Coches para el recuerdo: Apollo GT, artesanía italiana y fuerza americana

Desconocido para muchos, el Apollo GT es uno de los mejores ejemplos de casamiento, automovilísticamente hablando. Aunaba el estilo y el saber hacer de la artesanía italiana y la fuerza y el poderío de los motores de procedencia americana.

Este robaclientes de Ferrari se produjo entre 1963 y 1965, siendo fabricado a mano en Italia (carrocería, interior...) y ensamblado en Oakland, California.

La idea del Apollo GT surgió entre veinteañeros americanos que veían con malos ojos los deportivos extranjeros, tan bonitos, pero tan poco fiables. Milt Brown, Ron Plescia y Ned Davis decidieron crear un Gran Turismo que reuniera el estilo europeo de Ferrari o Maseratti con la amplitud, la fiabilidad y el músculo de un Buick. ¿El resultado? El Apollo GT.

Milt Brown, que había trabajado en el mundo de la competición, en Inglaterra, no tuvo problema en diseñar un chasis al que añadiría la suspensión del exitoso Buick Special. Además, añadió también el ligero bloque V8 de aluminio de éste, puesto a punto para desarrollar algo más de 225 CV junto a una transmisión Borg Warner T-10 de cuatro velocidades.

Mientras tanto, otro de sus creadores, Ron Plescia, se encargó de trasladar al diseño toda la influencia del estilo de los deportivos italianos, aunque también se inspiró en un principio en el revolucionario Jaguar E-Type. Finalmente, Carrozzeria Intermeccanica, una pequeña empresa de Turín, en Italia, fue la encargada de construir las carrocerías de metal que el afamado diseñador Franco Scaglione se encargaría de preparar para producción (más tarde también crearía la versión Spyder, descapotable, uno de sus mejores diseños).

Antes de ponerse realmente serios, los creadores del Apollo GT debían averiguar si el deportivo en el que trabajaban gustaría o no al público. Para ello, llevaron el primer Apollo 3500 GT Coupé de producción al concesionario Phill Hall Buick, en Hollywood (1962).

La acogida del público fue tan espectacular que los tres jóvenes vieron claro que debían dedicarse a la producción de su GT. Incluso el dueño del concesionario, Phil Hall, realizó un pedido de 25 unidades que coparía todo el primer año de producción.

La limitada producción del Apollo GT era de unos dos vehículos al mes, a un precio de la época que rondaba los 6.000 dólares americanos, justo entre Jaguar y Ferrari, un nicho de mercado en el que nuestro protagonista no tenía ningún competidor.

La reacción de la prensa también fue buena, con frases como ésta de Hot Rod: "Los paneles de la carrocería encajan bien, las puertas cierran con autoridad y los interiores son comparables a coches que cuestan el doble que el Apollo". Algunas publicaciones llegaron incluso a comparar su comportamiento con el de modelos 2+2 de Ferrari, el Aston Martin DB4 o el Corvette Sting Ray.

En un esfuerzo para mejorar las prestaciones, los coches más tardios (de la unidad doce en adelante), recibieron un nuevo motor, también V8 de origen Buick, pero del que se llegaban a obtener más de 250 CV. Junto al nuevo motor, también se añadieron frenos de disco delanteros.

El éxito del coche trajo consigo un aumento importante en el número de pedidos, algo que sin duda alegraba a sus creadores. De cualquier manera, y al aumentar los pedidos de carrocerías a Italia, llegó un momento en el que se vieron desbordados y no podían afrontar los gastos de almacenamiento de componentes y de la propia producción.

Cuando se dieron cuenta de que con los 6.000 dólares que cobraban por el modelo no podían mantener la infraestructura para su producción, aumentaron el precio hasta los 9.000 dólares, aunque ya era tarde para remontar los cientos de miles de dólares que habrían hecho falta para sacar a la compañía de los números rojos.

Según dijo el propio Brown, "Cuando fabricábamos dos coches al mes obteníamos beneficios. Aumentamos a cuatro y luego a ocho. Ese fue nuestro terrible error. Empezamos a pedir más coches de los que podiamos ensamblar. De repente, teníamos 15 carrocerias en la fábrica y no teníamos dinero para ensamblar los vehículos. Nos fuimos a pique con un coche que en todos los sentidos era un éxito."

A pesar de los intentos de obtener una nueva financiación, la compañía entró en bancarrota en 1965. Después hubo intentos de revivirla, e incluso funcionó durante un año bajo el mando de su nuevo dueño, un abogado de Los Ángeles. Aunque llegaron a producirse 14 vehículos más, casi todos descapotables, la empresa se volvió a ver forzada a echar el cierre de forma definitiva.

En total, 88 Apollos fueron construidos durante los dos años de producción, de los cuales 76 eran Coupé, 11 eran Spyder y un último era 2+2. A día de hoy hay localizadas unas 50 unidades, que son ahora muy codiciados por coleccionistas.

Fuente | "How Stuff Works":http://auto.howstuffworks.com/1962-1965-apollo-gt.htm Fotografías | "My Car Quest":http://mycarquest.blogspot.com/2011/08/apollo-gt-italian-craftsmanship-powered.html y "Rex Gray":http://www.flickr.com/photos/rexgray/ En Motorpasión | "Coches para el recuerdo: Mazda 787B":https://www.motorpasion.com/otras-competiciones/coches-para-el-recuerdo-mazda-787b

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