Prueba: Chevrolet Lacetti 2.0 TCDi (parte 1)

Cuando Chevrolet llegó a Europa comercializando los ex-Daewoo, ofreció una gama muy interesante en relación coche/precio, pero que fallaba en algo importante: sólo ofrecía motores de gasolina. Tras la llegada del Captiva y el Epica, el Lacetti y el Nubira se benefician de una versión capada del 2.0 VCDi de 150 CV de último desarrollo, denominada 2.0 TCDi, de 121 CV de potencia máxima, para poder competir con otros diesel, algo fundamental en la vieja Europa.

Lo cierto es que este motor le sienta bien al Lacetti, y comparado con sus rivales, ofrece muchas sorpresas.

Exterior

La silueta del Lacetti es más o menos conocida en España, pues Daewoo lo lanzó al mercado hace 4 años, y cuando se convirtió en Chevrolet sufrió un modesto “restyling” para actualizar su imagen a la nueva marca. Su diseño está firmado por Giugiaro, autor de carrocerías muy populares y exclusivas en Europa.

Lo primero en lo que nos podemos fijar es que, a diferencia de su pariente Captiva, no hay anagrama alguno que lo discrimine como un diesel, exteriormente no se le puede distinguir de una versión gasolina, y el tubo de escape no es visible. Una de las bondades del Lacetti es la gran variedad de colores de carrocería disponibles, a diferencia de algunos competidores.

La unidad fotografiada es tope de gama, acabado CDX. El diesel se comercializa también con el acabado inferior SX, que sería fácilmente identificable por el uso de embellecedores de llanta de acero en vez de las llantas de aleación, que son de serie en el acabado CDX. También se puede identificar al modelo básico por la ausencia del alerón colocado en la parte trasera.

Los faros antiniebla son equipamiento estándar en todas las versiones salvo la más sencilla, el 1.4 16v SE. Hay otros elementos más que comentar, como el tintado de lunas, los retrovisores calefactados, los tiradores de las puertas en color carrocería, etc. A quien crea que el Lacetti es poco agresivo, debería echar un vistazo al catálogo de accesorios, donde se oferta un kit aerodinámico muy interesante y con un precio bastante competitivo.

Interior

El Chevrolet Lacetti no es un coche barato, es un coche económico. Los materiales no son de segmento Premium, pero si son superiores en calidad y presencia a algunos rivales del segmento compacto, y desde luego, que unos cuantos utilitarios (subcompactos). Predomina el plástico, pero con diferentes tonalidades que alegran el ambiente y se compagina con el uso de materiales nobles como el cuero para el volante y cambio. El tacto del cuero es sumamente satisfactorio, digno de segmentos superiores. Mediante accesorios puede personalizarse el interior un poco.

A costa de sacrificar un poco de espacio en el maletero, el Lacetti consigue un interior muy espacioso para su segmento, en el que 4 adultos de estatura considerable (1,80-2m) no tienen el menor ahogo por falta de espacio. Conductor y pasajero se acomodarán con facilidad, y en función de la versión, tendrán más o menos ajustes de asiento. La versión CDX trae de serie regulación en altura para el conductor, regulación lumbar para ambos y dirección ajustable en altura y profundidad. Además, la altura de los cinturones de seguridad es ajustable.

El puesto de conducción me gustó, ergonómicamente está bien resuelto y el acceso a los mandos no ofrece reproches. No, miento, tiene un reproche: con el cinturón abrochado, el anclaje me tocaba la pierna. Las butacas tienen el respaldo un poco durillo y las rebabas laterales de las butacas ofrecen una adecuada sujección lateral en curva, considerando las capacidades dinámicas del coche, que es otro capítulo aparte.

Un apunte sobre la quinta plaza, es perfectamente utilizable por la reducida altura del túnel central, pero tiene el defecto de que el respaldo está duro, al tener un módulo desplegable, que alberga 2 posavasos. El Lacetti tiene detalles prácticos tales como un espacio en la guantera (refrigerada) para enfriar bebidas, un cajón bajo el asiento del copiloto, una bolsilla muy práctica para el móvil (ver foto), doble posavasos delante, el cofre central, una guanterilla para el conductor, compartimento para gafas… En ese aspecto, está bien pensado.

El nivel de confort es considerable, debido a la baja rumorosidad de su mecánica (me parece más silencioso que el 1.8 16v), y los ruidos aerodinámicos y de rodadura están dentro de lo que cabe esperar de un compacto cualquiera. A veces la suspensión pasa al habitáculo más imperfecciones de las deseadas al habitáculo, pero es una consecuencia del tarado de la misma. En cuanto a temperatura, el climatizador automático monozona no es muy preciso, pero es muy fácil de utilizar y es equipamiento de serie en las versiones CDX.

Pasemos al maletero. Su capacidad no es ni mucho menos de récord, son 275 litros, una cifra más de utilitario que de compacto. La forma no es totalmente regular y alberga una rueda de repuesto de tamaño emergencia (galleta) bajo el piso de carga. No hay gancho ni toma de 12V. Si aprovechamos el abatimiento 60/40 de la banqueta posterior, podemos ganar hasta un máximo de 1.045 litros de capacidad.

Continua leyendo la parte 2.

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