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Claves de la conducción eficiente en un híbrido eléctrico

¿Por qué conducir de forma eficiente? La conducción eficiente posee sus ventajas y van más allá del ahorro de combustible. Unos beneficios que se optimizan si, además, conducimos un híbrido eléctrico.

La eficiencia lleva décadas arraigada en el seno de la industria. Se trata de un valor que ha permitido exprimir la sostenibilidad de las motorizaciones tradicionales a través de los diferentes elementos de un vehículo. Sin esa aspiración, jamás se habrían alcanzado los logros de movilidad eléctrica que todos conocemos, como los híbridos eléctricos de Toyota, que ya llevan décadas entre nosotros.

Un punto positivo a favor de la eficiencia es que no depende solo de la tecnología de los vehículos, sino también del buen hacer al volante de los conductores. ¿Qué podemos hacer para conducir de forma más eficiente?

¿En qué consiste la conducción eficiente?

La propia DGT lleva tiempo tratando de integrar la eficiencia dentro del código de valores del buen conductor. Así define el concepto:

La “conducción eficiente” es un nuevo modo de conducir el vehículo que tiene como objetivo lograr un bajo consumo de carburante a la vez que reducir la contaminación ambiental. A su vez, se obtiene un mayor confort en la conducción y una disminución en los riesgos en la carretera.

Para ello, el ente público de tráfico apela a normas sencillas de adoptar por los conductores. Consisten en una serie de claves y recomendaciones sobre los hábitos al volante.

¿Qué ventajas aporta una conducción eficiente?

En la definición de eficiencia, la DGT ya introduce las cuatro ventajas asociadas a una conducción eficiente: ahorro, reducción de emisiones, mayor confort y más seguridad.

La conducción eficiente resulta beneficiosa tanto a un nivel individual, como colectivo. De ahí que las Administraciones hayan tomado cartas en el asunto, desarrollando diferentes sistemas de etiquetados para categorizar de forma directa o indirecta la eficiencia de los vehículos.

En lo que depende de nosotros, como conductores, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) ha analizado de forma pormenorizada el asunto, determinando siete ventajas específicas de conducir con eficiencia:

  • Un ahorro de un 15 % de media en carburante, incluso sin necesidad de reducir la velocidad.
  • La misma disminución del 15 % de emisiones.
  • Reducción de la contaminación acústica.
  • Mejora de la seguridad.
  • Aumento de la comodidad (estos dos conceptos van, en el fondo, unidos).
  • Reducción del estrés.
  • Menores costes de mantenimiento.

Conduzco un híbrido eléctrico, ¿cómo apurar al máximo la eficiencia?

El hecho de conducir un modelo híbrido eléctrico eleva la eficiencia de base en la conducción. Sin embargo, no lo es todo. Tomemos como referencia la cifra de consumo de 3,9 litros/100 kilómetros que homologa el Toyota Yaris Electric Hybrid.

El modelo alcanza cotas únicas de consumo para su segmento. Pese a ello, nos quedaremos lejos de esa cifra si practicamos una conducción ineficiente, con acelerones innecesarios o no aprovechando la frenada regenerativa. Para evitarlo, lo mejor es adoptar una serie de hábitos de eficiencia.

Elección del modo de conducción

Los modelos híbridos actuales cuentan con una serie de configuraciones predeterminadas o modos de conducción que adaptan las posibilidades de sus propulsores. Así ocurre con los híbridos eléctricos de Toyota, que presentan cuatro variantes:

  • Normal
  • EV
  • ECO
  • Sport

Si lo que nos importa es la eficiencia en ciudad, querremos seleccionar el modo EV (que "obliga" a circular con el motor eléctrico) o el ECO (que prioriza el uso de ese mismo motor eléctrico). Además de esto, Toyota integra en cada uno de sus híbridos el sistema Full-Hybrid. Este controla de forma automática y en cada modo de conducción la combinación de motores idónea.

Es en viajes urbanos, donde más aprovecharemos esta clase de recursos. En este tipo de vías, se producen más paradas por semáforos, intersecciones, cruces, etc. La mayor eficiencia del motor eléctrico en la arrancada contribuye a que ahorremos energía y combustible en cada una de ellas.

Arranca con mesura

Como vemos, el arranque es uno de los momentos en que más energía se demanda de la motorización. Por eso, un inicio de marcha suave y sin revolucionar de más el sistema híbrido es fundamental para impedir un derroche nada necesario.

De este modo, preservaremos más energía eléctrica en la batería de nuestro híbrido, retrasando la entrada del motor térmico.

