Renault Spider, puro placer de conducir

Con el paso de los años y los avances constantes en la industria del automóvil es difícil transmitir la emoción que produjo en su día la aparición de coches como el que os presento hoy: el Renault Spider, un vehículo atípico en la gama Renault, sin ningún tipo de concesiones al confort, creado para vivir la emoción de conducir.

Muchos modelos actuales superan sin esfuerzo las prestaciones de este singular Renault, sin embargo hay que situar en su contexto temporal al Renault Spider para comprender la sorpresa que produjo este auténtico pura sangre de la década de los 90.

Los motores Renault regresaron a la Fórmula 1 en 1989 con el equipo Williams, tras la prohibición de los motores turbo. Williams-Renault cosechó grandes éxitos entonces en el mundial de constructores (2º en 1989, 4º en 1990, 2º en 1991), y se coronó campeón mundial en 1992 con Mansell y Patrese (primer y segundo puesto del campeonato de pilotos). Eran buenos momentos para Renault y había que aprovechar el tirón desarrollando una gama de vehículos deportivos.

El prototipo que pasó a producción

Renault presentó en Salón del Automóvil de París de 1990 el Laguna, un modelo sin techo ni ventanas, con líneas de diseño minimalista y puertas de ala de gaviota que nada ha tenido que ver con el sedán que ha llevado ese nombre después.

De este diseño nació la idea del Spider. ¿Por qué quedarse en un prototipo si podía tener éxito? En 1993 el fabricante francés decidió dar el salto a la producción del Renault Spider, con clara inspiración en el modelo de 1990.

La araña ligera, ágil y potente

Tras varios estudios, Renault pensó en desarrollar un modelo deportivo de alto rendimiento, destinado a las carreras en pista. El primer prototipo derivaba directamente del Laguna Roadster expuesto en París.

Sin embargo, la calidad del prototipo fue tal que la dirección de Renault decidió seguir la idea y trasladar el diseño a producción, con la colaboración de Nogaro Technologies, especialista en el diseño de vehículos de competición.

Presentado bajo la etiqueta de Renault Sport, el nuevo modelo continuaba con la tradición de un diseño sin concesiones al confort, en la línea emprendida con Alpine. Con un cuerpo musculoso y líneas finas, el prototipo expresaba elegancia y poder.

Las prestaciones fueron tan impresionantes como su aspecto, gracias al poderoso motor trasero montado transversalmente y un chasis ligero construido en aluminio, que dejaba el peso del conjunto en la nada desdeñable cifra de 930 kg.

En el más puro estilo de los denominados bólidos de carreras, el Renault Spider era un automóvil de diseño minimalista. Los asientos especiales y la barra antivuelco traían a la mente de forma inmediata las carreras de coches.

El Renault Spider no contaba con dirección asistida, ABS, ni calefacción. La pequeña y nerviosa araña estaba concebida para ofrecer emociones fuertes en aceleración y frenado, sintiendo el coche como parte de uno mismo. Como he leído por ahí, una Oda al placer de conducir en carretera abierta.

Un gran éxito con uso obligatorio de casco

La puesta en escena oficial del Renault Spider fue el Salón del Automóvil de Ginebra de 1995. Continuando con la larga y fructífera cooperación que había producido vehículos como el A110, Renault encargó a la planta de Alpine en Dieppe la construcción del coche.

El Spider recibió una gran y entusiasta bienvenida del público y la crítica. Fue un coche que trajo el espíritu del automovilismo deportivo a las carreteras francesas. Los conductores y copilotos fueron obligados a llevar casco ya que no contaba con parabrisas. Un año más tarde el parabrisas se incorporó a una variante del Spider de primera generación.

Del Renault Spider se construyeron un total de 1.726 unidades, de las cuales 80 fueron destinados al Spider Trophy (datos oficiales del fabricante), una versión internacional especialmente adaptada para esa competición. El Spider se dejó de fabricar en 1999.

Dejo para el final los datos técnicos del Spider. Motor de cuatro cilindros y 1.998 cm3, que desarrollaba una potencia de 150 CV. Las dimensiones son: Longitud 3.795 mm, ancho 1.830 mm y altura 1.250 mm. La versión para el Spider Trophy tenía un motor con 180 CV.

Aquí tenéis un par de vídeos que he encontrado en YouTube, para que degustéis sin prisa este manjar rodante, cuya estética aún puede considerarse actual. No así su potencia, que siendo importante para la época, ahora queda superada.

Promocional: prueba en carretera

Aficionado con detalle del sonido del motor

Si queréis ver más fotografías, aquí tenéis también un artículo que publicamos en Motorpasión hace mucho tiempo, con motivo de la venta en eBay de un Renault Spider de segunda generación, la versión con parabrisas.

Vídeo | Youtube (1 y 2)

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