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IA y automoción, ¿se destruirán tantos empleos como dicen? Esto es lo que se espera en el sector

El debate sobre la supuesta destrucción de empleo debido a las nuevas tecnologías no es nuevo. Ya lo vivimos en el siglo XIX con el Ludismo, el movimiento social en contra de las máquinas que surgió al albor de la Revolución Industrial.

Y lo hemos estado reviviendo en las últimas décadas con la explosión de tecnologías de automatización y digitalización de determinadas tareas profesionales. El impacto positivo o negativo de la Inteligencia Artificial es el último capítulo de este debate “neoludista”.

Las últimas demostraciones de plataformas como ChatGTP o Midjourney han conseguido crear incertidumbre hasta en las profesiones más creativas y “humanas”. Y en sectores tan estratégicos y masivos como el de la automoción, la implantación de sistemas de IA puede poner en jaque miles de empleos en todo el mundo. Pero, ¿realmente tenemos motivos para temer un apocalipsis laboral?

Transformación de puestos y nuevas oportunidades de empleo

Lo cierto es que instituciones como la Comisión Europea, la OCDE o el Foro Económico Mundial afirman en diferentes documentos (aquí, aquí o aquí) que la adopción de sistemas de IA, si bien puede reemplazar o desplazar ciertos trabajos, también supondrá nuevas oportunidades de empleo cualificado. La Inteligencia Artificial puede resultar clave en el surgimiento de nuevos sectores emergentes, pero también en otros tradicionales como agricultura, energía o sanidad, que pueden conocer una nueva expansión.

Otro de los sectores tradicionales que puede conocer una nueva revolución es el del transporte, y por consiguiente, el de la automoción. Los robots industriales, habituales en la automatización de tareas repetitivas y pesadas, está suponiendo ya un trasvase de empleo a áreas como logística, comercialización y soporte técnico. Y con la implantación de la Inteligencia Artificial, surgirán oportunidades para ingenieros de software, científicos de datos, diseñadores de interfaces o especialistas en ciberseguridad, ética IA o interacción human-machine.

Exposición media de las distintas ocupaciones a la Inteligencia Artificial. La exposición no conlleva necesariamente efectos negativos, sino mayores posibilidades de transformación y crecimiento. Fuente: OCDE.

A la postre, el balance neto de empleo podría ser incluso positivo. La adopción de Inteligencia Artificial en la automoción podría significar la fabricación de vehículos más seguros, económicos y de mayor calidad. Y ello supondría una mayor demanda de unidades y, por tanto, un aumento en la producción y el empleo. El Instituto McKinsey estima que, a nivel mundial, la IA puede aumentar la demanda de trabajo en el sector en un 20% para el año 2030.

Más eficiencia y productividad en la fabricación de coches

Sin duda, la adopción de la Inteligencia Artificial por la industria va a suponer un gran salto en su eficiencia de sus procesos productivos. En las fábricas, los sistemas de IA permiten analizar los datos recopilados tanto a pie de planta como en el mercado, y de esta forma identificar patrones con los que tomar mejores decisiones: aumentar o reducir la producción, predecir averías en la maquinaria, adoptar diferentes configuraciones, etc.

El elemento más característico de una fábrica es el robot industrial, que como ya vimos en este artículo, se está volviendo cada vez más inteligente. Por ejemplo, Toyota está trabajando con Symbio Robotics implementando algoritmos de IA a robots de sus fábricas, que les permiten aprender mientras trabajan y así ser más eficientes en la producción, pero también más flexibles ante los cambios en el mercado.

El software de Symbio también supone, afirman desde la compañía, más seguridad para los trabajadores al reducir los riesgos en la línea de montaje.

La Inteligencia Artificial puede usarse antes incluso de que empiece a fabricarse el vehículo, en fases de conceptualización y diseño. Los llamados “Gemelos Digitales” (representaciones virtuales de un activo físico) permiten simular diferentes escenarios y probar distintas configuraciones de un vehículo así como su posible comportamiento. El Toyota Research Institute lo lleva aplicando desde 2017 en la investigación de nuevos materiales para baterías y pilas de combustible, acelerando el proceso y reduciendo los costes.

Implantación de Inteligencia Artificial a todos los niveles

El impacto de la Inteligencia Artificial en la industria de la automoción irá más allá de la propia fabricación del vehículo, siendo fundamental su implantación en áreas como la logística o el inventariado. Toyota está actualmente colaborando con Microsoft para su concepto de “Almacén del Futuro”, con vehículos de distribución y paletizado controlados por IA. Este “AI Team Logistics” aprende itinerarios sobre la base de un “gemelo digital” del almacén en cuestión, y cuentan con sensores y capacidad de Machine Learning para actuar ante posibles contratiempos (obstáculos, accidentes, averías, etc.)

La Inteligencia Artificial también se aplicará a nivel comercial, en tareas como la atención al cliente. Los clásicos chatbots y contestadores automáticos se reencarnarán en asistentes virtuales con los que podremos tener una conversación casi-humana.

Toyota Financial Services España ya está trabajando con IPSoft en Amelia, una plataforma de IA conversacional que ofrecerá un servicio 24/7 y una integración omnicanal (llamadas, emails, chats en web…). Con capacidad de Machine Learning y acceso a las bases de datos de los clientes, Amelia podría ofrecer respuestas personalizadas y actualizadas en tiempo real.

En general, los sistemas de IA permiten acelerar el análisis del Big Data de la empresa, esto es, la ingente cantidad de datos recopilados  sobre ventas, hábitos de conducción, accidentes, consumo de combustible…

Y con ello poder extraer información valiosa para la toma de decisiones en cualquier área. Toyota lo aplica de una forma similar con su sistema Machine Assisted Cognition, descrito por la compañía como un “sistema de amplificación humana” que permite predecir y simular decisiones operativas en áreas de gerencia, investigación, producción, etc.

El coche autónomo para los profesionales del transporte

La Inteligencia Artificial va a cambiar también la relación de los conductores con sus vehículos. Optimización energética en tiempo real, mantenimiento predictivo, gestión inteligente de rutas o seguridad activa basada en las emociones del conductor, son solo algunos ejemplos. Y por supuesto, la conducción autónoma.

Porque la IA está cada vez más presente en sistemas de seguridad como Toyota Safety Sense/Toyota Assist, el más reciente Toyota Advanced Drive con nivel de autonomía de nivel 2, o el futuro asistente inteligente Yui que alcanzaría un nivel 4. Pero el objetivo final es el nivel 5, poder ceder todo el control del vehículo a la IA, y acabar así con los errores humanos al volante. Algo muy positivo pero que pondría en entredicho miles de puestos de trabajo de transportistas, repartidores y taxistas.

Toyota tiene una visión más “realista” de la conducción autónoma, más parecida a la de un avión o un ferrocarril, donde siempre habrá necesidad de contar con supervisores humanos (presencialmente o en remoto). Pero en todo caso ello requerirá la adaptación de estos profesionales del transporte a roles nuevos o complementarios.

En general, y en eso vuelven a coincidir todos los expertos, la formación y la capacitación en nuevas tecnologías serán imprescindibles para seguir presentes en el nuevo mercado laboral de la Inteligencia Artificial.

Imágenes | Toyota, OECD.

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