teresa de Filippis sus hermanos le dijeron que no conseguiría rodar rápido con un coche. Tras ganar sus primeras carreras y después campeonatos, se permitió a sí misma soñar con llegar a la Fórmula 1. Ninguna mujer antes lo había hecho pero eso no la frenó.

En aquel momento las carreras estaban reservadas a los varones y además, de un alto nivel adquisitivo. Que una mujer pudiese siquiera pensar en participar en una prueba de este estilo escandalizaba a las altas esferas de la época. ¿Cómo osaba atreverse?

No solo se atrevió a inscribirse en el mundial de 1958, sino que además lo hizo con el Maserati 250F con el que Juan Manuel Fangio había ganado un año antes el Campeonato. Con experiencia previa en las carreras esta piloto italiana llegó a clasificar en la décima posición en el Gran Premio de Francia donde Dirección de Carrera le prohibió tomar la salida a la carrera porque “el único casco que una mujer debe usar es el de la peluquería”.

Pero eso no la detuvo ni ella ni a las cuatro mujeres más que se inscribieron a una carrera de Fórmula 1 en los siguientes años. A de Filippis le siguieron Lella Lombardi, Divina Galica, Desiré Wilson y Giovanna Amati. La primera de las anteriores con más éxito que el resto, pero todas ellas desafiaron las normas en busca de cumplir su sueño.

Maria Teresa de Filippis

Fue la primera y quizá a día de hoy la más conocida. En su debut, en el Gran Premio de Mónaco le dieron la oportunidad de disputar su primera carrera mundialista. Había adquirido el Maserati 250F con el que Juan Manuel Fangio se había hecho con el mundial un año antes.

En aquel momento el gran número de coches que se inscribían para las carreras obligaba a imponer un tiempo de corte que dejaba fuera de la carrera a aquellos que no conseguían superarlo. Maria Teresa se quedó fuera en aquella ocasión pero no fue la única, un jovencísimo Bernie Ecclestone tampoco lo consiguió.

Participó en seis pruebas, incluyendo el fallido intento en Francia. Su mejor resultado fue un décimo puesto en Bélgica, en su segunda carrera. En 2010 en una entrevista al periódico deportivo Marca, aseguró no haber sufrido nunca el machismo por parte de sus compañeros.

"Era un deporte muy masculino, pero todo lo contrario, me daban consejos, me ayudaban y era una más. También para dejarme el tobillo haciendo el punta tacón con los pedales o moviendo el gran volante que era duro como el hierro" Maria Teresa de Filippis a Marca.

En una entrevista en la que también manifestaba no entender los problemas que las mujeres tenían en ese momento para acceder a la máxima categoría. Les acusaba de "falta de corazón".

"No llego a entender por qué las mujeres no llegan ahora a la F1. Los coches son mucho más fáciles de conducir que en mi época. Tienen todo tipo de apoyo, quizá es miedo o falta de velocidad. Yo creo que les falta corazón".

Lella Lombardi

La primera y última mujer que ha conseguido hasta el día de hoy puntuar en una carrera de Fórmula 1. Lo hizo en el último Gran Premio de España en Montjuïc donde fue sexta cuando pararon la carrera tras el accidente mortal de Rolf Stonmelen. Consiguió solo medio punto pero fue suficiente para marcar un hito en la historia del automovilismo.

Esta italiana de Milán tuvo su primera toma de contacto con los coches como repartidora de la tienda familiar, una carnicería. Según ella misma confesó su afición a la velocidad surgió cuando una mujer la transladó al hospital a toda prisa tras una accidente practicando deporte.

Sus primeros pasos en competición los dio en el karting. Tras ir sumando victorias en las distintas categorías italianas dio el salto a la Fórmula 1 en 1974 a manos de un Brabham BT 42 – Ford Cosworth. Consiguió disputar un total de trece carreras.

Divina Galica

En el Gran Premio de Gran Bretaña de 1976, coincidiendo la última carrera de Lella Lombardi en Fórmula 1, la atleta olímpica Divina Galica comenzó su aventura en la máxima categoría. Tras haber destacado en el sky profesional le invitaron a participar en una carrera de famosos en la que dejó sorprendida a todos con sus habilidades al volante. El automovilismo se convirtió en su nuevo reto y fue escalando desde el karting a la Fórmula 2 antes de intentar dar el salto definitivo.

Intentó clasificarse en aquella y tres ocasiones más para un Gran Premio pero nunca lo consiguió. Eso sí, pudo luchar contra los mejores en la Carrera de Campeones en Brands Hatch y International Trophy de Silverstone.

Continuó su carrera deportiva compitiendo en prototipos y camiones, una modalidad por la que hemos visto pasar a varias mujeres en los últimos años.

Desiré Wilson

Podríamos decir que es la única mujer que ha ganado en una carrera con Fórmula 1, aunque no puntuable. Por aquella época había varias carreras fuera del calendario oficial como era el Campeonato Aurora de F1 que se celebraba en Brands Hatch en el que se competía con coches artesanales o de temporadas anteriores. Desiré Wilson consiguió ganar esta prueba.

Aunque lo intento, la sudafricana no consiguió clasificarse para ninguna carrera del campeonato. En la única que lo consiguió, en el Gran Premio de Sudáfrica de 1981 con un Tyrrell pero una pelea entre FIA y FOCA provocó que la prueba no fuese puntuable.

Tras su periplo en monoplaza en Europa, dio el salto a la resistencia y a la Indycar. Primero en las 24 Horas de Le Mans, donde compartió Grid Plaza S1-Ford Cosworth con el español Emilio de Villota, y después en Daytona y Sebring.

Giovanna Amati

Esta italiana intentó clasificarse para los tres primeros Grandes Premios de la temporada 1992 con un Brabham-Judd. Su historia personal es bastante agitada. Proveniente de una familia rica, de pequeña fue secuestrada y liberada tras pagar un alto rescate.

Se formó como piloto en una escuela de automovilismo junto a su amigo y también piloto de Fórmula 1, Elio de Angelis. Comenzó en la Formula Abarth. En Fórmula 3 consiguió varias victorias antes de dar el salto a la Fórmula 3000 donde no obtuvo grandes éxitos.

Firmó con un Brabham en crisis en 1992. En el Gran Premio de Sudáfrica, su primera carrera del mundial, cometió varios errores que dejaron en evidencia su falta de experiencia a los mandos de un Fórmula 1. No se clasificó para aquella prueba ni para ninguna de las dos más en las que lo intentó. Su coche pasó a manos de un novato Damon Hill que consiguió clasificarlo para dos carreras de las ocho en la que lo intentó.

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