Planificación de los trayectos

Aparte de las ayudas tecnológicas, conviene tener presente qué tipo de trayecto vamos a afrontar. De esta manera, podremos adaptar nuestra conducción e itinerario al mismo. Si transitamos en vía urbana o por la periferia de una ciudad, podremos atinar con la selección de los modos de conducción mencionados.

Sin embargo, los viajes más largos requieren otra predisposición. Es relevante elegir una ruta que se adapte mejor a las características de nuestro híbrido para aprovechar aquellos tramos que posibiliten una mayor regeneración.

Conoce el sistema híbrido

En los híbridos eléctricos de Toyota tenemos un sencillo indicador que representa la energía desplegada a través del acelerador. En función de su flujo, muestra tres estados: Charge, ECO y Power.

Resulta interesante, por ejemplo, conocer que, mientras el indicador no sobrepase la mitad del "ECO", el motor de combustión permanece apagado. Esto es útil para incrementar la eficiencia en ciudad, pues apretar de forma suave y constante el pedal del acelerador nos permitirá circular en modo vela en eléctrico.

Subidas y bajadas

Las pendientes son un escenario ideal para probar nuestra pericia por la eficiencia. Si la carretera requiere del vehículo un esfuerzo considerable, es recomendable acelerar de forma intensa, pero breve. En este caso, es mejor alcanzar la zona Power del indicador que mantenernos en ECO mucho tiempo.

Si estamos frente a una bajada pronunciada, como la de un puerto de montaña, repararemos en la palanca de selección de marchas. Si elegimos el punto B, activaremos el freno motor para no abusar de los frenos.

Anticipación

Ahora bien, esto último no quiere decir que huyamos del uso del freno. En un híbrido enchufable de Toyota, la frenada va vinculada a un sistema de regeneración que devuelve la energía eléctrica a la batería.

¿Cómo aprovechar entonces esa frenada regenerativa? Con un concepto válido para todo tipo de vehículos y situaciones: la anticipación.

Este es uno de los puntos más estrechos entre seguridad y eficiencia. Anticiparnos requiere una concentración y atención específicas. Al anticipar una situación en la que tendremos que detener el vehículo, podremos gestionar de forma constante y suave la pisada sobre el freno, fijándonos si es posible en el indicador de flujo de energía.

Este es el modo en que sacaremos más partido a la tecnología de frenada regenerativa y, además, desgastaremos menos las pastillas de freno.

La velocidad idónea

Como se puede comprobar, la eficiencia tiene mucho que ver con el conocimiento del vehículo y el control sobre los pedales para desplegar la energía precisa según la situación en carretera.

Igualmente, resulta útil saber que, si circulamos por encima de ciertas velocidades, como por ejemplo de 100 km/h, más dependencia tendremos del motor de combustión y, por tanto, más descenderá la eficiencia. Aparte de ser un factor crucial para la seguridad, lo ideal es adaptar la velocidad de forma constante.

Cuida la masa y la aerodinámica

¿Podemos hacer algo nosotros para favorecer el peso y la aerodinámica de un vehículo? Puede que pensemos que no, que se trata de factores genuinos del vehículo e invariables de fábrica.

Sin embargo, en cuestión de eficiencia, hay que tener en cuenta que todo equipaje, bulto o peso no necesario va a lastrarnos. Y es que, utilizar un maletero de "trastero" no es nada aconsejable.

Lo mismo ocurre si viajamos con las ventanillas bajadas a alta velocidad. A velocidades inferiores a 70-80 km/h, bajar las ventanillas ayudará a que el aire del interior del coche se renueve más rápidamente con el consiguiente descenso de la temperatura y sin penalizar consumo. En cambio, por encima de esa velocidad, la entrada de aire exterior genera turbulencias, molestos ruidos y una reducción en la eficiencia de la aerodinámica, por lo que el climatizador pasará a ser la mejor opción.

Estados y presión de los neumáticos

Otro episodio fundamental que afecta al consumo tiene que ver con los cuatro puntos de contacto que tenemos con el firme. Una presión incorrecta o unos neumáticos en mal estado afectan a la eficiencia y, desde luego, también influyen negativamente frente a la seguridad. Por eso, conviene ajustar la presión y comprobar el estado de los neumáticos de forma periódica.

Como vemos, la eficiencia constituye una facultad nada caprichosa, sino más bien necesaria. Forma parte de las habilidades que todo el que se considera buen conductor ha de poseer.

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