Más atrocidades de ingeniería genética con clásicos: Jerrari Wagoneer

Entre el Jeep Willis de la Segunda Guerra Mundial y el Jeep Cherokee hubo un modelo llamado Jeep Wagoneer, uno de los primeros SUV del Mundo. Un ejemplar de 1969 fue mezclado con otro de su quinta, un italiano, un Ferrari 365 GT. El que encargó semejante aborto automovilístico fue Bill Harrah, un hombre de negocios con el gusto en el ojet tubo de escape.

El motor original V12 del Ferrari fue reemplazado por un motor americano Chevrolet V8 5.7, de esos que tiran la gasolina cruda, ¡¡¡intolerable!!! Si ya merecía la hoguera por ser una aberración, por lo del motor ya tiene agravantes de ensañamiento. El Ferrari venía de un siniestro, ¡pero eso da igual!

Harrah quería un Ferrari SUV, es decir, capaz de subirse a bordillos para llevar a los niños al colegio y tracción total. Enzo Ferrari le mandó a tomar por donde la rabadilla pierde su noble nombre, y en respuesta, Harrah hizo lo que hizo. Además, profanó el emblema del Cavallino. Me seco las lágrimas y sigo…

A quien le guste, a quien pujó por él y quien se lo quedó en la subasta merecían ir a la misma pira purificadora. El señor Harrah no tuvo suficiente con “eso”, lo repitió con otro Jeep Wagoneer de 1977, pero sólo tiene de Ferrari el motor, un 4.4 V12 de 365 CV. Por fuera permaneció tan feo como cuando salió de fábrica.

Se puede tener más o menos dinero, pero mal gusto es independiente del presupuesto.

Un saludo para Thor
Vía | Carscoop, Wikipedia, Trombinoscar

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