Ya os hemos hablado de diferentes y asequibles modos (y aún así, todavía caros) de adaptar una bicicleta convencional a las virtudes de la motorización eléctrica, la última, sencilla y una de las más divertidas con Rubbee. Sin embargo, la adaptación definitiva, que siempre ha estado ahí como opción, es la fabricación propia.
Esto es lo que ha movido al joven protagonista del presente artículo, Micah Toll, de pasar a fabricar bicicletas eléctrica a enseñar al mundo de forma personalizada cómo hacerlo. Gracias a una nueva publicación a modo de guía, Ultimate DIY eBike Guide, que se podría traducir como El Manual definitivo para fabricase uno mismo su propia bici elétrica, y hay que añadir, por menos de 600 euros.
El elevado precio de las bicicletas eléctricas es uno de los impedimentos, por los que Micah Toll siempre ha estado luchando, y que está frenando la expansión de una de las formas de movilidad urbana más versátiles, económicas en su utilización, ecológicas y saludables. Todas esas propiedades no aguantan el hecho de que para hacerse con buena una bicicleta eléctrica haya que desembolsar una cantidad que ronda y supera los 1000 euros.
Hace poco os contábamos los esfuerzos de Honda en su modelo low-cost Kosha por 816 euros, pero sigue siendo eso, una bicicleta elétrica low-cost de un fabricante prestigioso a un precio supuestamente no tan desorbitado. Se nos antoja insuficiente.
Pulse Motors y PEV0
Micah Toll, como decimos, ha venido combatiendo este punto desde la Universidad de Pittsburgh. En 2011, como estudiante de ingeniería, fundó Pulse Motors, para desarrollar PEV0 (del inglés Personal Electric Vehicle Zero), su propia bicicleta eléctrica pensada esencialmente para la movilidad en ciudad. PEV0 atrajó la atención de las autoridades y consiguieron introducir un programa para probar el modelo entre sus ciudadanos de Pittsburgh.
Pittsburgh no es precisamente pequeña, cuenta con 307,484 residente en su núcleo urbano, y son millones los que se mueven cada día desde el área metropolitana, los llamados commuters en lengua anglosajona. El éxito del proyecto se ha traslado a otros ámbitos, ganando incluso un festival de cortometrajes local con un documental sobre PEV0 (hay que reconocer que bastante parcial).
Con todo, Micah Toll se ha convertido en una especie de gurú para los amantes del ciclismo eléctrico. Ha ido más allá del beneficio que podría entrañar conocer una fórmula de fabricación y explotarla, para dar a conocerla al gran público, basándose en otra de esas ventajas que nos proporciona la bicicleta eléctrica: la diversión de conducirla. En sus propias palabras, le resulta fascinante observar la cara de la gente tras el bautismo de la primera experiencia con una bicicleta eléctrica.
De momento, su siguiente paso en 2013 ha sido el de poner rumbo a Israel para seguir su línea de negocio centrándose en una ciudad como Tel Aviv, que comienza a ser un foco de desarrollo y utilización no sólo de bicicletas, sino de vehículos eléctricos en general.
Fabrica tu propia bicicleta eléctrica
En su afán por promocionarla, la publicación lanza preguntas retóricas de este estilo: ¿Qué pasaría si pudieras fabricarte tu propia bicicleta eléctrica por mucho menos de lo que cuesta el mantenimiento de un coche al año? El libro, que se ha lanzado además como proyecto en la web de crowdfunding Kickstarter, ha quintuplicado su modesto objetivo inicial de 677 euros.
La guía cuesta unos 19 euros, y se divide en 8 capítulos que cuentan todos los puntos clave que se han de conocer para la fabricación de una bicicleta eléctrica, apoyándose en las diferentes fases del proceso de forma pormenorizada: desde la planificación hasta las pruebas, pasando por la elección e instalación de componentes.
Puede que la proyección de este joven ingeniero de hacer la bicicleta eléctrica accesible para cualquiera acabe siendo una quimera. Sin embargo, en sus todavía pocos años de trabajo ha demostrado que no sólo le mueve lo económico.
Comparte con otros, que sí consideramos gurús, algunos objetivos fundamentales y altruistas que les hicieron triunfar: la mencionada accesibilidad del conocimiento; la reducción del precio; ese espíritu de si quieres que una idea funcione, haz que sea simple (que se expresa en inglés con las siglas KISS, o Keep it simple stupid) y, más que nada, su afán de diversión.
Vía | Wired Más información | Pulse Motors En Motorpasión Futuro | ¿Están las bicicletas eléctricas reduciendo las ventas de coches?