Venturi Antarctica, un coche eléctrico que quiere conquistar los polos con 120 kW y 45 km de autonomía

Durante años, en la loca época comprendida entre los años 80 y los 90, la francesa Ventury (originariamente con y griega) fue un modesto sueño que intentó rivalizar contra las marcas de coches deportivos más poderosas de la escena automotriz. Ahora, la misma marca se ha reconvertido a una empresa de vehículos eléctricos, algunos tan ambiciosos como este Venturi Antarctica.

Un Venturi eléctrico apoyado por Alberto II de Mónaco

Primer test de la mecánica del Venturi Antarctica en entorno real.

Esta especie de smart de supervivencia no es un proyecto que haya nacido por iniciativa propia de la marca. Fue el príncipe Alberto II de Mónaco quien encargó su desarrollo, creación y fabricación a la firma fruto de la devoción del mandatario por los entornos polares.

Tras una expedición en 2009, el príncipe Alberto vivió la prohibición de acceder con vehículos de combustión a las regiones vírgenes, por lo que los científicos han de realizar largas travesías andando o esquiando a temperaturas gélidas.

Fue entonces cuando el príncipe se puso en contacto con la marca monegasca Venturi Automobiles para financiar un medio de transporte que cumpliera con los requisitos necesarios para transportar a los investigadores. Tenía que ser un vehículo ligero, eléctrico y dotado de cadenas, esas fueron las premisas del Venturi Antarctica y aquí tienes a la primera versión de 2011:

El Antarctica hereda parte de la experiencia que Venturi Automobiles lleva acopiando en coches eléctricos desde que en 2014 inició su participación en la Fórmula-E. Las cifras pueden parecer un tanto modestas con una autonomía de 45 kilómetros para dos motores eléctricos y una velocidad máxima de 20 km/h. Suponemos que habrán primado la fiabilidad y la capacidad todoterreno sobre las prestaciones puras.

Las orugas del Antarctica están dotadas de un motor eléctrico de 60 kW cada una, sumando un total de 120 kW (160 CV) para mover una masa de aproximadamente 2 toneladas y a los tres ocupantes que puede albergar en su interior.

Por el momento el Antarctica es sólo un vehículo de pruebas que ya ha completado una primera fase en los Alpes franceses antes de trasladarse hasta Canadá en unas semanas para someterse a una segunda fase aún más exigente en la que el vehículo será testado por el astronauta Chris Hadfield, el presidente de Venturi en EEUU Xavier Chevrin y el mismo Alberto II de Mónaco.

Esta prueba será parte del programa de desarrollo y al mismo tiempo un homenaje, puesto que está previsto que recorran 41 km, los mismos que en la década de los '30 tenían que recorrer pioneros como Charles Bedaux hasta Alaska en un Citroën P17 dotado de orugas y en las que tomó parte el propio fundador de la firma gala: André Citroën.

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