Roger's Corvette Center, otro paraiso para los amantes del Chevrolet Corvette

Nuestro lector y amigo Javier Recarte sigue con su periplo por la zona de Orlando, Florida y como buen amigo que es, sigue poniéndonos los dientes largos con las fotografías de lo que va viendo por allí. Primero nos enseñó lo que se cuece en Old Town y hoy nos trae un paraiso con todas las letras, el Roger’s Corvette Center, un museo/concesionario exclusivo para el Chevrolet Corvette.

A diferencia del Kerbeck Corvette, aquí lo único que encontraremos serán Corvette’s y más Corvette’s, de todos los colores, años y potencias. Ideal para ir comparando años y aprender un poco más sobre la historia de un icono de la cultura americana.

Según nos comenta Javier, en el interior del museo contabilizó unos 80 Chevrolet Corvette, más lo que había aparcados en el exterior del recinto. La mayoría están en venta, pero como siempre pasa, hay algunos que ni con cheques en blanco te los puedes llevar a casa. Ese es el caso del más exclusivo que pudo ver allí, el 1969 Chevrolet Corvette ZL-1 amarillo.

Y digo el amarillo, porque es una seña diferenciadora, ya que únicamente se construyeron dos coches como este en toda la historia del Chevrolet Corvette. Uno blanco y este amarillo que ahora pertenece a Roger Judski y que muestra orgulloso en su museo.

Esta unidad tan especial equipaba el motor ZL-1 V8 427, con la particularidad de que estaba construido íntegramente en aluminio. Su destino principal eran los Chevrolet Camaro, de los que finalmente se produjeron tan sólo 69 unidades en el ‘69. Estos Camaro COPO iban destinados a las carreras de Super Stock, pero estaban homologados para calle también. En un principio, con 50 unidades hubiese bastado, pero en Chevrolet se decantaron por construir algunas más por las expectativas creadas entre los aficionados.

Como he dicho, aparte de los Chevrolet Camaro ZL-1 427 COPO 9560, se construyeron dos Chevrolet Corvette ZL-1. Este motor no era tan potente como el L88 V8 427, que entregaba la escalofriante, para el época, cifra de 550 CV. Su potencia rondaba los 520 CV, pero la reducción de peso le llevaba a tener unas muy buenas cifras en comparación con el big block de acero.

Lo que se quiso conseguir con el ZL-1 V8 427 era tener la potencia de un big block con el peso de un small block. Y lo consiguieron, pero a que precio… Un precio exageradísimo, ya que sólo el motor costaba casi más que el propio coche. Con un precio de 4.100 dólares, el conjunto total ascendía a unos estratosféricos 10.771 dólares, ya que esta unidad en concreto está equipada con todos los accesorios disponibles en aquel año. Y eso, para 1969, es muchísimo dinero y algo sólo al alcance de muy poca gente.

Esta unidad fue un encargo especial de George H. Heberling, uno de los ingenieros de la planta que Chevrolet tenía en St. Louis. Pero lo vendió a los pocos meses de tenerlo. La historia de este coche es bastante peculiar, ya que ha pasado por varias manos, ha perdido su motor original, fue decomisado por la policia e incluso ha sufrido varias averias gordas en el motor.

Su penúltimo propietario, Wayne Walker, encontró el motor original y restauró el coche completamente, intentando dejarlo en el estado más original posible. Por motivos que desconozco, tras la restauración acabó en los retenes de los US Marshall. Enterado de esto, Roger Judski se fue a por su sueño. Un sueño que llevaba persiguiendo 12 años. Hechos todos los trámites y tras una frenética subasta, el 1969 Chevrolet Corvette ZL-1 ahora descansa en su museo.

Muchos consideran que el precio pagado por él es una verdadera ganga, aunque asumo que no bajará de las seis cifras seguramente. Es lo que tiene querer tener un coche único, que el desembolso económico también es único…

Solo queda saludar a Javier Recarte (VETTE68), Ricardo Recarte (su hermano) y sobre todo, a Roger Judski, propietario de este fantástico museo, por dejarnos publicar las fotos.

Más información | Roger’s Corvette Center
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